Pese a algunos avances, la confederación europea del reciclaje cree que la regulación mantiene objetivos poco ambiciosos, vacíos legales e incertidumbre normativa que podrían frenar las inversiones necesarias para avanzar hacia una economía circular real en el sector de la automoción.

Vehículos al final de su vida útil

La Confederación Europea de la Industria del Reciclaje (EuRIC) ha mostrado su preocupación tras la votación conjunta de las comisiones de Medio Ambiente (ENVI) y Mercado Interior (IMCO) del Parlamento Europeo sobre la propuesta de Reglamento de Vehículos al Final de su Vida Útil (NFU). Aunque EuRIC considera que se trata de un paso positivo hacia una automoción más circular en Europa, advierte que la falta de ambición en los objetivos, la existencia de lagunas normativas y la inseguridad jurídica pueden frenar el desarrollo del mercado y las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos de circularidad.

Uno de los aspectos más controvertidos es la reducción al 20% del objetivo obligatorio de contenido reciclado en plásticos, de los cuales solo un 10% deberá proceder de residuos posconsumo. Además, se ha fijado un objetivo de circuito cerrado del 15%, que deberá alcanzarse en los seis años posteriores a la entrada en vigor de la normativa. Aunque se prevé un aumento al 25% en un plazo de diez años, la mitad del contenido reciclado podrá seguir siendo de origen preconsumo.

Desde EuRIC lamentan esta decisión, recordando que el propio Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea ha demostrado que fijar objetivos más altos de contenido reciclado posconsumo es técnica y económicamente viable. “Estos objetivos tan bajos no recompensan ni a las empresas pioneras que ya han invertido en soluciones circulares ni a los recicladores, que se enfrentan a una obligación del 30% de reciclado de plásticos procedentes de vehículos sin un mercado asegurado”, denunció María Vera Durán, responsable técnica sénior de EuRIC.

Además, la ausencia de una cláusula espejo que garantice condiciones de competencia equitativas para las importaciones supone una amenaza para los recicladores europeos. La inclusión de una cláusula de revisión vinculada a posibles “precios excesivos” introduce aún más incertidumbre normativa, desincentivando las inversiones necesarias.

Acero reciclado y uso de metales posconsumo

En cuanto a los metales, EuRIC valora positivamente la introducción de objetivos de contenido reciclado para el acero, condicionados a un estudio de viabilidad. Esta medida va en línea con los esfuerzos del sector para aumentar el uso de metales reciclados posconsumo en la fabricación de vehículos. No obstante, la federación pide que se dé prioridad al uso de materiales posconsumo y alerta sobre el uso en el texto de términos como “residuos preconsumo” o “chatarra férrica”, que podrían diluir la ambición circular.

Igualmente, EuRIC considera excesivo el plazo de 48 meses establecido para la obligación de declarar el contenido reciclado en los vehículos, especialmente cuando ya se ha incluido dicha exigencia en el caso de los plásticos.

En paralelo, la organización advierte contra la inclusión de objetivos de acero bajo en carbono en la normativa, mientras no exista una definición clara y consensuada del mismo. Recuerdan que el objetivo principal del reglamento es incrementar la circularidad del sector de la automoción, y no debe desviarse hacia otros fines antes de lograr ese objetivo fundamental.

Tratamiento, exportaciones y responsabilidad ampliada del productor

Entre los aspectos positivos, EuRIC aplaude la confirmación de normas tecnológicamente neutrales para el tratamiento de los vehículos, así como la flexibilidad otorgada a los centros autorizados de tratamiento (CAT). Sin embargo, expresan su preocupación ante la posibilidad de futuras normativas europeas que impongan requisitos de calidad a la producción de los trituradores, insistiendo en que estos estándares deben seguir siendo definidos por el mercado para fomentar la innovación y la inversión en tecnologías avanzadas de reciclado.

Asimismo, la organización apoya el refuerzo del control sobre las exportaciones de vehículos al final de su vida útil que se camuflan como vehículos de segunda mano. En este sentido, reclama controles obligatorios de aptitud para circular antes de autorizar su exportación, con el fin de evitar la pérdida de materiales valiosos y garantizar que los vehículos exportados realmente puedan seguir utilizándose de forma segura.

Por último, EuRIC valora la inclusión de una representación equilibrada en las organizaciones de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), pero insiste en que estas entidades deben mantener un carácter estrictamente sin ánimo de lucro. Además, defiende que los contratos entre las organizaciones de RAP y los CAT deben seguir siendo voluntarios y limitarse a las obligaciones estrictamente relacionadas con la responsabilidad ampliada del productor, sin convertirse en instrumentos de control de suministro.

EuRIC concluye que el reglamento NFU representa una oportunidad única para acelerar la economía circular en Europa y reducir su huella material. Por ello, insta a los colegisladores a reforzar los objetivos y cerrar los vacíos existentes en las próximas fases del proceso legislativo, para que esta regulación esté verdaderamente a la altura de las ambiciones circulares y climáticas del continente.

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