El INTA reunió en unas jornadas a más de 500 personas para analizar las posibilidades de valorización de residuos que permitan al sector ganadero minimizar su impacto ambiental y ser más eficiente.

El aprovechamiento de los residus en forma de biogás y fertilizantes es una gran oportunidad para el sector ganadero en Argentina
Los expertos destacaron el potencial de la valorización de residuos para minimizar el impacto ambiental y optimizar los sistemas productivos del sector ganadero argentino. Foto: blmurch en Flickr (cc)

En Argentina se producen cada año 148 millones de toneladas de desechos que mediante una gestión adecuada podrían ser reutilizados para producir fertilizantes y electricidad, según explicaron especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) durante la Segunda Jornada Nacional de Gestión de Residuos, celebrada la semana pasada en Oliveros (Santa Fe). Los expertos destacaron el potencial de estas prácticas de valorización para minimizar el impacto ambiental y optimizar los sistemas productivos del sector ganadero argentino. Se trata de volver a aprovechar aquellos materiales que se descartan y de valorizarlos a través de la producción de energía y fertilizantes.

Eduardo Comerón, técnico del INTA, remarcó el potencial de la intensificación productiva: “En los últimos 50 años, la producción mundial de carnes –bovina, porcina, aviar, caprina y ovina– aumentó un 421%, y se prevé que para el 2050 esta tendencia continúe en aumento”. Y agregó que “el objetivo es ver cómo darle un valor económico a esos residuos”.

Una de las principales consecuencias de la intensificación es la concentración animal, es decir, más animales por unidad de superficie y mayor producción individual. En este sentido, Comerón expresó que el desafío es “aprovechar los flujos de energía y nutrientes causados por esa intensificación, a través de la gestión de los residuos, para optimizar los sistemas productivos y evitar la degradación de los recursos”.

Agregarle valor a la biomasa residual constituye una oportunidad económica, ambiental y socialmente viable por tratarse de un insumo disponible localmente.

Néstor Maceira, coordinador del Programa Nacional Ecorregiones del INTA, presentó las tecnologías en las que trabaja esta entidad para la gestión ambiental de los residuos y efluentes agropecuarios y agroindustriales. “Desechar los residuos sin un tratamiento previo provoca la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación del agua y la proliferación de plagas como moscas y ratas”, afirmó. Según explicó el técnico, “estamos evaluando algunas tecnologías para el tratamiento y reutilización de los desechos productivos, como la biodigestión anaeróbica –que genera gas metano y biofertilizante–, el compostaje –transformación biológica de la que se obtiene abono orgánico– y la geocontención –proceso de filtrado para la separación de los componentes sólidos y líquidos de los residuos–”.

Una oportunidad económica, ambiental y social

Adrián Andriulo, coordinador del Programa Nacional de Suelos, se enfocó en las oportunidades de reutilización de los residuos como insumo. “Es importante caracterizar la composición de los desechos, determinar las prácticas de manejo adecuadas en cada caso, evaluar el impacto a largo plazo en los cultivos y en la recuperación de los suelos degradados”.

Por su parte, Claudia González, coordinadora del Programa Nacional Agroindustria y Agregado de Valor del INTA, resaltó el cambio conceptual registrado en el significado de los residuos, que han pasado de ser desechos sin valor económico a ser insumos útiles y comercializables. “Sin dudas, agregarle valor a la biomasa residual constituye una oportunidad económica, ambiental y socialmente viable por tratarse de un insumo disponible localmente”, dijo González. Entre los recursos que están disponibles y que podrían utilizarse, González ejemplificó: caña de azúcar en Tucumán; arroz, tabaco y forestal en Corrientes y Misiones; restos de poda de vid y procesamiento de uvas en Mendoza y San Juan, entre otros.

El valor de los residuos

“Si tenemos en cuenta los residuos que generan todas las cadenas productivas del país, la cifra de los desechos asciende a 148 millones de toneladas al año”, aseguró José María Méndez, ingeniero agrónomo del INTA, al tiempo que resaltó el potencial de los residuos como insumos estratégicos para la generación de bioenergía y fertilizantes.

Si tenemos en cuenta los residuos que generan todas las cadenas productivas del país, la cifra de los desechos asciende a 148 millones de toneladas al año.

El establecimiento ganadero “La Micaela”, en Buenos Aires, destaca por su iniciativa para instalar un sistema que permite el tratamiento del estiércol generado por sus 500 novillos. “Este emprendimiento recupera los residuos sólidos y líquidos que generan las vacas, confinadas en cuatro corrales con pisos de cemento e interconectados mediante canales que envían esos desechos a un depósito impermeabilizado”, explicó Méndez.

De acuerdo con los datos preliminares, el técnico señaló que el rodeo produce 1.500 kilos de materia seca por día, lo que representa 1.270 kilos de materia orgánica, 60 kilos de nitrógeno y 30 de fósforo. “De este modo, el productor podría recuperar 26.000 dólares al año en concepto de nitrógeno y fósforo, sumado a todos los micronutrientes que incorpora a través de la materia orgánica”, indicó.

Así, esta empresa agropecuaria genera biogás, que transforma en energía eléctrica y que “inyecta” en la red del pueblo. Además, a partir de esos mismos residuos, produce fertilizantes que aplica en los cultivos de maíz –fuente de alimento para el rodeo–.

La gestión de purines en España

Más de 500 personas participaron de la segunda Jornada Nacional de Gestión de Residuos, un espacio en el que se abordó una temática que atraviesa integralmente a los sistemas productivos intensos: el tratamiento y la transformación de residuos. El objetivo de las jornadas fue intercambiar conocimientos para minimizar su impacto ambiental, social y económico, y lograr una producción sostenible.

La jornada también contó con participación española, como el caso de Joan Parera, quien expuso la importancia de conocer el contenido de los nutrientes del purín porcino para una correcta fertilización.

De acuerdo con Parera, España produce unos 40 millones de cerdos al año con una generación de purines de 50 millones de toneladas, de los que gran parte se gestionan como fertilizante orgánico aplicado directamente sobre la superficie agrícola. “Los desechos contienen importantes nutrientes que, usados como fertilizantes, favorecen el crecimiento y rendimiento de los cultivos”, indicó. “No obstante, el contenido de nutrientes del purín es muy heterogéneo y su composición de nitrógeno, fósforo y potasio varía según la especie animal, el tipo de alimentación, estado de las instalaciones, el régimen de estabulación y la época de aplicación, entre otros”, expresó Parera, para quien “es necesario conocer previamente el contenido de nutrientes para realizar una correcta fertilización, según las necesidades del cultivo”.

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