María Passalacqua
Directora del Club EMAS
En España se generan más de 700.000 toneladas de residuos sanitarios al año (Fuente INE 2013), es decir, sustancias y objetos generados en centros y servicios sanitarios y veterinarios.
A nivel cuantitativo y considerando el conjunto de los residuos generados en España, no representa una cantidad relevante comparada con la generación de residuos del resto de actividades económicas, pero desde el punto de vista de sus características, es una tipología de residuo que requiere atención en cuanto:
- Una gestión incorrecta de los mismos puede afectar a la salud de las personas y tener efectos adversos en el medio ambiente.
- Supone un coste importante para los centros sanitarios públicos y privados que cada vez más deben optimizar sus recursos.
- Un elevado número de profesionales del sector están en contacto con ellos y por lo tanto su gestión puede incidir en la prevención de riesgos laborales y, en particular, en la prevención de las lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes (véase Directiva 2010/32/UE del Consejo de 10 de mayo de 2010).
- Los protocolos sanitarios y la manera de llevar a cabo algunos tratamientos ha cambiado en los últimos años y esto ha conllevado que también se generen este tipo de residuos en los domicilios particulares.
- Son residuos que tienen un alto impacto social debido a la percepción que tiene de ellos la ciudadanía.
Por otro lado, tal y como señala el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) 2016 – 2022, en los últimos años se ha detectado un importante incremento de este tipo de residuos, variación que puede depender de diferentes factores, algunos relacionados con un posible aumento de la actividad sanitaria, pero otros factores pueden estar relacionados con cambios en la operatividad, como el incremento en el uso de material médico desechable o como consecuencia de cada vez más variados y complejos tratamientos y procedimientos médicos .
A la gestión de los residuos sanitarios aplica una normativa específica que en la mayoría de los casos atribuye la responsabilidad de estos residuos al representante legal de la empresa/organización. Desde el punto de vista práctico, es habitual que los centros sanitarios designen internamente a una persona encargada de coordinar y supervisar la gestión de los residuos, de llevar a cabo los trámites necesarios y de reportar a la administración la información pertinente para cumplir con los requisitos legales vigentes. Está claro el rol tan importante que recubre esta función ya que no solamente debe organizar y garantizar la correcta gestión de los residuos dentro del centro, sino que además gestiona las relaciones con los transportistas y gestores autorizados que se ocupan de la gestión “extra-centro” de los residuos y atiende a las inspecciones y requerimientos de las administraciones competentes.
En el año 2014, la Unión Europea, mediante el programa Leonardo, financió el proyecto “EU Healthcare Waste Manager” para la adopción de un enfoque común para la cualificación de la figura de “Responsable de gestión de residuos sanitarios”. Éste proyecto tiene como objetivo el establecer un marco común de competencias para esta figura profesional y desarrollar un programa de cualificación aplicable en los diferentes estados miembros de la UE, para así facilitar también la movilidad a nivel europeo. Otro objetivo es el de generar una red de profesionales que puedan intercambiar conocimiento, experiencia y herramientas de mejora y contribuir así a una mejor gestión de los residuos sanitarios en territorio europeo.
En el proyecto han participado diez organizaciones que representan a nueves países europeos (Albania, Alemania, España, Eslovenia, Grecia, Italia, Macedonia, Polonia y Reino Unido) y dos organizaciones más con un alcance internacional, la Unión Europea de Hospitales Privados (European Union of Private Hospitals – EUPH) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (International Solid Waste Association – ISWA).
Para el desarrollo del proyecto se han llevado a cabo diferentes actividades, entre ellas un conjunto de auditorías en centros sanitarios de los diferentes países implicados y un análisis comparativo de la actual situación en gestión de residuos en estos países.
