Medicinas, materiales de protección personal u otros productos sanitarios, como toallitas, están siendo desechadas por el inodoro de los hogares, una de las vías de entrada de estos residuos a las aguas y al medio ambiente.
La ONG Farmamundi ha publicado el informe ‘‘Gestión de los residuos de medicamentos y material sanitario. Estado de la cuestión en el área metropolitana de Barcelona”, fruto de una investigación realizada en colaboración con Arda Gestión y Estudios Ambientales. El informe presenta los resultados de un diagnóstico del sistema actual de gestión de los residuos de medicamentos y de la incidencia del incremento de generación de material sanitario desechable derivado de la pandemia por la COVID-19. El estudio se ha centrado en el el área Metropolitana de Barcelona (AMB).
El impacto de los residuos de medicamentos ya se ha manifestado de forma evidente en los entornos fluviales, según el informe, causando efectos crónicos sobre los organismos acuáticos y llegando a los humanos, a través de la ingesta de alimentos afectados. Las principales causas de la entrada al medio ambiente de estos productos farmacéuticos son dos: por un lado, residuos de fármacos de origen doméstico están llegando a las aguas a través del lavabo, el inodoro o la basura de los hogares. Por otro lado, estos fármacos no se están degradando completamente en las estaciones de depuración de aguas residuales.
La entidad alerta de que la normativa vigente en materia de residuos solo considera residuos sanitarios los que se generan en los hospitales y centros de atención primaria. Sin embargo, los medicamentos no utilizados o caducados en los hogares forman parte del conjunto de residuos peligrosos de origen doméstico para los cuales habría que establecer sistemas de recogida específicos con el objetivo de evitar daños para la salud humana y el medio ambiente. Según un estudio realizado en Alemania, el 30% de los medicamentos que llegan a los domicilios no llegan a usarse y acaban siendo residuos.
Ante esta situación, Farmamundi ha puesto en marcha una campaña de sensibilización a la ciudadanía sobre cómo desechar medicamentos y material sanitario de los hogares, y remarca la importancia de usar el punto SIGRE como única vía para tirar los medicamentos que por diferentes razones no usaremos.
Guantes y mascarillas de la COVID-19
La situación de pandemia debida a la COVID-19 ha comportado un incremento en la producción y consumo de material plástico de un solo uso (mascarillas, guantes, EPI, toallitas…) tanto en el ámbito hospitalario como en el doméstico, en un momento donde el debate sobre el uso abusivo y la mala gestión del plástico estaba sobre la mesa. Siendo la contaminación por plásticos uno de los principales problemas ambientales globales, muchos de estos materiales no se han gestionado adecuadamente (contenedor gris) y han acabado en el medio ambiente, con los consiguientes efectos negativos.
Según datos del informe, la generación de residuos urbanos disminuyó en Cataluña en un 16,5% y en un 25% en el AMB (datos de marzo de 2020). Sin embargo, el mismo mes se incrementó la generación de residuos generados en centros de salud en un 350%. Estos residuos se gestionan a través de canales diferentes de los domiciliarios, pero temporalmente se autorizó su eliminación a través de las incineradoras de San Adrià y Mataró, destinadas a residuos domésticos. Uno de los potenciales impactos ambientales de esta situación es el incremento en la proporción de plástico quemado en estas incineradoras que se encuentran en zonas urbanas, que, en condiciones inadecuadas, provoca compuestos cancerígenos como dioxinas y furanos.
Según Cecilia Garcia, coordinadora de Farmamundi en Cataluña, “el mundo científico ya ha calificado los guantes y mascarillas desechables como uno de los efectos colaterales más devastadores del COVID-19 por sus daños ambientales cuando van a parar al medio natural”, añadiendo que “las fuentes oficiales aconsejan en la desescalada minimizar el consumo de elementos desechables, si hay alternativas disponibles en elementos reutilizables que aseguren las condiciones de higiene y salud. Por ejemplo, priorizar la utilización de mascarillas reutilizables y limitar el uso de guantes desechables a favor de la aplicación de soluciones hidroalcohólicas o geles desinfectantes”.