Por Asociación de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón – REPACAR

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REPACAR denuncia en este artículo las presiones que la industria papelera intenta ejercer sobre los recuperadores y las administraciones públicas con el objetivo de impedir las exportaciones de papel recuperado fuera de Europa.

La Asociación de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR) ha enviado una carta a los ayuntamientos, diputaciones y mancomunidades más importantes, en la que defiende la gestión que llevan a cabo su más de un centenar de asociados para minimizar los costes de recogida de papel y cartón a los municipios. Además, en la misiva, por medio de su presidente, Sebastián Solís, se informa a estas entidades de la presión que actualmente ejercen los fabricantes de papel sobre el sector recuperador a través de diversas campañas de índole proteccionista que pueden derivar en un incremento de los costes de gestión de la recogida.

«Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». Esta frase, atribuida a Joseph Goebbels, bien podría aplicarse al lobby que los fabricantes de papel intentan ejercer sobre las administraciones públicas con el objetivo de impedir las exportaciones de papel recuperado europeo. Bajo un argumento sofista, establecen la priorización del reciclaje dentro de la Unión Europea, a través de la campaña ‘Reciclaje Made in Europa’. REPACAR advierte de que el grupo de presión no tiene en cuenta que la Unión Europea (UE) genera un excedente de ocho millones de toneladas de papel y cartón recuperado cada año, el cual necesita un mercado para poder reprocesarse como materia prima secundaria.

Lo que está en juego con tal postura lobista es la financiación del actual sistema de recogida municipal, con el que se han alcanzado tasas que sitúan a España a la cabeza de los países de la Unión Europea en reciclado de papel y cartón.

Además, para contrarrestar falsos argumentos con los que se enarbola la bandera de la defensa del medio ambiente cuando lo que se pretende es limitar el libre comercio, REPACAR aclara que las estrategias de protección medioambiental “no deben acabar siendo una herramienta para restringir el comercio internacional, ni deben aplicarse si no existen parámetros objetivos que demuestren su contribución a la conservación del medio ambiente a escala global”. “Este tipo de limitaciones al libre comercio tiene por objetivo interferir en el mercado del papel recuperado, lo que afectaría directamente en la retribución que obtienen los ayuntamientos por la venta de estas materias primas secundarias”, añade en su carta.

Lo que está en juego con tal postura lobista es la financiación del actual sistema de recogida municipal, con el que se han alcanzado tasas que sitúan a España a la cabeza de los países de la Unión Europea en reciclado de papel y cartón. Y además, pone en serio riesgo la viabilidad económica de las empresas recuperadoras, existiendo un solo beneficiario: los fabricantes de papel.

INFORME DETALLADO

En un informe adjunto a la misiva, la asociación desmonta uno a uno el argumentario que, bajo supuestos beneficios medioambientales, esconden medidas espurias para mantener la competitividad frente al resto de la industria europea, con la única intención de limitar el libre comercio de papel y cartón recuperado.

Para poder garantizar que todos los residuos de papel y cartón recuperados en Europa se puedan reciclar y materializar así el paradigma de la economía circular, debe de existir un libre comercio de materias primas secundarias que reintroduzcan esos materiales en el sistema. De otra forma, se corre el riesgo de que el excedente de material recuperado acabe depositado en vertedero al no ser posible su comercialización. Además, al aumentarse los objetivos europeos de recuperación y reciclado, el excedente europeo de papel y cartón recuperado será aun mayor y, al no poder obtener retorno económico de la venta de ese material recuperado, serán las administraciones públicas y, por ende los ciudadanos, quienes acabarán pagando el sobrecoste de recuperar unos residuos que no tendrán reincorporación en ningún proceso productivo.

En 2015 se recogieron y procesaron en Europa unas 56 millones de toneladas de papel recuperado, de las cuales alrededor de 48 millones fueron consumidas por las fábricas papeleras europeas y 8 millones de excedente fueron exportadas a otros mercados, al no haber capacidad suficiente en Europa para consumirlas.

