El equipo ya ha hecho las pruebas físicas y químicas con diversos subproductos como el aceite de automoción usado y los lodos generados en plantas potabilizadoras.

valorización de residuos industriales
Los investigadores utilizan diversos tipos de residuos industriales para producir cemento. Foto: UCV

Un grupo de investigadores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV) ha encontrado el modo de transformar residuos contaminantes generados por la industria en materiales de construcción.

El propósito del proyecto es “reducir el impacto ambiental que genera la industria, mediante la reutilización de residuos como posibles materiales alternativos en el sector de la construcción”, sostiene Trino Baloa Montilla, investigador responsable.

Financiados por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), dos profesores y 14 estudiantes iniciaron este proyecto, bajo el nombre: “Nuevos materiales de la construcción provenientes de los residuos de las plantas potabilizadoras y de tratamiento de aguas, así como de la industria agrícola petrolera y automotriz”.

Inicialmente, los investigadores experimentaron con los lodos producidos por una planta potabilizadora. Dichos lodos fueron tratados hasta conseguir un polvo similar al del cemento. El polvo obtenido sirve para producir un cemento especial puzolánico, que tiene una huella ecológica mínima.

Otro de los subproductos utilizados es el aceite de automoción usado. “Un litro de aceite de carro contamina un millón de litros de agua potable; pero, también, puede ser muy útil para la construcción”, señala Baloa.

El equipo comprobó que añadir cierto porcentaje de aceite de automoción al cemento le da una mayor resistencia a la mezcla, cercana al 10%. Sin embargo, la utilidad de este residuo solo es aplicable en cementos o concretos no estructurales, ya que su uso afecta la adherencia que existe entre el acero y el propio cemento.

“Denominamos ‘concretos no estructurales’ a aquellos que no tienen que soportar directamente la tensión de las estructuras (vigas, columnas, muros); es decir, la combinación reforzada con cabillas de acero. Pero, por lo demás, el concreto con aditivo de aceite de carro usado puede ser perfectamente utilizado en brocales, aceras, caminerías y bloques”, explica el profesor Baloa.

Aumentar la producción de cemento

El equipo de la UCV ya tiene los análisis químicos y físicos, y la microscopía electrónica de barrido (para ver las formas que tiene el material y sus partículas) de al menos diez subproductos industriales.

Según el investigador responsable, “los estudios muestran que si se utilizan los residuos de la industria venezolana que se han identificado, podríamos estar hablando de un aumento en la producción cementera anual del 5%”.

Otro residuo industrial explorado es el catalizador gastado de craqueo catalítico, proveniente de los reactores que se encuentran en las refinerías de petróleo. El análisis químico revela que, el catalizador gastado de craqueo catalítico tiene un 44% de alúmina y un 44% de sílice. “Lo que faltaría –concreta Baloa–, es el calcio para producir otro cemento puzolánico”.

Asimismo, los investigadores están examinando la tierra negra que refina el aceite comestible de palma. De las plantas extractoras de aceite, también, se pueden reutilizar las cascarillas del fruto de la palma africana, la fibra del gajo de la palma, el hollín y las cenizas de la palma seca.

Adoquines y pavimentos

Los investigadores han realizado sus pruebas, principalmente, en la planta concretera San Antonio del Valle, de la Fábrica Nacional de Cemento; en el Instituto de Materiales y Modelos Estructurales, de la UCV, y en el Instituto de las Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, de España.

En la actualidad, con el cemento generado a base de residuos industriales, están fabricando adoquines para sustituir el uso de asfalto en las comunidades y construir superficies pavimentadas de tránsito peatonal.

Además, están estudiando las propiedades de los aditivos plastificantes o reductores de agua de alto rango que se utilizan en las plantas cementeras y que, hasta la fecha, se traen del extranjero.

Este proyecto de investigación arrojará sus resultados definitivos en abril de 2014.

Fuente:
Fonacit

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