Según los datos actualizados del Instituto Internacional del Aluminio, en 2019 se reciclaron 20 millones de toneladas de chatarra postconsumo.
En 2019 se consumieron en todo el mundo 20 millones de toneladas de chatarra de aluminio postconsumo, según reflejan nuevos datos publicados por el Instituto Internacional del Aluminio (IAI). Se trata de una cifra récord que ha permitido evitar 300 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el metal reciclado reduce la demanda de aluminio primario.
Este nuevo récord, publicado en la última actualización del Modelo de Flujo de Materiales del IAI, representa casi el 60% del consumo total de chatarra, ya que el postconsumo -procedente de productos usados- sigue superando los niveles de chatarra de preconsumo -generalmente producida en procesos industriales-.
La chatarra postconsumo procede de tres fuentes principales: envases, vehículos y construcción. En total, el aluminio reciclado representa ya más de un tercio de todo el aluminio producido en el mundo.
Comentando los datos, la directora de Escenarios y Previsiones del IAI, Marlen Bertram, afirma que «se espera que la demanda de aluminio aumente alrededor del 80% en 2050, y el IAI prevé que el aluminio reciclado podría satisfacer la mitad de esa demanda. Con los ambiciosos objetivos de recogida de latas de bebidas usadas y la mejora de las tecnologías de reciclaje del papel de aluminio, esta tasa podría ser incluso mayor.»
«Las cifras históricas indican que las medidas para aumentar la cantidad de productos de aluminio postconsumo que se vuelven a usar en procesos de producción siguen teniendo éxito», añade Bertram.
El aluminio es uno de los materiales más reciclables del planeta y el IAI está haciendo campaña para garantizar que los productos al final de su vida útil vuelvan a entrar en el circuito de reciclaje del aluminio, dado el valor económico y medioambiental del metal en la economía mundial.
Así, el documento recuerda que las latas de aluminio son el envase de bebidas más reciclado en el mundo, con una tasa de media ponderada de reciclaje del 69%, en comparación con el tereftalato de polietileno (PET), con un 43%, y el vidrio, con un 46%.