Varias organizaciones del sector recuerdan que la tarea principal de las plantas de valorización energética es tratar los residuos, un proceso que inevitablemente genera un exceso de calor que puede usarse para sustituir a los combustibles fósiles en los sistemas de calefacción urbana.

Piden el reconocimiento del calor residuos de la valorización energética de residuos
Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

Varias organizaciones europeas del sector de los servicios urbanos y la gestión de residuos, como son FEAD, CEWEP, Municipal Waste Europe y SGI Europe, han emitido un comunicado conjunto solicitando que el calor recuperado en los procesos de tratamiento térmico de residuos (valorización energética) sea considerado como calor residual en el marco de la Directiva sobre Energías Renovables y la Directiva sobre Eficiencia Energética.

«Si esto se deniega -apuntan-, se perderá un enorme potencial de la valorización energética de residuos para recuperar calor y sustituir a los combustibles fósiles (gas, carbón o turba) para una calefacción urbana eficiente».

Los residuos no aptos para el reciclado se tratan térmicamente para reducir su volumen, destruir los contaminantes y evitar su depósito en vertederos. El exceso de calor creado en este proceso se utiliza para producir electricidad y suministrar calor a las redes de calefacción urbana (district heating).

El marco normativo actual, en particular la Directiva sobre energías renovables (RED II y III) y la Directiva sobre eficiencia energética (EED), reconoce la importancia del calor residual y fija objetivos ambiciosos. Sin embargo, el sector cree que «es esencial garantizar que el calor recuperado de los procesos de valorización energética de residuos se reconozca plenamente en estas directivas, en particular en los documentos de orientación para RED y EED que se están elaborando actualmente».

La razón con la que argumentan este reconocimiento es doble. En primer lugar, a diferencia de las centrales eléctricas convencionales, las instalaciones de valorización energética tienen la tarea higiénica principal de tratar los residuos. Este proceso exotérmico genera inevitablemente un exceso de calor (calor residual). Si no se utiliza, los residuos tienen que ser igualmente tratados por razones sanitarias. Por lo tanto, los residuos no son un combustible convencional.

«Los residuos no se producen a propósito. Son los restos de nuestra sociedad que deben tratarse de forma fiable y respetuosa con el medio ambiente, con una compleja depuración de los gases de combustión. Para ello, los operadores de plantas de valorización energética deben cumplir las estrictas normas establecidas en la Directiva de Emisiones Industriales, en el capítulo de incineración de residuos», apunta el comunicado.

Por otro lado, el calor generado por el tratamiento de residuos no reciclables, que de otro modo se perdería, puede contribuir significativamente a cubrir nuestras necesidades de calefacción. En algunas regiones, de hecho, el suministro de calor procedente de este tipo de procesos cubre más del 50% de la demanda local de calor.

«La valorización energética ofrece una ventaja estratégica al transformar los residuos no reciclables en energía valiosa para los sistemas de calefacción urbana, mejorando nuestra seguridad energética y apoyando la transición hacia una economía circular. Este proceso no sólo se ajusta a nuestros principios de gestión de residuos, sino que también proporciona una alternativa energética competitiva y segura», aseguran las organizaciones firmantes.

Por eso, consideran que excluir toda la producción de calor de las plantas de conversión energética de residuos de la definición de calor residual «podría llevar a la infrautilización o incluso a la eliminación de un importante recurso energético. Si estas plantas no se integran en sistemas urbanos eficientes de calefacción y refrigeración, la energía que recuperan se desperdiciaría, a pesar de su disponibilidad».

Este reconocimiento como calor residual en el marco de la RED y la EED «es vital para maximizar el uso de fuentes de energía excedentarias locales y sostenibles», insisten. «No se trata sólo de eficiencia energética, sino de reconocer el valioso papel que desempeña la cogeneración en la gestión de residuos y la recuperación de energía», que estaría «en consonancia con los objetivos de sostenibilidad medioambiental y uso eficiente de los recursos».

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