Diversidad de modelos
Destaca la diversidad de enfoques adoptados en los diferentes países en relación al modelo de gestión adoptado en cada país y, consecuentemente, la diversidad de criterios operacionales practicados en los centros; en algunos países, por ejemplo, se permite y facilita el tratamiento de los residuos sanitarios en el mismo centro sanitario (Reino Unido), mientras que en otros esta práctica es muy limitada o no es viable (Alemania y España). En varios países la segregación de los residuos es clave para asegurar su correcto tratamiento y la contención de los costes asociados, mientras que en otros, es obligatoria la incineración de los mismos y por lo tanto su segregación pierde importancia (Polonia). De la misma manera, el modelo de gestión condiciona las tecnologías disponibles y la oferta y características de los servicios que los proveedores del sector ofrecen a los centros sanitarios.
Desde otra perspectiva, la misma diversidad existe en cuanto a la figura responsable en la gestión de residuos en los centros sanitarios –desde perfiles concretamente definidos en el marco de un sistema de cualificación o formación concreto, a personas a las que se atribuye esta función dentro del centro sin necesariamente haber establecido una base concreta de competencias o una trayectoria formativa o de experiencia previas– y en cuanto a los sistemas de cualificación profesional, sistemas en avanzado estado de implantación y desarrollo en los que también participan agentes privados (Reino Unido) o aquellos en los cuales éste tipo de cualificación se puede llevar a cabo solamente a través de la administración pública (España).
Aunque la normativa vigente en materia de residuos deriva en su mayoría de directivas europeas, a día de hoy no existe un marco legal europeo específico para los residuos sanitarios, lo que hace que cada estado miembro haya desarrollado su propia normativa.
Aunque la normativa vigente en materia de residuos deriva en su mayoría de directivas europeas, a día de hoy no existe un marco legal europeo específico para los residuos sanitarios, esto hace que cada estado miembro haya desarrollado su propia normativa y en algunos casos como el de España, que cada CCAA haya definido su propio marco legal. Destaca que en Alemania no existe una normativa específica sobre residuos sanitarios y para armonizar los sistemas de gestión se ha creado el “LAGA” un grupo de trabajo sobre residuos que reúne a representantes del Gobierno central y de los diferentes estados alemanes. Este grupo genera guías de interpretación de la normativa de residuos aplicada específicamente al ámbito de los residuos sanitarios y tales guías se consideran “cuasi” normativa que se aplica en todo el territorio.
No obstante las diferencias, se pueden identificar principios básicos y elementos comunes en todos los estados orientados a la prevención de daños a la salud y el bienestar de las personas, la contaminación y a proteger la seguridad y la salud pública. Estos principios se traducen luego en prácticas comunes como por ejemplo la segregación entre residuos peligrosos y no peligrosos (más allá de los diferentes grupos, denominaciones y clasificaciones específicas de cada país/región).
En las CCAA españolas existen diferentes denominaciones, pero a grandes rasgos, en el conjunto de la normativa existente los residuos generados se pueden agrupar en: residuos domésticos (de composición similar a los residuos generados por los particulares), residuos sanitarios no peligrosos (propios de la actividad sanitaria que no llevan asociado un riesgo de infección), cadáveres y restos humanos de entidad suficiente, residuos sanitarios peligrosos (por riesgo de infección y corto/punzantes), residuos químicos y residuos radioactivos.
Algunos de estos residuos se rigen por normativa específica como en el caso de los residuos radioactivos o los cadáveres y restos humanos con entidad propia, a los cuales aplica el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria.
En el caso concreto de España, doce de las comunidades autónomas han generado su propia normativa y cada una de ellas establece sus propios criterios operacionales. Esto supone que cada actor implicado en la gestión de los residuos sanitarios debe hacer referencia a un complejo marco legal.
