Un nuevo informe de la AEMA sobre la economía circular de los plásticos analiza la necesidad y el potencial de una transición hacia un enfoque circular y sostenible del uso que hacemos de estos materiales.
Si bien la conciencia, la preocupación y las iniciativas en torno a la contaminación por plásticos en el medio marino y en otros entornos han crecido enormemente en los últimos años, existen muchos otros impactos menos conocidos de los plásticos, incluida su contribución al cambio climático y los nuevos desafíos relacionados con la pandemia de la COVID-19. Así lo recoge un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), titulado ‘Plásticos, economía circular y medio ambiente europeo: una prioridad para la acción’.
El informe analiza la producción, el consumo y el comercio de plásticos, el impacto ambiental y climático de los plásticos durante su ciclo de vida y explora la transición hacia una economía circular de los plásticos a través de tres vías que involucran a los responsables políticos, la industria y los consumidores.
“Los desafíos que plantean los plásticos se deben en gran medida al hecho de que nuestros sistemas de producción y consumo no son sostenibles. La pandemia de la COVID-19 y el cambio climático han despertado un mayor interés por la crisis de los residuos plásticos a la que nos enfrentamos”, dice Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA. “Es evidente que la mejor opción es cambiar a una economía fundamentalmente sostenible y circular de los plásticos, en la que usemos los plásticos de manera mucho más inteligente y los reutilicemos y reciclamos mejor. Además, la producción de plásticos a partir de materias primas renovables debería ser el punto de partida”, añade.
El informe muestra que la producción, el uso y el comercio de plásticos continúan creciendo. Ya existe un número cada vez mayor de políticas e iniciativas de la UE para abordar los desafíos que plantean los plásticos, y en particular los plásticos de un solo uso. En 2018, la Comisión Europea presentó la primera estrategia integral del mundo sobre plásticos en una economía circular, que establece el enfoque de la UE para abordar los desafíos de los plásticos, a la que siguió la Directiva sobre plásticos de un solo uso en 2019.
El informe de la AEMA señala tres vías para el futuro, incluido un uso más inteligente de los plásticos, una mayor circularidad y el uso de materias primas renovables. Juntas pueden ayudar a garantizar que logremos un sistema de plásticos circular y sostenible. Junto al informe, también se publican dos documentos más breves relacionados sobre plásticos y textiles y sobre modelos de negocio circulares.
Plásticos y COVID-19
La pandemia del coronavirus ha provocado cambios en la producción, el consumo y los residuos plásticos. Las mascarillas juegan un papel vital para limitar la propagación de la COVID-19. Pero el aumento de los residuos plásticos debido a la demanda de mascarillas y guantes, además de los cambios en la producción y el uso de productos plásticos de un solo uso, como envases de comida para llevar y los recipientes de plástico para las ventas online, pueden poner comprometer a corto plazo los esfuerzos de la UE para frenar la contaminación plástica y pasar a un sistema más sostenible y circular para estos materiales.
Plásticos y cambio climático
El consumo y producción de plásticos implica el uso de grandes cantidades de combustibles fósiles, lo que tiene implicaciones negativas para el medio ambiente y el cambio climático. Además, la reducción de la actividad económica ha acarreado fuertes caídas en los precios mundiales del petróleo, lo que hace que sea significativamente más barato para los fabricantes producir productos de plástico a partir de materiales vírgenes de origen fósil que utilizar materiales reciclados. Si la producción y el uso de plásticos continúan aumentando según lo previsto, la industria del plástico representará el 20% del uso mundial de petróleo para 2050, frente al 7% actual.
Los datos del Inventario de Gases de Efecto Invernadero de la AEMA muestran que las emisiones anuales relacionadas con la producción de plástico en la UE ascienden a alrededor de 13,4 millones de toneladas de CO2 , o alrededor del 20% de las emisiones de la industria química en toda la UE, según el informe.
Por otro lado, la viabilidad económica del mercado de reciclaje de plásticos europeo y mundial se encuentra actualmente bajo una presión significativa. La menor demanda del mercado de plásticos reciclados también ha complicado los esfuerzos de muchos municipios europeos para gestionar sus residuos de forma sostenible, y se están utilizando opciones de eliminación de residuos menos deseables para cantidades significativas de residuos plásticos.
El problema creciente de los textiles sintéticos
Una parte del problema de los plásticos son los textiles hechos de fibras sintéticas como el poliéster y el nailon. Según el mencionado informe de la AEMA que analiza los plásticos en los textiles, los consumidores de la UE desechan alrededor de 5,8 millones de toneladas de textiles al año, alrededor de 11 kilogramos por persona, de los cuales cerca de dos tercios están compuestos por fibras sintéticas. Según datos de 2017, los hogares europeos consumieron alrededor de 13 millones de toneladas de productos textiles (ropa, calzado y textiles para el hogar).
Los tejidos a base de plástico constituyen aproximadamente el 60% de la ropa y el 70% de los textiles para el hogar. Promover la elección de fibras sostenibles y el control de las emisiones de microplásticos, junto con la mejora de la recogida selectiva, la reutilización y el reciclaje, tienen el potencial de mejorar la sostenibilidad y circularidad de los textiles sintéticos en una economía circular.
Nuevos modelos de negocio circulares
Cada vez hay más interés y oportunidades lucrativas en cambiar los modelos empresariales tradicionales para hacerlos más circulares, permitiendo que los materiales y productos se reutilicen y permanezcan en la economía el mayor tiempo posible. En el informe de la AEMA sobre modelos de negocio circulares en Europa se señalan las medidas que pueden adoptarse para aplicar eficazmente modelos empresariales circulares. También identifica los factores que facilitan la aplicación de estas medidas a layor escala como parte de la transición prevista hacia una economía circular. Esta transición requerirá la aplicación de las políticas de apoyo adecuadas y de conductas que propicien un cambio en el consumo y la educación.