Editada en formato digital por la Xunta y Sogama, pretende informar a la ciudadanía de los beneficios de aplicar el principio de las tres erres.
Con el ánimo de dar continuidad a su campaña informativa y formativa en la correcta gestión y tratamiento de los residuos urbanos, la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia y Sogama (Sociedade Galega do Medio Ambiente) han editado una guía digital sobre el principio de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje). Dirigida a la población en general la guía pretende orientar a la ciudadanía sobre las buenas prácticas a adoptar para llevar a cabo una gestión más sostenible de sus desechos.
El documento, disponible en la sección de publicaciones de Sogama, comienza con la definición de residuos y sus categorías, la problemática que estos representan para las sociedades modernas, la situación de los mismos en el territorio gallego, el cometido de la empresa pública, las mejoras introducidas en el tratamiento de la basura durante los últimos años y las perspectivas de futuro.
Reducción, reutilización y reciclaje
La publicación se detiene especialmente en la Reducción, aconsejando adquirir lo que realmente se necesita para nuestra vida diaria, al tiempo que contempla recomendaciones tales como planificar las compras, optar por los productos con menos embalaje, rechazar los de usar y tirar, y echar mano del tradicional carro de la compra, en lugar de las bolsas plásticas no biodegradables.
En el ámbito de la Reutilización, se alude a los nuevos usos que deben darse a los artículos con el fin de alargar su vida útil y evitar que acaben convertidos en desperdicios. En este sentido, por ejemplo, se aconseja dar preferencia a los envases de vidrio y donar lo que nos sobra a personas o entidades que puedan precisarlo.
Y ya de cara al Reciclaje, se insiste en la selección de los residuos en origen y el posterior depósito de los mismos en los diferentes contenedores de recogida selectiva, especificando lo que debe y no debe introducirse en cada uno de los recipientes. De esta forma se garantiza la transformación de los desperdicios en nuevos productos de utilidad, contribuyendo al ahorro de energía y materias primas. De ahí que se insista en la segregación en origen como garantía del reciclado, constituyendo la colaboración ciudadana el soporte fundamental.
Compostaje doméstico
También se reserva un espacio para el compostaje doméstico por sus incuestionables beneficios ambientales y económicos, ya que al evitar que la materia orgánica –que supone el 40% de la composición media de la basura doméstica– acabe en los contenedores convencionales, los ayuntamientos tienen la oportunidad de disminuir la frecuencia de recogida y transporte, minimizando las emisiones de CO2, y los ciudadanos cierran el circuito de reciclaje de los restos orgánicos en sus propios hogares, sustituyendo los fertilizantes artificiales para nutrir la tierra por un abono natural de alta calidad.
Desde la dimensión económica, cabría señalar que, dado que se aminoran en gran medida las cantidades de residuos a entregar a Sogama, también se reduce el importe de la factura que los ayuntamientos deben pagar a esta empresa pública por sus servicios.
En este sentido, cabe recordar que, a día de hoy, son del orden de 120 entidades, entre concellos, centros escolares y colectivos sociales, las que están adscritas al programa de autocompostaje liderado por Sogama, entre las que se han repartido cerca de 4.000 compostadores.