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Chemical Recycling Europe lamenta las restricciones que las organizaciones ecologistas piden para el reciclado químico porque supondrían una oportunidad perdida para valorizar residuos plásticos complejos o los rechazos de las plantas de reciclaje mecánico.

La industria del reciclado químico se define como la esencia de la circularidad

El pasado mes de mayo, diversas ONG y asociaciones de la Unión Europea proclamaron sus «10 prioridades para transformar la política de residuos de la UE», en las que se apuntan a ambiciosos objetivos en materia de residuos. La novena de estas prioridades apuntaba al establecimiento de ciertas restricciones al reciclado químico bajo el argumento de que esta tecnología no debe minar enfoques circulares más altos en la jerarquía de residuos (como la reutilización o el reciclaje mecánico). Sin embargo, para Chemical Recycling Europe (ChemRecEurope), entidad que representa a la industria europea del reciclaje químico, esto supondría una importante pérdida de oportunidades para mejorar el actual sistema de residuos y reciclado.

En un comunicado, ChemRecEurope afirma que el reciclaje químico es circular por definición ya que se compone de «diferentes tecnologías que tienen como objetivo cerrar el círculo de materiales convirtiendo los residuos plásticos que actualmente no se reciclan en productos de alta calidad».

Estas técnicas de reciclado permiten sustituir el material virgen con idénticas propiedades y calidad, lo que para la entidad refleja «la esencia de lo que es la circularidad». Por ejemplo, permiten la inclusión del contenido reciclado en aplicaciones de calidad alimentaria (como envases de alimentos). Igualmente, estas tecnologías convierten los residuos poliméricos en diferentes materiales de valor añadido como monómeros, nafta, gas de síntesis, ceras, etc.

ChemRecEurope recuerda también que la definición de reciclado químico excluye expresamente la recuperación de energía, lo que en su opinión acentúa su enfoque circular: «El reciclado químico se define como cualquier tecnología de reprocesamiento que afecta directamente a la formulación de los residuos poliméricos o al propio polímero y los convierte en sustancias y/o productos químicos, ya sea para los fines originales o para otros fines, excluyendo la recuperación de energía».

Restricciones al origen y características de los plásticos

La prioridad 9 del decálogo de las ONG ambientalistas alude a las características y el origen de los materiales destinados al reciclaje químico, así como a los productos obtenidos a partir de esta tecnología. Por un lado, los restringe a los plásticos degradados o contaminados, unos insumos de muy poco valor en comparación con los del reciclado mecánico. Sin embargo, para ChemRecEurope no hay razón para restringir el reciclado químico a los plásticos contaminados y degradados. «Algunos plásticos son más complejos y algunos no representan una corriente económicamente viable para los recicladores mecánicos y por lo tanto esta restricción impide la posibilidad de que estos plásticos sean reciclados», argumenta.

Así, la apertura al reciclado químico de corrientes de residuos plásticos más amplias «permitiría reciclar más plásticos que actualmente no se reciclan y, por lo tanto, complementaría los esfuerzos actuales de los recicladores mecánicos».

Por otra parte, la mencionada prioridad 9 limita el origen de los materiales destinados a reciclado químico exclusivamente a aquellos que no proceden de una recogida separada, lo que excluiría también los rechazos generados en las plantas de los recicladores mecánicos, que representan una cantidad significativa de residuos plásticos.

Además, «el reciclado mecánico tampoco es capaz de reciclar algunos flujos de residuos recogidos por separado, por ejemplo, EPS, LDPE, etc.», lo que lleva a preguntarse cuál sería la mejor alternativa de reciclaje para esas corrientes de residuos recolectados por separado en lugar del reciclaje químico.

Restricciones a los productos obtenidos

Respecto a los productos obtenidos, además de nuevos plásticos, el reciclado químico puede utilizarse en la producción de diversos materiales «que podrían aportar más valor que los plásticos», por lo que el sector cree que estos outputs no deberían limitarse a nuevos plásticos, tal y como reclaman los grupos ecologistas. Así, una gran variedad de residuos plásticos no deseados pueden transformarse en aceites, ceras y disolventes alternativos. Esto también daría lugar a una reducción del petróleo crudo como materia prima y a la creación de materiales necesarios y útiles para diversas industrias.

Por otro lado, ChemRecEurope cree que restringir las características y el origen de los insumos del reciclaje químico sería incompatible con la prioridad 10, que consiste en la eliminación gradual de la incineración de residuos, «dado que los residuos plásticos destinados al reciclado químico se enviarían a valorización energética». De esta forma, las restricciones anteriores implicarían favorecer la incineración.

Todo ello, resume la organización, supondría «una oportunidad perdida de reciclar los residuos plásticos procedentes de los rechazos del reciclaje mecánico (y por lo tanto de la recogida selectiva) o un flujo de residuos técnica o económicamente difícil de reciclar por los recicladores mecánicos».

El comunicado recuerda finalmente que el reciclado químico se dirige específicamente a satisfacer la demanda de «contenido reciclado de calidad virgen que actualmente el reciclado mecánico solo puede satisfacer para el PET y el HDPE durante unos pocos ciclos bajo condiciones estrictas».

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