La iniciativa busca establecer normas claras para calcular y verificar el contenido reciclado en envases de un solo uso, apoyando así el cumplimiento de los objetivos de la Directiva SUP y el desarrollo de tecnologías avanzadas de reciclaje.
La Comisión Europea ha abierto una consulta pública sobre el proyecto de norma para el cálculo, verificación y notificación del contenido reciclado en las botellas de plástico de un solo uso (SUP, por sus siglas en inglés), incluidas aquellas que incorporen materiales reciclados mediante procesos químicos.
Esta propuesta normativa, que forma parte del nuevo Plan de Acción para la Industria Química de la UE, tiene como objetivo facilitar el uso del reciclaje químico en Europa, impulsando así la innovación y la inversión en nuevas tecnologías de reciclado. También pretende reforzar la competitividad de la industria química europea y de los fabricantes que utilizan plástico en sus productos, contribuyendo al liderazgo de Europa en producción sostenible.
La Unión Europea se enfrenta a volúmenes crecientes de residuos plásticos, lo que subraya la necesidad urgente de reforzar la recogida, clasificación y reciclaje de estos materiales. En este contexto, la Comisión respalda todas aquellas tecnologías de reciclaje que presenten un menor impacto ambiental que la incineración o el vertido, siendo el reciclado mecánico la opción preferida por su menor huella ambiental y mayor eficiencia energética.
Sin embargo, cuando este no resulta viable —como en el caso de envases alimentarios que requieren altos estándares de calidad—, el reciclaje químico se presenta como una alternativa necesaria. Las nuevas normas establecerán una metodología transparente y común para calcular el contenido reciclado químicamente en botellas de plástico de un solo uso, nivelando el terreno de juego para todos los actores del sector y proporcionando seguridad jurídica a las inversiones, en un marco tecnológicamente neutral.
El método propuesto se basa en la regla de exclusión para usos como combustible («fuel-use excluded»), lo que implica que los residuos utilizados para la producción de energía o combustibles no se considerarán reciclaje, en línea con la definición establecida en la Directiva Marco de Residuos.
Verificación simplificada y apoyo a las pymes
Para garantizar la trazabilidad sin sobrecargar administrativamente a las empresas, la Comisión plantea un sistema de verificación anual por terceros en las fases más complejas de la cadena, como el reciclaje químico. En el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes), este control se aplicará cada tres años. Además, las empresas serán responsables de comprobar las autoevaluaciones de sus socios comerciales, mientras que las autoridades nacionales realizarán controles basados en el riesgo.
Esta será la primera vez que la UE establezca una normativa específica para calcular el contenido reciclado químicamente. Se espera que esta metodología sirva de modelo para futuros marcos normativos en otros sectores clave, como el del envasado, la automoción o los textiles, lo que brindará mayor estabilidad y previsibilidad a las inversiones en tecnologías de reciclaje emergentes.
Objetivos de contenido reciclado
La consulta pública permanecerá abierta hasta el 19 de agosto. Tras la evaluación de las aportaciones, el texto final será sometido a votación por parte del comité técnico formado por representantes de los Estados miembros, con la adopción prevista para el otoño de 2025.
La Directiva de Plásticos de un Solo Uso (SUPD) establece ambiciosos objetivos de contenido reciclado: un 25% en botellas de PET de un solo uso para 2025 y un 30% en todas las botellas SUP para 2030.
Para su aplicación, la Comisión ha adoptado un enfoque en dos fases: la primera se centró en el reciclado mecánico del PET, conforme a la normativa vigente sobre materiales en contacto con alimentos (Decisión de Ejecución 2023/2683). La segunda —actualmente en consulta— amplía la metodología a todas las tecnologías de reciclaje, incluyendo el reciclado químico.