Los 27 han mantenido la propuesta original de la Comisión, pero ha introducido ajustes destinados a reflejar las diferencias nacionales, la incertidumbre sobre las absorciones naturales y la necesidad de una transición justa y equilibrada.

El Consejo de la Unión Europea alcanzó ayer un acuerdo para modificar la Ley Europea del Clima e introducir un nuevo objetivo vinculante de reducción del 90% de las emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) para 2040, en comparación con los niveles de 1990. La medida representa un paso intermedio clave hacia la meta de lograr la neutralidad climática en 2050.
El acuerdo, alcanzado con amplio respaldo de los Estados miembros, define no obstante áreas de flexibilidad y elementos esenciales para el marco climático posterior a 2030, que orientarán las futuras propuestas legislativas de la Comisión Europea. El objetivo es facilitar el cumplimiento del nuevo compromiso sin comprometer la competitividad de la industria europea ni el bienestar de la ciudadanía durante la transición.
“Hoy hemos adoptado un objetivo climático del 90% para 2040 con amplio apoyo de los Estados miembros. El objetivo se basa en la ciencia y combina nuestra competitividad y seguridad. Esto es importante para el futuro de Europa y demuestra que, incluso en tiempos difíciles, podemos mantenernos unidos”, afirmó Lars Aagaard, ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos de Dinamarca.
Flexibilidad y revisión periódica
El Consejo ha mantenido la propuesta original de la Comisión de reducir en un 90% las emisiones netas para 2040, pero ha introducido ajustes destinados a reflejar las diferencias nacionales, la incertidumbre sobre las absorciones naturales y la necesidad de una transición justa y equilibrada.
Entre las opciones de flexibilidad contempladas se incluyen:
- La posibilidad de utilizar créditos internacionales de carbono de alta calidad para contribuir al objetivo, hasta un límite del 5% de las emisiones netas de 1990, a partir de 2036.
- El uso de eliminaciones permanentes de carbono a nivel doméstico dentro del sistema de comercio de emisiones (ETS) para compensar sectores de difícil descarbonización.
- Una mayor flexibilidad entre sectores e instrumentos para alcanzar las metas de forma sencilla y rentable.
Competitividad e innovación en el marco post-2030
El texto también establece principios para el desarrollo del marco político posterior a 2030, con énfasis en reforzar la competitividad de la economía europea, simplificar la carga administrativa y garantizar una transición justa.
Asimismo, se fomenta la innovación y la adopción de tecnologías seguras y escalables en todos los sectores, manteniendo la eficiencia energética como principio central. La posición del Consejo resalta la necesidad de fortalecer la seguridad energética mediante soluciones renovables, asegurar la asequibilidad de la energía y modernizar las redes eléctricas.
El documento también subraya la importancia de proteger los sumideros naturales de carbono y la biodiversidad, al tiempo que se abordan los efectos del cambio climático sobre el uso del suelo y la silvicultura.
Seguimiento y revisión del progreso
El Consejo ha establecido una evaluación bienal para seguir los avances hacia los objetivos intermedios de reducción de emisiones, teniendo en cuenta la evidencia científica, los avances tecnológicos y la competitividad global de la UE.
La revisión incluirá un análisis del estado de las absorciones netas necesarias para alcanzar la meta de 2040, así como el impacto de los precios de la energía en las industrias y los hogares. En función de los resultados, la Comisión podrá proponer ajustes en la legislación o nuevas medidas para reforzar el marco climático y garantizar la prosperidad y cohesión social de la Unión.
Retraso en la aplicación del ETS2
Como parte del acuerdo, el Consejo ha decidido aplazar un año la entrada en vigor del sistema de comercio de emisiones para edificios y transporte por carretera (ETS2), que pasará de 2027 a 2028.
Una vez que el Parlamento Europeo adopte su posición, comenzarán las negociaciones entre ambas instituciones —los llamados “trílogos”— para acordar el texto final de la enmienda a la Ley Europea del Clima.







