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El sistema de gestión implantado ha permitido valorizar al menos en un 90% de las 42 fracciones diferentes que genera la actividad de la empresa.

Centro de El Corte Inglés en Santiago de Compostela

El Grupo El Corte Inglés ha obtenido la certificación de Residuo Cero de AENOR, para todos sus centros de Galicia –Santiago, Vigo, Ramón y Cajal y Marineda en A Coruña–, así como las plataformas logísticas de Altamira y Porriño. De esta manera, El Corte Inglés se convierte en la primera empresa española de distribución en obtener esta certificación para sus centros comerciales gallegos. Además, lo consigue para una región completa y con todos sus grandes almacenes y plataformas logísticas.

El certificado AENOR de Residuo Cero acredita que El Corte Inglés valoriza todas sus fracciones de residuos, evitando que estos tengan como destino final el vertedero. Este certificado ayuda a las organizaciones a optimizar procesos, poniendo el foco en los puntos de producción de residuos y contribuye al impulso de la economía circular, permitiendo a las empresas adelantarse a las disposiciones legales.

Para lograr este objetivo, la compañía ha contado con la colaboración de una consultora especializada, así como con el compromiso y la implicación de sus más de 4.000 empleados, que en unos meses han conseguido adaptar el funcionamiento de sus centros y almacenes a un sistema medioambientalmente sostenible, minimizando el impacto de su actividad hasta alcanzar la certificación Residuo Cero.

La actividad desarrollada por El Corte Inglés en Galicia genera 42 fracciones diferentes de residuos, que se segregan correctamente para valorizar al menos hasta el 90% de los productos y materiales (reutilización, reciclaje o valorización energética). Estos residuos proceden tanto de las actividades propias del negocio como de los hogares de los clientes, ya que los centros de Galicia reciben más de 20 millones y medio de visitas al año.

Entre las acciones que se han puesto en marcha con este fin destacan la reorganización de las rutas logísticas y la optimización de la carga de los vehículos –con la consiguiente reducción de las emisiones de CO2–, la donación de más de 97 toneladas de productos a Bancos de Alimentos o la reconversión de 150 toneladas de residuos orgánicos en compost de lombriz ecológico. También se han entregado 290 toneladas de madera a una empresa gallega de transformación para que se reutilicen como materia prima, y se han valorizado 400 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos destinados a su reutilización o reciclaje.

Con estas y otras medidas se ha logrado evitar que llegue a vertedero el equivalente a los residuos generados durante un día por 250.000 ciudadanos (una población similar a la de A Coruña), con el consiguiente impacto medioambiental en el entorno.

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