Una investigación internacional revela los barrios con vegetación se asocian a una reducción de comportamientos de riesgo para la salud como fumar y beber alcohol, lo que podría suponer un punto de partida para intervenciones de salud pública basadas en la naturaleza.
Según un nuevo estudio, las personas que viven en barrios más verdes fuman y beben menos por término medio, y las que visitan regularmente la naturaleza tienen menos probabilidades de fumar.
La investigación, realizada en colaboración por un grupo internacional de investigadores, ha revelado que los espacios verdes residenciales se asocian a una reducción significativa de los comportamientos de riesgo para la salud, como el tabaquismo y el consumo diario de alcohol. Los habitantes de los barrios más verdes tenían un 13% menos de probabilidades de ser fumadores y un 31% menos de beber alcohol a diario que los de las zonas menos verdes.
El estudio, publicado en la revista Health & Place, ha analizado por primera vez datos de varios países y distintos tipos de contacto con la naturaleza, y pone de relieve el potencial de los espacios verdes como intervención de salud pública.
Los resultados son coherentes para distintos países, ingresos familiares y nivel educativo, lo que indica que la presencia de espacios verdes cerca del hogar reduce los comportamientos de riesgo para la salud y parece ser beneficiosa para todos, sin limitarse a determinados grupos.
Los investigadores también descubrieron que las personas que visitan la naturaleza lejos de su casa al menos una vez a la semana tienen menos probabilidades de fumar.
La Dra. Leanne Martin, autora principal del estudio, comenzó la investigación mientras realizaba su doctorado en la Universidad de Plymouth (Reino Unido), tras licenciarse en Psicología y en Métodos de Investigación en Psicología. Actualmente trabaja en el Centro Europeo de Medio Ambiente y Salud Humana de la Universidad de Exeter.
«Nuestra conclusión de que la naturaleza parece ser beneficiosa para todos los miembros de la sociedad es muy importante, porque contribuye a igualar las condiciones para reducir las desigualdades sanitarias», afirma Martin. «En nuestra investigación hemos tenido en cuenta una amplia gama de factores socioeconómicos y hemos descubierto que los beneficios no dependen de factores como tener mayores ingresos o vivir en zonas más prósperas. Para las personas que no viven en zonas con muchos espacios verdes, las visitas intencionadas a la naturaleza también son muy beneficiosas».
El estudio se basa en investigaciones anteriores, en las que también participaron la Dra. Martin y académicos de la Universidad de Plymouth, que han demostrado cómo la naturaleza puede contribuir a una salud positiva y a tomar decisiones favorables para el medio ambiente.
Una investigación publicada en 2019 vinculó la capacidad de ver vegetación con antojos menos intensos y frecuentes, mientras que un estudio de 2020 descubrió que las personas que realizan visitas semanales a la naturaleza tienen más probabilidades de comportarse de manera que promuevan la salud ambiental.
«Estos hallazgos están en consonancia con nuestros estudios anteriores que mostraron los beneficios para la salud de tener espacios verdes cerca de casa«, dice el profesor Jon May, catedrático de Psicología de Plymouth. «El estudio de un gran número de personas de varios países diferentes permite controlar factores obvios como la renta, el clima y la densidad de población. Los resultados también sugieren que se podría ayudar a los fumadores que intentan dejar de fumar facilitándoles viajes cortos a espacios naturales».
El nuevo estudio define los espacios verdes residenciales como terrenos compuestos por vegetación y elementos naturales situados a menos de 250 metros del domicilio de una persona, incluidos los jardines privados. Se utilizaron datos de la BlueHealth International Survey, una encuesta transversal de 14.403 adultos de 18 países y de diversos grupos sociodemográficos.
Los resultados sugieren que los efectos positivos de los espacios verdes residenciales en la reducción del tabaquismo y el consumo diario de alcohol podrían aprovecharse como intervención de salud pública. Podría tratarse de intervenciones basadas en la naturaleza para personas que quieren dejar de fumar o tratar el consumo abusivo de alcohol.
El estudio ofrece un punto de partida para una investigación aún más detallada sobre si un mejor acceso y mantenimiento de los espacios verdes urbanos podría ofrecer a los responsables de salud pública estrategias viables para reducir múltiples comportamientos de riesgo para la salud.