Investigadores españoles y brasileños han conseguido producir un nuevo tipo de hormigón con un 30% menos de cemento portland, el componente más caro y contaminante.

Obtienen un tipo de hormigón más ecológico usando residuos de caña de azúcar
Cenizas de la caña de azúcar, utilizadas para fabricar el hormigón: Foto: UPV

Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidad Estadual Paulista (UNESP) (São Paulo, Brasil) han obtenido, a escala de laboratorio, un nuevo tipo de hormigón más barato y menos contaminante. La clave reside en la incorporación de cenizas procedentes de la combustión de los residuos del cultivo de la caña de azúcar como elemento sustitutivo del cemento portland.

Según apunta Jordi Payá, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (ICITECH) de la UPV, en Brasil se recolectan anualmente unos 650 millones de toneladas de caña de azúcar. De esta cantidad, entre 15 y 20% del peso corresponde a paja de caña, que se queda en el campo. “La cosechadora pela la caña y el resto se considera un residuo, que es el material de partida con el que estamos trabajando, obteniendo unos resultados preliminares muy positivos”, destaca Payá.

Hasta la fecha, los investigadores españoles y brasileños han conseguido obtener hormigón con un 30% menos de cemento portland, al ser sustituido por la ceniza obtenida de la combustión de la paja de la caña de azúcar. “El cemento es el componente más caro y más contaminante del hormigón, con lo que los beneficios son tanto económicos como medioambientales. Además, estamos dando salida a un subproducto actualmente inutilizado, con los beneficios que ello también conlleva”, destaca Payá.

Proceso

Los investigadores de la UPV estudian el uso de otros residuos agrícolas, como la hoja de bambú, como sustitutos del cemento

Para quemar los residuos, los investigadores han diseñado un quemador específico de autocombustión, en el que se introducen los residuos en unas condiciones especiales. “De este proceso se obtienen unas cenizas que destacan por su capacidad reactiva con el cemento, característica muy importante para que el comportamiento mecánico del hormigón –su resistencia a compresión– sea el adecuado”, apunta Jordi Payá.

El trabajo desarrollado por los investigadores de la UPV se ha centrado fundamentalmente en el análisis microestructural. “Desde nuestros laboratorios analizamos los compuestos químicos de la ceniza y los que se producen en la reacción con el cemento, para determinar su comportamiento en el producto final”, explica Payá. Quedan por estudiar aspectos relacionados con la durabilidad de los hormigones en masa y hormigones armados.

El equipo de investigadores del ICITECH de la Universitat Politècnica de València estudia también el uso de otros residuos agrícolas como elemento sustitutivo del cemento, entre los que se encuentra la hoja de bambú.

Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista Construction and Building Materials y forman parte de la tesis de máster del alumno brasileño João Cláudio Bassan de Moraes, que fue dirigida por el profesor Mauro Tashima, doctor por la UPV y actualmente profesor de la UNESP.

Fuente:
DiCYT

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