A lo largo del proyecto se han desarrollado diversas alternativas para el reciclaje y aprovechamiento de diferentes tipos de residuos orgánicos.
Pan elaborado con harina de cascarilla de café (un residuo del tueste del café), productos bioquímicos producidos a partir de residuos forestales o vehículos de recogida de basuras propulsados por biometano obtenido a partir de biorresiduos municipales. Estas son algunas de las innovaciones que se podrían ver en los próximos años en Nápoles (Italia), Pazardzhik (Bulgaria) y Barcelona, todo ello gracias al proyecto Biocircularcities (BCC), que acaba de concluir.
Financiado por BBI-JU, el proyecto BCC ha cerrado dos años de trabajo sobre sistemas biocirculares innovadores mostrando sus principales resultados a los responsables políticos de la UE y a los profesionales de la bioeconomía durante una conferencia final celebrada el pasado 28 de septiembre en Bruselas. Los asistentes mostraron un gran interés por los resultados obtenidos en los tres territorios piloto -Área Metropolitana de Barcelona, Ciudad Metropolitana de Nápoles, Provincia de Pazardzhik-, mejorando la circularidad de tres cadenas de valor seleccionadas: gestión de biorresiduos municipales, residuos agroalimentarios y residuos forestales.
Los resultados del proyecto incluyen recomendaciones sobre cómo reducir el impacto medioambiental y económico de las tres cadenas de valor, tal y como muestran los análisis del Ciclo de Vida (ACV) y del Coste del Ciclo de Vida (CCV) realizados. Conscientes de la importancia de un marco político propicio, las recomendaciones políticas a nivel de la UE y nacional, regional y local para las tres áreas piloto son otro de los principales resultados del proyecto. Todos los resultados se lograron con la ayuda de un enfoque multiactor en el que participaron las partes interesadas locales y expertos internacionales.
Como legado, el proyecto no sólo deja escenarios locales mejorados de gestión de residuos orgánicos, sino también una herramienta web BCC para ayudar a los expertos locales en residuos y a los responsables de la toma de decisiones a identificar tecnologías relevantes para el procesamiento de una variedad de residuos y desechos orgánicos. La herramienta tiene en cuenta el contexto local y los objetivos relativos a los bioproductos finales considerados o al comportamiento medioambiental.
Implementación práctica
Teniendo en cuenta los beneficios potenciales de todos los escenarios explorados, los socios del proyecto piloto están ahora en conversaciones con los responsables locales de la toma de decisiones y las principales partes interesadas para preparar las implementaciones prácticas.
Pazardzhik tiene la intención de seguir explotando el escenario piloto dedicado a una biorrefinería descentralizada que produce productos bioquímicos.
En Nápoles, el exitoso ejemplo de la cadena del café constituye una motivación para difundir y desarrollar la circularidad de otras cadenas de valor de la industria agroalimentaria, como los residuos procedentes del procesado del tomate, que podrían transformarse en bioplásticos.
Finalmente, el Área Metropolitana de Barcelona ya tiene previsto centrarse en la prevención de los residuos alimentarios en 2024 y, al mismo tiempo, poner en marcha la transformación del biogás en biometano.
Para garantizar la sostenibilidad de las nuevas cadenas de valor, todos los socios locales acordaron seleccionar cuidadosamente sistemas sostenibles de recogida y transporte de biorresiduos, ya que la elevada huella de carbono de la propia recogida fue una de las principales conclusiones del ACV realizado.