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La ciudad de Albano Laziale (Italia) ha revolucionado en los últimos años su modelo de gestión de residuos, convirtiéndose en el municipio que más plástico recicla del país y obteniendo una pureza del 99% en los biorresiduos recogidos de forma separada.

Máquina de reciclaje de plástico en Albano (Italia)
Para mejorar la calidad del plástico reciclado en Albano, se han instalado máquinas que premian a los usuarios

Situado en las colinas de Alban -una cordillera volcánica inactiva a 20 km al sureste de Roma- se encuentra la ciudad de Albano Laziale. Aunque no tenga la grandeza de la «ciudad eterna», Albano Laziale sí es líder en otro campo: la gestión de residuos, y especialmente en lo que se refiere a los biorresiduos.

«Cuando se estableció la actual administración en 2010, sólo el 2% de los residuos se recogían de forma selectiva en Albano, con una baja tasa de calidad. La misión consistía en poner en marcha un sistema de recogida de residuos puerta a puerta combinado con una intensa campaña de sensibilización de los ciudadanos y de las empresas. La administración de la ciudad ha asignado la máxima prioridad a la gestión de residuos, invirtiendo importantes recursos para cambiar el comportamiento de los ciudadanos», explica Andrea Vignoli de la ANCI Lazio, la asociación regional de municipios.

La transformación ha sido notable. Albano es ahora el municipio que más plástico recicla de Italia, y está recogiendo residuos de alimentos con una pureza del 99%, comparable con las ciudades punteras de Europa en este campo.

¿Cómo lo hicieron? Albano recoge y procesa siete fracciones de residuos diferentes: fracción húmeda, plástico, papel y cartón, envases de metal y vidrio, residuos de limpieza viaria y residuos indiferenciados (secos, no reciclables).

Los biorresiduos son clasificados y pretratados, utilizando imanes y cribas para eliminar las impurezas. La fracción húmeda se utiliza para producir compost y en procesos de digestión aeróbica.

Pago por generación

En un movimiento innovador, La ciudad introdujo recientemente un sistema de pago por generación. Esto significa que los hogares pagan menos impuestos municipales si pueden reducir la cantidad de residuos no reciclables que producen.

De esta forma se crea un incentivo para que la gente clasifique mejor sus residuos y se asegure de que todos los alimentos y los residuos reciclables vayan al contenedor correcto. La pureza de los residuos orgánicos también ha aumentado como resultado.

Otro incentivo para que los residentes impliquen en el reciclaje viene en forma de máquinas para depositar plástico reciclable que hay en la ciudad. Con ellas los ciudadanos obtienen puntos que pueden ser utilizados para reducir sus impuestos municipales, o convertidos en cupones de descuento en tiendas locales.

Implicar también a las empresas

El próximo reto para Albano es aumentar la colaboración con las empresas locales, y en particular con los restaurantes. La recogida a gran escala de residuos de alimentos en bares y restaurantes aportaría economías de escala en el tratamiento de los biorresiduos, lo que contribuiría a reducir aún más los costes a largo plazo.

Al establecer una planta local de tratamiento aeróbico de biorresiduos, la ciudad espera producir productos finales de mayor valor y crear mejores rendimientos ambientales y económicos para la ciudad.

El cambio requiere consenso y cooperación y, teniendo esto en cuenta, se creó el «Club de biorresiduos de Albano», un foro que reúne a las partes interesadas en el sistema local de gestión de biorresiduos.

En la última reunión, los actores locales discutieron los desafíos actuales y las posibles soluciones para Albano Laziale en varias áreas operativas principales: la recolección, el transporte, la clasificación y la valorización de los residuos. Los resultados clave, que también se debatirán y aplicarán en la ciudad, se centran en tres líneas de acción principales: 1) pago por generación para todos los residuos no domésticos, incluidos los residuos del sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías) y otros; 2) optimización del sistema de recogida para los residuos no domésticos; 3) mejoras en la valorización de los biorresiduos a través de la planta de tratamiento aeróbico local.

Colaboración europea

La iniciativa del Club de Biorresiduos forma parte de un proyecto más amplio llamado SCALIBUR, que ha recibido financiación del Programa de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Bajo la dirección del Centro Colaborador sobre Consumo y Producción Sostenibles (CSCP), también se están creando «Clubes de Biorresiduos» en Kozani (Grecia) y Madrid (España).

El objetivo de SCALIBUR es inspirar una revolución en el reciclaje de biorresiduos mediante el desarrollo y la demostración de nuevos modelos para que las ciudades de toda la UE los reproduzcan.

Así, se crearán programas de aprendizaje electrónico y programas de capacitación, manuales de acción y una plataforma para compartir estos conocimientos con los municipios interesados.

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