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La compañía deberá también donar 800.00 dólares a una organización medioambiental, corregir sus mensajes sobre reciclabilidad en sus envases y hacer públicas estas rectificaciones en los medios sociales y de comunicación.

Multa por mensajes engañosos sobre la reciclabilidad de las cápsulas de café
Desde que aparecieron y se popularizaron en los hogares, las cápsulas de café han presentado problemas respecto a su reciclabilidad. Foto: Sue Thompson en Flickr (CC BY-ND 2.0)

La empresa cafetera canadiense Keurig Canada Inc. ha llegado a un acuerdo con la Oficina de la Competencia de aquel país para resolver los problemas relacionados con las afirmaciones falsas o engañosas sobre la reciclabilidad de sus cápsulas de café de un solo uso Keurig K-Cup.

Así, la compañía deberá pagar una multa de 3 millones de dólares y donar otros 800.000 dólares a una organización benéfica dedicada a causas medioambientales. Además, tendrá que cambiar sus afirmaciones sobre la reciclabilidad de las cápsulas mencionadas en sus envases, y hacer públicas estas correcciones en su página web, redes sociales, medios de comunicación y por correo electrónico a sus suscriptores. Igualmente, se incluirá en los embalajes de sus máquinas de café.

Una investigación previa de la Oficina de la Competencia de Canadá concluyó que las afirmaciones de Keurig sobre la posibilidad de reciclar sus cápsulas de café de un solo uso son falsas o engañosas en las zonas en las que no se aceptan para su reciclaje. La Oficina descubrió que, fuera de las provincias de Columbia Británica y Quebec, las cápsulas K-Cup no se aceptan actualmente en los programas municipales de reciclaje.

La investigación también concluyó que las afirmaciones de la empresa sobre los pasos necesarios para preparar las cápsulas para su reciclaje son falsas o engañosas en determinados municipios. Según un comunicado de la Oficina de Competencia, «las afirmaciones de Keurig Canadá dan la impresión de que los consumidores pueden preparar las cápsulas para su reciclado retirando la tapa y vaciando los posos del café, pero algunos programas locales de reciclaje exigen pasos adicionales para reciclar dichas cápsulas».

Además de la multa, la empresa tendrá que pagar otros 85.000 dólares más por los costes de la investigación de la Oficina.

«Presentar productos o servicios como si tuvieran más beneficios medioambientales de los que realmente tienen es una práctica ilegal en Canadá», ha afirmado Matthew Boswell, comisario de Competencia. «Las afirmaciones falsas o engañosas de las empresas para promocionar productos ‘más ecológicos’ perjudican a los consumidores, que no pueden tomar decisiones de compra con conocimiento de causa, así como a la competencia y a las empresas que realmente ofrecen productos con un menor impacto medioambiental».

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