En el caso concreto de España, doce de las comunidades autónomas han generado su propia normativa y cada una de ellas establece sus propios criterios operacionales (modalidades de denominación y clasificación de los residuos en diferentes grupos, consideración de las enfermedades infecciosas potencialmente transmisibles por agentes patógenos contenidos en los residuos, modalidades de segregación, tipología y características de los envases, identificación de los residuos, procedimientos para reportar información sobre la gestión de los residuos a la administración, etc.). Esto supone que cada actor implicado en la gestión de los residuos sanitarios (centros sanitarios, transportistas y gestores de residuos, personal sanitario, centros de formación profesional, etc.) debe hacer referencia a un complejo marco legal.
Un enfoque común
Por circunstancias como estas, encontrar un enfoque común para la cualificación de la figura responsable de la gestión de residuos sanitarios en el marco del proyecto ha sido una tarea ardua y compleja.
Finalmente, tras el trabajo de los socios del proyecto y los procesos de evaluación interna y externa llevados a cabo, se han identificado 27 unidades de formación que pueden aplicar de forma obligatoria u opcional, según el caso, a tres funciones que gestionan residuos sanitarios en diferentes lugares de trabajo y en diferentes fases del proceso general de gestión de los residuos sanitarios:
- Responsable de la gestión de los residuos en el centro sanitario
- Responsable de la gestión del transporte de residuos sanitarios
- Responsable de la planta de tratamiento de residuos sanitarios
Las tareas realizadas a lo largo del proyecto han permitido identificar elementos clave para la mejora en la actual gestión de los residuos sanitarios así como también vacíos desde el punto de vista normativo y retos para el futuro. En todos los países, incluso en aquellos más avanzados en materia, los residuos sanitarios siguen siendo un reto y hay un amplio margen de mejora.
En una ficha informativa de la Organización Mundial de la Salud (2004), se recoge que “para reducir la frontera de las enfermedades, los residuos sanitarios requieren una gestión coherente, incluidas alternativas a la incineración”. Este mismo reto se refleja en el Pan European Market Insight report (Frost & Sullivan, 2010), en el que se describe el desarrollo del sector de la gestión de los residuos sanitarios en el bloque europeo. En él se perfila una tendencia en la que los hospitales subcontratan la función de gestión de residuos a empresas externas con capacidad para invertir en tecnología y equipos y con capacidad para desarrollar esta función como proveedor externo de servicios. Esta tendencia distancia el productor del residuo (centro sanitario) de la gestión del mismo y hace imprescindible que la figura responsable dentro del centro esté cualificada y pueda tener un control efectivo del proceso y garantías suficientes de correcta y segura gestión de sus residuos.
La actualización de la normativa permitiría abarcar de forma sistemática la evolución de algunas praxis, como por ejemplo, la gestión de los residuos sanitarios generados en el domicilio, una situación cada vez más recurrente y cuya gestión no siempre queda claramente recogida ni por la normativa en materia de residuos sanitarios ni por las ordenanzas municipales.
Desde una perspectiva del estado español, a nivel de modelo de gestión de los residuos sanitarios y de normativa, está claro que un mayor nivel de armonización facilitaría su gestión y probablemente reduciría costes para aquellos actores que operan en más de una CCAA; esto supondría también criterios operativos más uniformes en los centros sanitarios de las diferentes comunidades y por lo tanto más uniformidad en la formación del personal sanitario y perspectivas de movilidad dentro de España para la figura profesional de “Responsable de Residuos sanitarios”.
En general, una normativa clara y adaptada tanto a la realidad de los centros productores como de los avances tecnológicos del sector (tanto del sector sanitario como del sector de la gestión de los residuos) contribuiría a mejorar su gestión; actualmente la mayoría de la normativa vigente en España se creó en los años noventa aunque destacan las actualizaciones realizadas recientemente en Galicia y País Vasco (2015). La actualización de la normativa permitiría abarcar de forma sistemática la evolución de algunas praxis, como por ejemplo, la gestión de los residuos sanitarios generados en el domicilio –algunos de ellos peligrosos–, una situación cada vez más recurrente y cuya gestión no siempre queda claramente recogida ni por la normativa en materia de residuos sanitarios ni por las ordenanzas municipales. Cabría además plantear el debate sobre la responsabilidad en la gestión de los residuos de fármacos y materiales sanitarios que actualmente no quedan cubiertos por el SIGRE y la disponibilidad de sistemas específicos para una segura recogida y tratamiento.