La asociación informa de que en 2015 se recogieron y procesaron en Europa unas 56 millones de toneladas de papel recuperado, de las cuales alrededor de 48 millones fueron consumidas por las fábricas papeleras europeas y 8 millones de excedente fueron exportadas a otros mercados, al no haber capacidad suficiente en Europa para consumirlas. Este excedente de papel recuperado europeo, se exporta a otros mercados, principalmente a Asia, destino clave para el reciclado en todo el mundo, al ser la región de mayor crecimiento económico mundial y donde se producen y se embalan una gran cantidad de bienes de consumo que terminan en Europa.

De este modo, bajo el argumento de promover a la industria recicladora europea, de la cual forma parte la industria de la recuperación como parte integrante de la cadena del reciclado, se esconde una restricción encubierta al libre comercio de papel recuperado, ya que si no existe capacidad suficiente para dar salida a todo este material en Europa y, sin embargo, se limitan sus exportaciones, la única alternativa posible para ese material que no tiene salida es que sea depositado en vertedero, por lo que se estaría desincentivando la recogida y el tratamiento, con el correspondiente sinsentido económico y medioambiental, poniendo en riesgo de supervivencia a una parte de la cadena de la industria europea del reciclado, la encargada de mantener los sistemas de recuperación y reciclado.

EMPLEOS VERDES

En Europa, el sector de la recuperación de papel recuperado emplea a más de 300.000 trabajadores. En España, esta industria mantuvo en 2016 más de 29.000 empleos, con una facturación de 2.600 millones de euros, de los cuales aproximadamente 370 millones de euros procedían del comercio internacional de papel recuperado.

Cualquier medida destinada a restringir el libre comercio de bienes y servicios medioambientales va en contra de la estrategia europea “uso eficiente de los recursos”. En este contexto, el sector español de la recuperación de papel vería desincentivada su capacidad de crecimiento y podría dejar de contar con un potencial económico de 370 millones de euros procedente de la exportación, lo cual se traduciría en una perdida directa de más de 2.000 empleos. Por el contrario, si se favorecen políticas que estimulen este mercado fomentando la demanda y la disponibilidad de materiales reciclados, se produciría la sustitución de vertederos o plantas de eliminación por plantas de reciclaje, lo que podría suponer la creación de 400.000 puestos de trabajo en Europa.

El sector español de la recuperación de papel vería desincentivada su capacidad de crecimiento y podría dejar de contar con un potencial económico de 370 millones de euros procedente de la exportación, lo cual se traduciría en una perdida directa de más de 2.000 empleos.

REDUCCIÓN DE EMISIONES CONTAMINANTES

Existen evidencias de que el daño medioambiental, junto con el económico a medio plazo, sería mayor si limitamos el destino del papel recuperado que se comercializa a nivel mundial, fijando un destino común y preferente para una fuente de recogida local.

De tal modo, el volumen de emisiones por kilómetro y tonelada transportada, se reduce más de un 65% con el transporte marítimo, con respecto al transporte por carretera. Además, según otro factor a tener en cuenta, la distancia a recorrer desde el punto de recogida hasta el punto en el que se encuentre la instalación en la que será tratado, es posible que traslados dentro de la Unión Europea (incluso dentro del mismo Estado miembro) requieran recorrer mayores distancias que un traslado a un país extracomunitario.

Por último, no conviene olvidar el contexto en el que se produce ese transporte. Un caso paradigmático es el de China, principal destino de las exportaciones españolas de papel y cartón recuperado. Teniendo en cuenta el desequilibrio comercial existente entre Europa y China que obliga a que la mayoría de los contenedores regresen vacíos (o cargados con algún material que garantice la estabilidad de la embarcación), dado que los contenedores viajarán de todos modos, a la hora de realizar el estudio se debe de considerar únicamente el incremento marginal de las emisiones debido a la carga, lo que reduce aún más el nivel de emisiones de CO2.

A lo anterior, hay que añadir que el envío de estos materiales se realiza utilizando sistemas de logística inversa y verde, que aprovechan los contenedores marítimos de retorno, evitando que regresen un elevado número de contenedores de transporte de Europa a China vacíos.

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