Aunque la Comunidad Foral presenta una tasa muy elevada en el reciclaje de envases, papel-cartón y vidrio, la separación en los domicilios de la materia orgánica no está tan implantada.

Materia orgánica
La materia orgánica es uno de los tres ejes sobre los que se asienta el Plan de Residuos de Navarra. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

La consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra, Isabel Elizalde, explicó la semana pasada los tres ejes en los que se apoya la ejecución del Plan de Residuos de Navarra en su primer año de aplicación: el proceso de elaboración del Anteproyecto de Ley Foral de Residuos, la Oficina de Prevención y la campaña de recogida selectiva de materia orgánica.

Según los datos aportados por Elizalde, Navarra produjo 266.530 toneladas de residuos domésticos y comerciales en 2015, lo que supone que cada persona generó 1,14 kg al día. Solo un 33% del total fue recogido y tratado selectivamente, frente al reto de llegar al 70% que se fija el Ejecutivo para la próxima década.

Elizalde también explicó ante la Comisión de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local la puesta en marcha de la Oficina de Prevención y Economía Circular.

La Oficina es un proyecto compartido por el Gobierno de Navarra con la sociedad pública GAN-NIk (Gestión Ambiental de Navarra), con el Consorcio de Residuos (entidad pilotada por la sociedad pública NILSA y que agrupa las mancomunidades, excepto Pamplona y Baztan) y con la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Persigue dinamizar, gestionar y asesorar a los agentes sociales en el cumplimiento de los objetivos del Plan de Residuos, la promoción del reciclaje, el observatorio de datos de residuos y economía circular y la canalización de consultas sobre residuos. Se trata de un proyecto de reciente implantación, aunque ya ha resuelto 227 consultas de empresas y ciudadanía en materia de residuos.

Entre 2017 y 2018 se va a desplegar la recogida de biorresiduos a toda Navarra, con el sistema que decida cada Mancomunidad

Anteproyecto de Ley Foral de Residuos

Respecto a la elaboración de la Ley Foral, Elizalde recordó que se trata de una exigencia requerida por el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027, como un instrumento necesario para la consecución de sus fines. La norma contemplará medidas organizativas de gestión e instrumentos económicos, para reducir la eliminación de residuos, impulsando los escalones de prevención, reutilización, reciclaje y valorización de la jerarquía de residuos, con el fin de alcanzar los objetivos previstos en la normativa europea y en la planificación recientemente aprobada en Navarra.

El trámite de aprobación del texto afronta la recta final, cumplidos los requisitos de participación ciudadana y de los grupos de trabajo. La previsión del Departamento es que el Gobierno de Navarra envíe el Proyecto al Parlamento a finales de este mes de forma que pudiera aprobarse a fin de año.

La materia orgánica

Respecto a otro de los ejes principales de la aplicación del Plan, Elizalde explicó que, aunque la Comunidad Foral presenta una tasa muy elevada en el reciclaje de envases, papel-cartón y vidrio, la separación en los domicilios de la materia orgánica no está tan implantada.

La titular del Departamento recordó que, de acuerdo con el Plan, entre 2017 y 2018 se va a desplegar la recogida de residuos orgánicos a todos los rincones de Navarra, con el sistema que decida cada Mancomunidad.

El Plan de Infraestructuras Locales 2017-2019 (PIL) establece la adecuación y construcción de una decena de plantas entre las que se encuentran las de Arbizu, Plantas de Transferencia Tafalla, Sangüesa y Doneztebe/Santesteban y los Centros de Tratamiento de Cárcar y Culebrete. Entre todas ellas tienen una capacidad de tratamiento cercana a 30.000 toneladas al año.

Además, hay varias que están en fase de estudio y serán ejecutadas en los próximos años, como las de Elizondo, Lumbier y Valdizarbe.

Varias de estas instalaciones son de escala y proximidad (incluso algunas de ellas atendidas por empresas de inserción social) y otras de mayor tamaño. Las de escala y proximidad se plantean para el tratamiento de unos cientos de toneladas anuales y las de mayor tamaño (Arbizu, Tafalla, Cárcar o Culebrete) tratarían varios miles de toneladas cada una.

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