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Investigadores británicos y suecos analizan las principales críticas a la economía circular, un concepto que consideran poco claro y falto de contenido.

Un artículo recoge las críticas a la economía circular

En los últimos años, la economía circular se ha convertido en un principio rector de las políticas industriales y medioambientales. Pero, ¿hasta qué punto es realmente una solución? Según un equipo de investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido), la Universidad de Lund (Suecia) y el Real Instituto de Tecnología de Suecia, la definición de economía circular es poco clara y carece de contenido.

En un nuevo estudio, publicado en Journal of Industrial Ecology, los investigadores afirman que la economía circular corre el riesgo de ser contraproducente, a menos que dejemos de referirnos a ella como una panacea para todo tipo de problemas medioambientales.

Si bien la economía circular se ha convertido en un modelo bien conocido y reconocido por empresas, regiones, ciudades y ONG de todo el mundo, lo que se discute menos es que el modelo ha recibido muchas críticas tanto de profesionales como de investigadores.

En este sentido, los autores del artículo recopilan en su estudio las siguientes críticas:

  • El concepto de economía circular es tan difuso y extenso que no es posible medir su impacto. Incluye desde sistemas de reciclaje, alquiler o sustitución de productos por servicios, hasta el desarrollo de aplicaciones para la economía colaborativa, etc.
  • Los defensores de la economía circular tienden a ignorar la gran cantidad de materiales y productos que la gente ya ha acumulado. El concepto se reduce a una cuestión de elegir entre productos lineales y circulares y hace caso omiso de las leyes físicas sobre las limitaciones físicas de los materiales y la complejidad de los residuos, a pesar de que estas cuestiones son cruciales para que la economía circular sea una realidad.
  • Algunas empresas solo desarrollan actividades circulares para partes de sus operaciones. Esto puede deberse a la dificultad de ampliar los proyectos piloto; a menudo es solo una pequeña parte de la operación la que se caracteriza por su circularidad, mientras que las actividades principales continúan como siempre.
  • En contra de lo que dicen sus defensores, hay pocos conocimientos sobre cómo afectará la economía circular a la utilización de los recursos y al crecimiento. Esto dificulta la medición del impacto medioambiental, especialmente a largo plazo y en escalas geográficas más amplias. Algunos afirman que la economía circular sólo retrasa, en lugar de eliminar, el impacto medioambiental negativo de la economía lineal.
  • Aunque los defensores de la economía circular afirman contribuir a un futuro socialmente sostenible para todos, el concepto tiende a reducirse a un debate sobre el consumo de recursos. No hay ninguna conexión con la forma en que el concepto conduciría a una mayor igualdad social.
  • Algunos críticos sostienen que la economía circular despolitiza las políticas industriales y medioambientales, al tiempo que fomenta el poder del mercado y de las empresas. Es un concepto atractivo que promete que todos se beneficiarán de su aplicación. Permite debatir sobre sinergias, beneficios y posibilidades en lugar de sobre compromisos, problemas y limitaciones.

«En conclusión, las críticas a la economía circular no cuestionan el concepto de circularidad», afirma Hervé Corvellec, autor principal del estudio. «Más bien se trata -añade- de cómo los supuestos beneficios se basan en incoherencias, una imagen incompleta, suposiciones ocultas, motivaciones oscuras y consecuencias poco claras. Estas son las preguntas que debemos hacernos: ¿cómo sabemos que una solución circular es buena para el medio ambiente? ¿Quién se beneficia de ella y quién no? ¿Acabará con la economía lineal de extraer, producir, consumir, desechar? Es necesario aclarar qué tipo de circularidad se aplica y cuáles son los objetivos en conflicto».

En su artículo, el equipo de investigadores propone una economía circular más modesta, que no se presenta como una panacea sino como una solución real a problemas concretos.

La coautora, la Dra. Alison Stowell, de la Escuela de Administración de la Universidad de Lancaster, afirma: «Reconocemos que la agenda de la economía circular ha tenido un impacto significativo, y este estudio pretende poner de relieve las áreas que necesitan de la investigación, la política y la atención de los gestores para impulsar nuevos avances».

«Esperamos que ayude a desarrollar un camino más modesto hacia la circularidad que sea concreto, transparente e inclusivo», concluye.

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One Response to “«La economía circular no es la panacea para todos los problemas ambientales»”

  1. Jorge Daries, Responder

    Interesante articulo, muchas gracias. En mi opinión, las conclusiones describen un cierto recelo de los autores a la transversalidad del concepto y a su éxito lo que no deja de ser curioso dado que la sociedad ha incrementado su conciencia sobre la necesidad de cambiar de modelo y pasar de una producción lineal a la circular. Entiendo que se plantee trabajar con objetivos mas concretos y modestos que puedan ser controlados pero la magnitud del problema, en mi opinión, exige cambios mas audaces. Saludos

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