El descubrimiento de científicos de Argentina y de Malasia podría favorecer el desarrollo de métodos efectivos para descontaminar suelos o reservas de agua afectados por actividades humanas.

Una bacteria de la antártida desactiva metales contaminantes
Las bacterias estudiadas fueron descubiertas en la base Carlini y el cerro 3 Hermanos en la Antártida. Foto: Dr. Walter Mac Cormack (Cyta)

Bacterias aisladas en suelos de la Antártida son capaces de reducir casi en un 100% la presencia de la forma química de un tipo de metal que afecta algunos ecosistemas. El hallazgo, realizado por investigadores de Argentina y de Malasia, sienta las bases para el desarrollo de procesos de saneamiento de ambientes afectados por la actividad humana.

Los científicos hallaron que bacterias de la cepa Pseudomonas DRY1 inhibieron en un 95% el efecto contaminante del molibdato, un metal procedente de la industria siderúrgica y asociado a otras actividades humanas como la minería, diversos procesos de catálisis industriales y a la inhibición de los procesos de corrosión, indicó a la Agencia CyTA el doctor Walter Mac Cormack, director del Departamento de Microbiología Ambiental y Ecofisiología del Instituto Antártico Argentino (IAA) y uno de los autores principales del estudio publicado en la revista científica BioMed Research International.

¿Qué tiene de especial ese microorganismo? Las bacterias DRY1 fueron aisladas de suelo en el área de la base científica Carlini, en la Isla 25 de Mayo del archipiélago antártico de las Shetlands del Sur. Por eso, pueden crecer y actuar en condiciones extremas, como mínimas invernales de 22 ºC bajo cero y máximas estivales que excepcionalmente alcanzan los 10 ºC.

“Además de la temperatura, estos suelos son extremos porque poseen muy bajos niveles de nutrientes, son muy secos y están altamente irradiados por rayos ultravioletas”, explicó Mac Cormack.

La bacteria estudiada incorpora el molibdato y modifica su estado con una serie de enzimas “reductasas”.

Mac Cormack, quien también es profesor de la Universidad de Buenos Aires, señaló que si se trabaja sobre aguas contaminadas, se pueden construir reactores con esa cepa bacteriana inmovilizada de modo que el agua fluya a través de esa matriz como una “red”.

En el caso de la limpieza de suelos, existen otras alternativas que varían de acuerdo al tipo de contaminante, el mecanismo de acción de los microorganismos y las condiciones ambientales requeridas.

Fuente:
Agencia CyTA

Deje una respuesta

Queremos saber si no eres un bot *