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Una investigación sobre dos tipos de fármacos asegura que los riesgos ambientales asociados a estos fueron entre 10 y 20 veces más altos en 2015 que en 1995.

Los residuos farmacéuticos, un riesgo ambiental creciente

En los últimos 20 años, las concentraciones de productos farmacéuticos han aumentado en las fuentes de agua dulce en todo el mundo, como ha revelado la investigación realizada por expertos ambientales de la Universidad de Radboud (Países Bajos). Los niveles del antibiótico ciprofloxacino han alcanzado el punto de causar efectos ecológicos dañinos. La investigación es la primera en examinar los riesgos de dos medicamentos particulares en las fuentes mundiales de agua dulce, y se publica en Environmental Research Letters. «El estudio exige una mayor recopilación de datos para medir el problema en todo el mundo».

«Obtener una imagen precisa de los riesgos ambientales de los productos farmacéuticos en todo el mundo depende de la disponibilidad de datos, que es limitada», dice Rik Oldenkamp, ​​autor principal del artículo. «Es cierto que existen modelos, como el modelo ePiE, que pueden brindar predicciones detalladas de concentraciones farmacéuticas en el medio ambiente, pero a menudo solo son aplicables a lugares donde ya tenemos mucha información, como ríos de Europa». El nuevo modelo desarrollado por los investigadores, que se basa en un modelo existente con una resolución más baja, permite hacer predicciones mundiales para ecorregiones individuales.

Concentraciones perjudiciales

Para los dos productos farmacéuticos investigados en el estudio, la carbamazepina, un fármaco antiepiléptico, y el ciprofloxacino, un antibiótico, los riesgos ambientales fueron entre 10 y 20 veces más altos en 2015 que en 1995. Se observó que el aumento en el uso humano del ciprofloxacino tienen un impacto particularmente alto a nivel mundial. «Las concentraciones de este antibiótico pueden ser perjudiciales para las bacterias en el agua, y estas bacterias a su vez desempeñan un papel importante en varios ciclos de nutrientes», dice Oldenkamp. «Los antibióticos también pueden tener un impacto negativo en la efectividad de las colonias de bacterias utilizadas en el tratamiento de aguas residuales».

La resistencia a los antibióticos como problema ambiental

La resistencia a los antibióticos ha estado en la agenda de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asamblea General de las Naciones Unidas desde hace años. «En general, se considera un problema para el sector de la salud, ya que las bacterias resistentes se pueden propagar dentro de los hospitales o a través del ganado», dice Oldenkamp. «Pero hay poca conciencia del papel del medio ambiente en este problema, a pesar de que se vuelve cada vez más claro que el medio ambiente funciona como una fuente de resistencia para varios patógenos».

Más datos en zonas de alto riesgo

«Nuestro modelo predice un riesgo ambiental relativamente alto para las ecorregiones en áreas densamente pobladas y secas como el Medio Oriente, y esas son precisamente las áreas donde hay poca información sobre el uso farmacéutico y las concentraciones en aguas superficiales», dice Oldenkamp. Los investigadores predijeron el consumo de productos farmacéuticos humanos en estas áreas utilizando modelos de regresión basados ​​en el consumo en otros países, junto con información socioeconómica y demográfica, y lo relacionaron con información relacionada con otros factores como las fuentes de agua y el número de personas con acceso a tratamiento de aguas residuales.

«Nuestro modelo muestra una necesidad particular de nuevos datos en este tipo de áreas», dice Oldenkamp. «El modelo es realmente un punto de partida para crear una visión de los riesgos ambientales que plantean los productos farmacéuticos en todo el mundo».

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