El director general de Tircantabria sustituye en el cargo a Rafael Guinea, que ha estado al frente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos desde el año 2014.

Joaquín Pérez Viota es el nuevo presidente de Aeversu
Joaquín Pérez Viota es el nuevo presidente de Aeversu

La Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu) ha nombrado a Joaquín Pérez Viota, director general de Tircantabria -centro de tratamiento integral de residuos de Meruelo, en Cantabria- nuevo presidente de esta organización. Sustituirá a Rafael Guinea, que ha estado al frente de la entidad desde el año 2014, y que se ha despedido de su cargo agradecido por el apoyo y colaboración de los miembros de la asociación, y de los diálogos constructivos con las distintas administraciones para mejorar la gestión de los residuos en España.

Joaquín Pérez Viota es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la gestión de los residuos, habiendo participado en el diseño, construcción y explotación de la planta de Meruelo, donde asumió su dirección general a partir del año 2014. Previamente, fue director general de la planta de tratamiento integral de residuos de Marsella, en Francia, cargo que ocupó durante dos años.

Según explica Aeversu en un comunicado, Pérez Viota ha asumido el compromiso de «dar continuidad a la visión estratégica de la entidad y llevar a cabo un intenso trabajo para seguir colocando al sector de la valorización energética en el lugar que le corresponde conforme a la jerarquía europea de gestión de residuos».

La Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos reúne a 12 plantas, 11 de ellas en España y una en Andorra. Todas ellas trabajan las 24 horas del día y los 365 días del año para producir energía a partir de los residuos urbanos.

Las instalaciones de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unos 2,5 millones de toneladas de residuos no reciclables al año. Según datos de la propia entidad, este proceso evita la emisión a la atmósfera de 548 kg CO2 equivalente por tonelada de residuo urbano que se habría producido en el caso de que esos residuos hubieran acabado en vertederos.

La entidad destaca que la conversión en energía de los residuos no reciclables implica una importante contribución energética, al ser «una energía estable, gestionable y mayoritariamente renovable«.

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