El presidente de la empresa pública gallega, Javier Domínguez, participó el pasado viernes en una conferencia en Lisboa, donde se abordaron dos cuestiones de gran interés para el sector: el tratamiento de los biorresiduos y la valorización energética de la fracción no reciclable.
Invitado por la Asociación Portuguesa de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (APESB), organización no gubernamental cuya labor se orienta a estudiar, desarrollar y difundir el conocimiento en sectores estratégicos medioambientales tales como el agua y los residuos, el presidente de Sogama, Javier Domínguez, impartió el pasado viernes una conferencia en Galveias Palaca (Lisboa) a fin de divulgar los pormenores de la actividad de esta empresa pública y, más concretamente, los proyectos desarrollados durante los últimos años para optimizar su gestión industrial y prestar un mejor servicio público a la ciudadanía.
La jornada, cuyo hilo conductor fue la economía circular, contó con un cartel de ponentes de alto nivel pertenecientes a la Comisión Europea, la empresa de gestión de residuos portuguesa LIPOR, Zero Waste Europe, el municipio de Oslo y la Alta Saboya, en Francia, entre otros.
Tal y como señaló en el transcurso de su alocución, de 300 vertederos municipales contabilizados en Galicia en la década de los 90, esta comunidad pasará a disponer, a finales del año 2019, de «la infraestructura de gestión de residuos más grande, sólida y eficiente de Europa, y una de las de mayor calado a nivel mundial». Ello será posible gracias al proyecto estrella de ampliación del complejo medioambiental de Cerceda (A Coruña), que contempla una nueva planta de clasificación para los envases contenidos en la basura convencional, ya construida y equipada con ingeniería gallega por parte de la firma ourensana Valtalia, y la remodelación de la actual nave de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible.
De esta forma, el complejo cercedense «incrementará su capacidad de tratamiento hasta un millón de toneladas», con la particularidad de que, gracias a distintas mejoras, multiplicará por cuatro su aportación al reciclado, destinando a la industria recicladora del orden de 120.000 a 140.000 toneladas de materiales cada año y reduciendo el vertido a mínimos.
El objetivo de la compañía es llegar en breve a ese 10% que establece la Unión Europea para el año 2035, relegando a vertedero «únicamente la parte de la basura que no se pueda reciclar ni valorizar material o energéticamente» (lo que se conoce como vertido técnico cero). En este sentido, cabe recordar que España todavía vierte el 57% de sus desechos, un porcentaje que baja al 25% en Galicia gracias al sistema Sogama y que alcanzará a corto plazo el vertido técnico cero, es decir, que sólo se llevará a vertedero la parte de la basura que no se pueda reciclar ni valorizar material o energéticamente.
LA VALORIZACIÓN ENERGÉTICA, «CLAVE» EN LA ECONOMÍA CIRCULAR
La intervención de Domínguez tuvo lugar en el grupo de trabajo centrado en la valorización energética de la fracción no reciclable, compartiendo mesa con otras entidades del sector a nivel internacional. En este marco, el máximo responsable de Sogama también se refirió a la actividad de AEVERSU (Asociación Española de Empresas de Valorización Energética), que aglutina a 11 plantas (10 en España y 1 en Andorra) que en 2017 lograron valorizar más de 2 millones y medio de toneladas de residuos no reciclables, produciendo a partir de las mimas 1.997.198 MWh de energía, suficiente para abastecer a aproximadamente 500.000 viviendas.
Tomando como referencia estos datos, Domínguez reivindicó, una vez más, «el papel trascendental que la valorización energética tiene en el paquete europeo de economía circular, resultando una pieza esencial para evitar el vertido, la peor opción de tratamiento debido a su negativo impacto sobre el medio ambiente y la salud». De hecho, los vertederos, tal y como se recoge en un estudio elaborado por G-Advisory, del grupo Garrigues, emiten anualmente casi 11 millones de toneladas de CO2 equivalente, 19 veces más que las plantas de valorización energética. En dicho documento se precisa que, por tonelada tratada, el vertido genera un 53% más de emisiones brutas que la valorización energética y un 175% más de emisiones netas.
ESTRECHANDO LAZOS CON PORTUGAL
El máximo responsable de la Sociedade Galega do Medio ambiente se refirió igualmente a la planta de compostaje que la entidad ha construido en el vertedero de residuos no peligrosos de Areosa y que dará servicio a los municipios más cercanos, e hizo hincapié en el proyecto de cooperación transfronteriza Galicia-Norte de Portugal Res2ValHum, en el que Sogama participa en calidad de socio y cuyo principal objetivo es «poner en valor la materia orgánica contenida en los residuos, constituyendo igualmente una buena ocasión para trabajar conjuntamente en una gestión más sostenible de la basura a ambos lados de la frontera».
Liderado por la Universidade do Minho, en su partenariado se encuentra igualmente CVAN y la Universidad de Santiago de Compostela, por parte de Galicia, y LIPOR, BRAVAL y CVR por parte portuguesa.