Gracias a esta iniciativa, el complejo medioambiental de Cerceda pasará a tratar 1 millón de toneladas anuales de residuos urbanos, frente a la capacidad actual de 550.000.
El presidente de la Sociedade Galega del Medio Ambiente, Javier Domínguez, avanzó el pasado jueves en rueda de prensa que la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio ha adjudicado las obras de ampliación del complejo medioambiental de Sogama, situado en Cerceda, por un valor de 275 millones de euros (+ IVA). Con esta actuación, se aumentará su capacidad de tratamiento, que pasará de las 550.000 toneladas anuales hasta 1 millón de toneladas, lo que se traduce en un 81% más. Se trata, además, de una mejora sobre lo que venía recogido en el pliego del concurso en el que se licitó este proyecto -en el que se contemplaban 750.000 toneladas- aportada por la adjudicataria: la UTE gallega Valtalia.
El contrato, que tendrá una vigencia de 15 años, contempla la remodelación de la actual nave de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible (PRTE), donde se procesa la denominada bolsa negra, esto es, los residuos municipales recogidos a través de los contenedores verdes; la construcción de una nueva planta para la recuperación de los envases de papel/cartón y plásticos contenidos en la basura en masa (ya que el acero, aluminio y vidrio se seleccionan desde hace años); y la operación, mantenimiento y limpieza de ambas instalaciones.
Domínguez Lino destacó que, además del aumento total de la capacidad de tratamiento, gracias a la nueva planta de recuperación de envases, se mejorará la cantidad y calidad de materiales recuperados, que llegarán a las 120.000 toneladas, y que se remitirán anualmente a los centros de reciclaje, cuatro veces más que hoy en día.
Al mismo tiempo, este avance permitirá rebajar, aún más, los residuos que se derivan al vertedero de Areosa, que pasará a acoger únicamente la parte de la basura que no sea reciclable, o valorizable material o energéticamente.
Indicó que a estas mejoras se suman otras ventajas, como la generación de empleo. Durante la construcción de la infraestructura –aproximadamente unos 2 años- se crearán 300 puestos de trabajo, a los que habría que añadir otros 200 empleos indirectos una vez que la nueva planta empiece a operar.
FINALES DE 2018
El presidente de Sogama aclaró que ahora la concesionaria dispone de un plazo de 3 meses para presentar el proyecto constructivo. Posteriormente, se estima otro plazo de 3 meses aproximadamente para que el ayuntamiento de Cerceda conceda la licencia. De esta forma, y si todo sigue su curso, las obras comenzarían en junio de 2017 y concluirían a finales de 2018.
A partir de ese momento, y pudiendo tratar adecuadamente 1 millón de toneladas anuales de residuos, Sogama se convertirá en una de las plantas de sus características más grandes de Europa y del mundo, consolidando su liderazgo en España.
Además, la compañía pública pasará a ser un referente en la gestión sostenible de los residuos urbanos al dar respuesta a los preceptos de la economía circular, teniendo como principal objetivo el máximo aprovechamiento de los productos a través del reciclaje y la conversión de los residuos en recursos.
PLAN AUTONÓMICO DE RESIDUOS URBANOS 2010-2020
Esta ampliación se enmarca en el Plan autonómico de gestión de residuos urbanos 2010-2020, en el Plan estatal marco de residuos (PEMAR) 2016-2022, y en el Paquete europeo de economía circular.
Se inscribe, además, dentro de la apuesta por la mejora continua de la empresa pública, que en 2015 consiguió máximos históricos de eficiencia, procesando un 27% más de basura que en 2009 y vertiendo un 55% menos.
Es preciso recordar, además, que en breve comenzará la construcción de una nueva planta de compostaje en el vertedero de Areosa, con capacidad para 15.000 toneladas anuales, en la que se invertirán 2,4 millones de euros, y que se prevé pueda estar operativa el próximo verano.
Para finalizar, el presidente de Sogama señaló que, gracias a todos estos esfuerzos y avances, Galicia se erigirá como un ejemplo a seguir para la solución de un problema de primera magnitud en las sociedades avanzadas como es el caso de los residuos urbanos; y convergerá con países europeos que se sitúan a la vanguardia en el compromiso con el medio ambiente, como Alemania, Holanda o Suecia, que presentan las tasas más altas de reciclaje y valorización y, consecuentemente, las más bajas en cuanto a vertido de residuos.