La Comisión Europea ha publicado una serie de propuestas en áreas como la recogida selectiva, la fiscalidad ambiental o la responsabilidad ampliada del productor, con el objetivo de que España pueda cumplir los objetivos europeos en materia de residuos y reciclaje.
La Comisión Europea ha hecho público el diagnóstico y las recomendaciones para que los países que se encuentran más rezagados en materia de gestión de residuos puedan cumplir los objetivos de 2020. Bruselas sitúa a España junto a estados como Chipre, Hungría, Irlanda, Malta, Portugal y Eslovenia porque «las estadísticas muestran que el porcentaje de residuos que acaban en vertedero es muy alto (60%) y las tasas de reciclaje demasiado bajas (30%)».
Los principales problemas de España en materia de residuos, según la Comisión, son:
- La falta de iniciativas para gestionar los residuos de acuerdo a la jerarquía europea: prevención, reutilización, reciclaje, valorización y vertido.
- Insuficiente recogida selectiva puerta a puerta.
- Ausencia de colaboración entre administraciones
- Sistemas de responsabilidad ampliada del productor insuficientes
- Escasa gestión de biorresiduos
Para paliar esta situación, la UE reclama a nuestro país un esfuerzo adicional y detalla una serie de recomendaciones en las áreas que se deben mejorar y que se recogen a continuación:
- Introducción de un impuesto nacional al vertido de residuos municipales.
- Una actualización coordinada de los diferentes planes regionales de gestión de residuos.
- Identificación de las regiones en riesgo de incumplimiento de la normativa.
- Identificación de las regiones punteras y los factores clave de su éxito, y difusión de sus buenas prácticas.
- Inclusión de planes de prevención en los planes regionales de gestión de residuos.
- introducción de planes específicos de gestión de biorresiduos en los planes regionales de gestión de residuos.
- Identificación y sensibilización sobre modelos exitosos de recogida de residuos.
- Recopilación de capacidades y eficiencias respecto al tratamiento de residuos en las instalaciones de tratamiento mecánico-biológico (TMB).
- Recopilación de las capacidades para biorresiduos procedentes de la recogida separada en las plantas TMB y plantas de compostaje.
- Identificación y caracterización de las mejores plantas TMB y garantizar la transferencia de tecnología.
- Reforma de las cargas por la gestión de residuos municipales, vinculando de forma progresiva los costes a la generación y asegurando que las actividades comerciales cubren el coste de la gestión de sus residuos.
- Mejora y creación de nuevos sistemas de responsabilidad ampliada del productor. Para ello propone medidas como expandir esta responsabilidad a nuevos flujos de residuos (muebles, textiles, productos sanitarios y de higiene…), introducir criterios de ecodiseño (durabilidad de los productos, reciclabilidad…) o considerar la implementación de sistemas de depósito y devolución.
- Recopilar, comparar y armonizar los métodos de cálculo de residuos municipales biodegradables enviados a los vertederos.
- Abordar las causas de la inconsistencia entre los balances de masa reportados por las instalaciones de tratamiento y por la recogida municipal de residuos.
- Control de los flujos internacionales de residuos.
- Fomentar la eficiencia y las economías de escala, mediante un plan para compartir instalaciones de tratamiento (siempre que su viabilidad esté asegurada por un análisis de ciclo de vida).