La plataforma Right to Repair critica la temporalidad de la medida y que se circunscriba únicamente a Europa.
Microsoft ha confirmado que los usuarios de Windows 10 en el Espacio Económico Europeo (EEE) podrán acceder a un año adicional de actualizaciones gratuitas, siempre que inicien sesión con una cuenta de Microsoft. La decisión extiende hasta octubre de 2026 la vida útil de este sistema operativo, que originalmente tenía previsto dejar de recibir soporte en 2025.
La medida ha sido recibida como un alivio temporal para quienes aún utilizan equipos que no cumplen los requisitos técnicos para actualizar a Windows 11. Sin embargo, varias organizaciones de consumidores y colectivos medioambientales consideran que el plazo es insuficiente y advierten de que, sin un compromiso a largo plazo, millones de ordenadores quedarán obsoletos en pocos años.
Uno de los principales argumentos críticos es el impacto ambiental. Numerosos dispositivos podrían seguir funcionando desde el punto de vista técnico, pero quedarían expuestos a fallos de seguridad en ausencia de actualizaciones. Esta situación suele empujar a los consumidores a sustituirlos de manera anticipada, lo que contribuye al aumento de los residuos electrónicos.
Las organizaciones que, a través de la plataforma Right to Repair (Derecho a Reparar), cuestionan la decisión de Microsoft señalan además que la extensión del soporte se limita al EEE y no se aplica al resto del mundo. Reclaman que la compañía extienda la medida de forma global y sin condiciones.
Legislación europea insuficiente
En la Unión Europea existen normas relacionadas con la durabilidad de los dispositivos, pero su alcance es limitado. Las reglas de ecodiseño establecen un mínimo de cinco años de actualizaciones para teléfonos móviles y tabletas, dejando fuera a los ordenadores portátiles y otros aparatos.
Asimismo, la Directiva de Contenidos Digitales obliga a los proveedores a ofrecer actualizaciones “mientras el consumidor pueda razonablemente esperarlo”, una fórmula que carece de plazos concretos y dificulta su aplicación práctica. También la normativa de ciberseguridad vigente permite excepciones cuando el fabricante considere que la vida útil de un producto es inferior a cinco años.
Un marco regulador más estricto
Ante estas lagunas legales, diversas organizaciones reclaman a la Comisión Europea que establezca requisitos más claros y exigentes. Entre sus propuestas figura la obligación de garantizar al menos 15 años de soporte de software para ordenadores portátiles, así como reglas horizontales que aseguren actualizaciones de seguridad acordes a la vida útil técnica de cualquier dispositivo con batería o conexión eléctrica.
El debate sobre la duración del soporte de Windows 10 se inserta, en última instancia, en una discusión más amplia sobre el derecho a reparar, la lucha contra la obsolescencia programada y la reducción de residuos electrónicos en Europa.