La nueva norma contempla la obligatoriedad de crear sistemas de responsabilidad ampliada del productor para textiles y calzado, y objetivos vinculantes de reducción de los residuos alimentarios.

La revisión de la Directiva marco sobre residuos entró en vigor el pasado 16 de octubre, introduciendo normas comunes para la responsabilidad ampliada del productor (RAP) en el sector textil y estableciendo objetivos vinculantes de reducción de los residuos alimentarios para los Estados miembros. La norma pretende contribuir a reducir los residuos, impulsar la innovación en prácticas sostenibles y reducir la dependencia de las materias primas en la Unión Europea.
El sector textil y de la confección es una fuerza económica importante de la UE, que generó un volumen de negocio de 170.000 millones de euros en 2023 y emplea a 1,3 millones de personas en 197.000 empresas. Sin embargo, la producción y el consumo de textiles también tienen un impacto medioambiental significativo. En 2020, en la UE, el sector textil fue el tercer sector con mayor impacto en el consumo de agua y suelo, y el quinto en términos de uso de materias primas y emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, los residuos textiles son un problema acuciante, con unos 12,6 millones de toneladas generadas en 2019, de las cuales solo una quinta parte se recogió por separado para su reutilización o reciclado.
La Directiva marco sobre residuos revisada introduce dos conjuntos principales de medidas para hacer frente a estos impactos, al tiempo que se potencia la competitividad y la circularidad del sector:
- Sistemas obligatorios de responsabilidad ampliada del productor (RAP) para productos textiles y calzado: Todos los Estados miembros deben establecer su propio sistema RAP para textiles y calzado, siguiendo las normas comunes aplicables en toda la UE. En virtud de dichos sistemas, los productores de textiles y calzado pagarán una tasa por cada producto que comercialicen. Esta tasa financiará los sistemas de recogida y la gestión de los textiles recogidos, previendo su reutilización, preparación para la reutilización, reciclado y eliminación.
Las tasas de responsabilidad ampliada del productor se ajustarán en función de criterios de sostenibilidad, como los desarrollados en el Reglamento sobre diseño ecológico de productos sostenibles (ESPR), teniendo en cuenta factores como la durabilidad y la reciclabilidad. Este enfoque, conocido como «ecomodulación», vincula el coste que pagan los productores por la responsabilidad ampliada del productor a la sostenibilidad de sus textiles, lo que les anima a diseñar productos más circulares y respetuosos con el medio ambiente.
Las tasas de responsabilidad ampliada del productor también se utilizarán para informar a los consumidores sobre los textiles y el calzado sostenibles, y para apoyar la investigación y el desarrollo con el fin de mejorar el diseño de los productos, la prevención de residuos y las operaciones de gestión.
- Nuevas normas para la gestión de los textiles usados y los residuos textiles: todos los textiles recogidos selectivamente se considerarán residuos, lo que garantizará una interpretación uniforme en todos los Estados miembros de lo que se considera «residuo» frente a «textil usado». Esto significa que los Estados miembros tendrán que garantizar que los textiles recogidos selectivamente se sometan a operaciones de clasificación antes de su posible envío, evitando que los residuos se etiqueten falsamente y se exporten como reutilizables. Si no se clasifican, los residuos textiles estarán sujetos al Reglamento sobre el traslado de residuos.
En virtud de las nuevas normas, las empresas de economía social que se dedican a la recogida y gestión de textiles de segunda mano estarán exentas de las obligaciones de responsabilidad ampliada del productor, podrán gestionar sus propios sistemas de recogida y las organizaciones de responsabilidad del productor se encargarán de gestionar sus residuos textiles sin coste alguno.
La Directiva revisada cumple así el compromiso adquirido por la Comisión Europea en el marco de la Estrategia de la UE para un sector textil sostenible y circular de lograr una gestión más circular y sostenible de los residuos textiles.
Reducción de los residuos alimentarios
La Directiva marco sobre residuos revisada introduce también objetivos vinculantes de reducción de los residuos alimentarios que deben alcanzar los Estados miembros, lo que supone un paso importante hacia la reducción del impacto medioambiental, social y económico de los residuos alimentarios en la UE.
Los Estados miembros deben reducir los residuos alimentarios en un 10% en la transformación y la fabricación, y en un 30% per cápita en la venta al por menor y el consumo para 2030, lo que incluye restaurantes, servicios de alimentación y hogares.
Para cumplir estos objetivos, los Estados miembros deberán evaluar y adaptar sus programas de prevención del desperdicio de alimentos. Esto implica medidas para apoyar intervenciones de cambio de comportamiento, sensibilizar sobre la prevención del desperdicio de alimentos y promover la innovación y las soluciones tecnológicas. También se incluyen medidas que abordan las ineficiencias en la cadena de suministro alimentario y apoyan la cooperación entre los distintos actores.
Además, la Directiva revisada introduce medidas reforzadas para facilitar la donación de alimentos, exigiendo a las empresas alimentarias pertinentes que propongan acuerdos de donación a los bancos de alimentos y otras organizaciones de redistribución de alimentos.
Para supervisar los progresos, la Comisión llevará a cabo una revisión exhaustiva antes de 2027. Esta incluirá un estudio para comprender mejor las causas fundamentales de la pérdida y el desperdicio de alimentos en la producción primaria.
La revisión también considerará la posibilidad de modificar los objetivos para 2030 y establecer nuevos objetivos más allá de 2030, que podrían extenderse hasta 2035.
La Directiva revisada exige a la Comisión que adopte normas de aplicación para tener en cuenta las variaciones en los flujos turísticos en la reducción del desperdicio de alimentos lograda por los Estados miembros.
Los datos comunicados por los Estados miembros y publicados por la ESTAT desde 2020 y hasta 2023 muestran niveles significativos de desperdicio de alimentos y, hasta ahora, no se observa una clara tendencia a la baja. Por lo tanto, la Directiva revisada representa un importante paso adelante para abordar esta cuestión y ofrece a la UE una oportunidad crucial para volver a encarrilarse hacia la consecución de sus objetivos.
Plazos
Los Estados miembros dispondrán de 20 meses para transponer la Directiva revisada a la legislación nacional y de 30 meses para establecer sistemas de responsabilidad ampliada del productor para los productos textiles y el calzado.
Deberán designar a las autoridades competentes responsables de coordinar las medidas para prevenir la generación de residuos alimentarios antes del 17 de enero de 2026 y adaptar sus programas de prevención de residuos alimentarios de acuerdo con las medidas necesarias antes del 17 de octubre de 2027.