Los isómeros de lindano, el hexaclorobenceno, los PCB y otras sustancias organocloradas presentes en los residuos son disruptores endocrinos, sustancias sintéticas con capacidad de interferir en el funcionamiento de las hormonas.

Alertan de los graves riesgos para la salud de los residuos de lindano
El Dr. Nicolás Olea, cuyo grupo de trabajo ha investigado los efectos del lindano sobre la salud humana

El doctor Nicolás Olea, director del grupo de investigación sobre contaminantes ambientales de la Universidad de Granada, participó el pasado viernes en una jornada en Zaragoza durante la cual advirtió sobre los riesgos para la salud humana de la exposición a los contaminantes presentes en los residuos de lindano.

El grupo de investigación del Dr. Olea, referente internacional en este tema, ha estudiado los efectos sobre la salud humana del lindano y otros contaminantes organoclorados presentes en los residuos, en concreto su relación con hipotiroidismo, cáncer de mama, malformaciones del tracto urogenital de niños y niñas expuestas en el útero materno y también con problemas de fertilidad masculinos.

Este investigador ha explicado que los isómeros de lindano, el hexaclorobenceno, los PCB y otras sustancias organocloradas presentes en los residuos son disruptores endocrinos, esto es, sustancias sintéticas con capacidad de interferir en el funcionamiento normal de las hormonas. Estas sustancias interfieren en el sistema hormonal a dosis extremadamente bajas y sus efectos dependen del momento de exposición, siendo especialmente vulnerable la etapa de desarrollo fetal, la primera infancia y la pubertad.

Además, según Olea, la exposición conjunta a estas sustancias potencia sus efectos adversos y los análisis de los residuos han mostrado la presencia en tejidos y sangre de las personas de decenas de sustancias organocloradas diferentes junto a otros metales tóxicos.

Por otra parte, señaló que se trata de sustancias que se degradan muy difícilmente y se acumulan en la cadena alimentaria y finalmente en los tejidos grasos de las personas. Por ello, se han incluido en el listado de sustancias a eliminar globalmente según el Convenio de Estocolmo, suscrito por el Estado español y la normativa de la Unión Europea las considera sustancias sin umbral de exposición seguro.

“Para valorar los riesgos sobre la salud de los residuos de lindano debemos tener en cuenta que el medio ambiente y la población está expuesta a una mezcla de decenas de sustancias, que no solo son tóxicas de forma individual, sino que conjuntamente pueden potenciarse sus efectos adversos. Son sustancias que van a permanecer varios años en el medio ambiente y en el organismo de las personas y por tanto suponen un riesgo para la salud humana”, señaló el doctor Olea.

Contaminación del río Gállego

La Confederación Hidrográfica del Ebro hizo públicos recientemente los datos de las concentraciones tóxicas del agua de boca a las que han estado expuestos este verano varios pueblos afectados por lindano por la contaminación del río Gállego, afluente del Ebro que discurre por Aragón. Los datos han generado preocupación, desconcierto y enfado en los alcaldes de los municipios.

Representantes de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, CCOO Aragón y Ecologistas en Acción criticaron al Gobierno de Aragón por minusvalorar los riesgos para la salud pública de los residuos de lindano y reiteraron su petición de que se elabore un Plan de Salud Ambiental que aborde este grave problema.

Desde el Movimiento LindaNO recuerdan su petición de realizar las investigaciones pertinentes y divulgar los riesgos de la contaminación por lindano, sobre todo para la salud pública, la ganadería y agricultura. Inés Dewulf, portavoz del movimiento, afirmó que “no queremos buscar culpables sino la verdad, el respeto y el derecho a la información. Si es cierto que debamos estar tranquilos, que dejen de negarnos la información. Y que si analizan las posibles repercusiones a trabajadores de SARGA o animales de granja, lo hagan también en humanos.

Foto portada:
Río Gállego, por Sílvia Martín en Flickr (cc)

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