En general, una correcta clasificación y separación de los residuos sanitarios reduce el riesgo de lesiones al personal que entra en contacto con los mismos, los daños a la salud de las personas y la contaminación ambiental, pero además suele suponer una optimización de los recursos y un ahorro económico.
Residuos muy heterogéneos
Cabe señalar que en el marco de los residuos sanitarios se incluyen todos aquellos que se generan en los centros de salud, por lo tanto no solamente los que están relacionados con las prácticas y servicios sanitarios, sino también los que son asimilables a los urbanos como por ejemplo los residuos orgánicos de las cocinas y comedores, los envases, los residuos de oficinas, aquellos de mantenimiento, etc. Teniendo en cuenta las debidas diferencias y especializaciones de los centros, entre el 75 y el 90% de los residuos generados en un centro sanitario son similares a aquellos domésticos y no representan un peligro para el medio ambiente ni para la salud de la personas, mientras que el restante 10-25% es peligroso ya que se trata de residuos infecciosos, residuos químicos y residuos radioactivos (Safe Management of Waste from health-care activities, second edition, World Health Organization, 2014). Por lo tanto, la figura responsable de los residuos en un centro sanitario abarca un campo de acción muy amplio en el que se generan residuos muy heterogéneos y con volúmenes que pueden ir de muy pocas cantidades generadas puntualmente a ingentes cantidades generadas de forma diaria.
Está claro que una formación adecuada del personal sanitario, en particular de la persona responsable de la gestión de los residuos en el centro sanitario, deberían ser una prioridad para asegurar una más eficiente y mejor gestión de los residuos sanitarios en futuro
Para obtener mejores resultados en la gestión de los residuos no son siempre necesarias inversiones consistentes en tecnología, muchas veces es más efectivo trabajar desde sus primeras fases (prevención y separación) y en este sentido, son clave la formación y la sensibilización del personal y la comunicación con las partes interesadas. Muchos centros sanitarios han conseguido notables resultados trabajando en la introducción de buenas prácticas acompañada de una formación y apoyo constante al personal.
Desde una perspectiva más amplia, está claro que una formación adecuada del personal sanitario (a todos los niveles y según las necesidades de cada perfil) y, en particular de la persona responsable de la gestión de los residuos en el centro sanitario, deberían ser una prioridad para asegurar una más eficiente y mejor gestión de los residuos sanitarios en futuro. Esto parece quedar recogido en el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) 2016 – 2022 publicado en diciembre del 2015, que define tres objetivos concretos para esta tipología de residuos:
- “Mejorar la información y formación de los agentes implicados en la gestión interna de los residuos sanitarios que se generan tanto en grandes hospitales como en centros sanitarios pequeños, clínicas veterinarias, clínicas dentales, centros de estética e incluso en hogares, para facilitar la separación de los residuos y favorecer su posterior tratamiento.
- Facilitar a los gestores de residuos la aplicación de la legislación autonómica.
- Actualizar los criterios para clasificar los residuos sanitarios peligrosos.”
Para trabajar en estos objetivos, la disponibilidad de buenas prácticas y el intercambio de conocimiento y experiencia entre las partes interesadas (administración, profesionales del sector, gestores de residuos, empresas proveedoras de materiales, etc.) es esencial; es este sentido, el proyecto EUHCWM ofrece a aquellas personas interesadas, la participación en la red profesional que se ha ido creando a lo largo del proyecto y generar así un espacio de participación e intercambio. Quien esté interesado en acceder a la red o conocer los resultados del proyecto pueden acceder al grupo de LinkedIn y obtener información en www.hcwm.eu.