Uno de los principales problemas que plantea a día de hoy el uso del hidrógeno como combustible es su almacenamiento. Su uso en estado gaseoso requiere depósitos de muy grandes dimensiones, mientras que en su forma líquida necesita temperaturas tan bajas que su utilización resultaría energéticamente poco eficiente. Ahora, dos alumnos de la Universidad de Valladolid han realizado una novedosa aportación para tratar de solventar este problema.

Luis Miguel Sanz Moral y Miriam Rueda Noriega, tutorizados por el profesor del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la Universidad de Valladolid Ángel Martín Martínez, han diseñado y patentado un nuevo material que permite mejorar los procesos de liberación de hidrógeno a partir de partículas de hidruros estabilizadas en soportes porosos mediante la aplicación de calentamiento por microondas.

Como explican en palabras recogidas por la agencia DiCYT, “la idea surge de la necesidad de desarrollar energías alternativas para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles que están generando tantos problemas ambientales, económicos y sociales”. En este sentido, recuerdan que el hidrógeno se puede generar a partir de energía renovables como la eólica, la solar, la biomasa o el biogás, “aunque para llevar a cabo esto y convertirlo en una realidad hace falta investigación”, recalcan.

En el caso del uso del hidrógeno como biocombustible para automóviles, existen también ciertas limitaciones de almacenamiento; “por un lado, si utilizamos el hidrógeno en estado gaseoso necesitaríamos depósitos muy grandes, de gran peso, que hacen que esta alternativa no sea viable. Si lo utilizamos como líquido necesitaríamos temperaturas tan bajas que desperdiciaríamos casi el 30 o 40 por ciento de la energía que generáramos solo para mantener ese estado”, explican los investigadores.

En su trabajo, los estudiantes plantean una alternativa viable. “Proponemos una tercera vía en la que el hidrógeno se almacenaría en estado sólido en unos compuestos que, al descomponerse, liberarían el hidrógeno que posteriormente utilizaríamos directamente como combustible”, detallan. Una vez liberado el hidrógeno, estos compuestos pueden recuperarse de nuevo y por tanto cerrar su ciclo de vida.

Aerogeles de silicio

El material diseñado es un aerogel de silicio, un material sintético muy ligero y poroso derivado de un gel, en el que el componente líquido del gel se reemplaza con un gas. “En el grupo de investigación hemos desarrollado unos materiales que se denominan aerogeles de silicio, que son materiales muy ligeros, tienen muy baja densidad y presentan una alta porosidad. Lo que hemos hecho es depositar en estos poros los compuestos sólidos que posteriormente liberarán el hidrógeno”, precisan.

Asimismo, para que estos compuestos liberen el hidrógeno es necesario la aportación de calor. En este sentido, lo que los investigadores proponen “es dopar, es decir, modificar este material poroso añadiendo una sustancia que nos va a permitir el calentamiento mediante microondas de la misma, lo que permite un calentamiento más homogéneo y eficiente”, concluyen.

El proyecto ha obtenido una de las becas de la quinta edición del programa Prometeo de la Universidad de Valladolid, cuyo objetivo es proteger resultados de proyectos y prototipos innovadores desarrollados por alumnos de la institución académica.

Fuente:
DiCYT

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