Estudiantes sevillanos ponen en práctica el método científico para obtener vermicompost que abone las parcelas de cultivo ecológico del Parque de Miraflores de la capital andaluza.
Obtener compost de lombriz a partir de los residuos generados por los huertos ecológicos de su barrio que abonen los propios cultivos. Este es el reto de economía circular en el que trabaja el proyecto ‘Vermi: lo que no utilices, a las lombrices’ donde estudiantes del IES Hispalis (Sevilla) se convertirán en científicos-ciudadanos para aplicar el abono obtenido de las lombrices en las parcelas de cultivo del Parque de Miraflores, al norte de Sevilla.
La iniciativa, integrada en el programa regional ‘Andalucía, mejor con ciencia’, impulsado por la Fundación Descubre, supone la implicación activa de una comunidad para dar respuesta a un problema cercano con acciones basadas en el conocimiento, en este caso la reducción de residuos y su utilización como fertilizante.
Alrededor de un centenar de alumnos está participando en este proyecto destinado a resolver la creciente producción de residuos vegetales con una solución asequible: la aplicación de lombrices. Estas especies digieren materia orgánica y la excretan en forma de vermicompost, un abono enriquecido, más barato y sostenible, para abonar los cultivos del propio huerto. Para ello, seguirán el método científico analizando la especie, siguiendo el proceso de producción de compost y, por último, evaluando cómo este abono sostenible incide en cultivos concretos. Al finalizar, trasladarán los resultados obtenidos a los propios hortelanos y a los vecinos del barrio.
Esta iniciativa se enmarca dentro de la denominada ciencia ciudadana. Se trata de una nueva forma de generar conocimiento científico donde la metodología involucra a la sociedad en el proceso científico para proporcionar resultados. En este proceso activo y participativo trabajan de forma coordinada la comunidad educativa y científica, junto con agentes sociales.
En concreto, en este caso, la investigadora de la Universidad de Sevilla, Itziar Aguirre asesorará al alumnado y a los docentes del centro para garantizar el rigor de los resultados que luego se trasladarán a los hortelanos. La experta destaca que la sensibilización de los estudiantes en un reto ambiental como la reutilización de residuos resulta fundamental en el proyecto. Además, se avanza en un reto científico actual como es la utilización de biofertilizantes obtenidos de materia orgánica que sustituyan a los tradicionales, no sólo por su carácter sostenible, sino por su menor coste. “La adición de vermicompost a los cultivos favorece su asimilación sin fertilizantes químicos de síntesis, lo que supone un ahorro dado el incremento de precios provocado por la guerra de Ucrania y el mercado global”, destaca Aguirre.
De la lombriz al huerto
El proyecto se encuentra ya en la fase de experimentación, donde los estudiantes de segundo de bachillerato, 4º de ESO y del programa de mejora del aprendizaje y rendimiento están trabajando con los hortelanos del Parque de Miraflores para mantener los cultivos que sirven de laboratorio al aire libre. En este sentido, el proyecto supone una colaboración intergeneracional donde los jóvenes se implican junto con personas mayores para aprender sobre técnicas y tipos de cultivo o tareas de abonado y reutilización de residuos. Además de la parcela experimental, el proyecto se está desarrollando en los laboratorios del IES Hispalis.
El proyecto surge para dar respuesta a un problema real de los hortelanos: la ingente cantidad de residuos orgánicos (desbroce, frutos en descomposición…) que se generan. Por ello, acuden al alumnado para aplicar el método científico y buscar una solución sostenible.
El proyecto arrancó con la documentación sobre la especie utilizada: la lombriz roja californiana. El alumnado investigó factores como sus preferencias de alimentación o su ciclo de vida. A continuación, en la finca La Albarrana, situada en los huertos urbanos de Miraflores, se han colocado unas composteras con un centenar de lombrices donde durante 3 meses se han aplicado distintas dietas para comprobar cuál favorecía su reproducción. Tras este experimento de campo, se han reproducido las condiciones en el laboratorio a menor escala para poder contar y pesar mejor a las lombrices con cada una de las dietas ingeridas.
Una vez obtenida la enmienda orgánica, el alumnado se centrará en el uso del vermicompost producido. En este caso, aplicarán su abono a unos semilleros de lechugas donde comprobarán su eficacia frente a cultivos que no estén fertilizados.
Los primeros resultados se expondrán en la fase de divulgación, en la que se difundirán las conclusiones de la investigación entre los propios hortelanos, así como en la Feria de la Ciencia de Sevilla.
Fuente:
Fundación Descubre