La confederación europea del reciclaje recuerda que cerca del 80% del aluminio reciclado se queda en Europa y asegura que restringir el comercio internacional pondría en peligro la viabilidad del sector.

La Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC) ha manifestado su firme oposición a cualquier propuesta que implique imponer tasas o restricciones a la exportación de aluminio reciclado fuera de la Unión Europea. Según la organización, los mensajes emitidos recientemente por ciertos productores de aluminio —a través de entidades como EU Aluminium— son engañosos y no reflejan los intereses de toda la cadena de valor, especialmente los de los recicladores europeos.
EuRIC denuncia que estas restricciones no solo no ayudarán a la industria del aluminio, sino que además pondrán en peligro la viabilidad económica de los recicladores. En un momento en que se implementan las nuevas normas del Reglamento sobre traslados de residuos (WSR), imponer más limitaciones al comercio abierto supondría un duro golpe para la actividad del reciclaje en la UE, generando pérdida de empleo e inhibiendo la inversión en un sector clave para la descarbonización y reindustrialización verde de Europa, asegura.
La organización recuerda que entre 2022 y 2023 se cerró la mitad de la capacidad de producción primaria de aluminio en la UE debido al alto coste energético, lo que ha derivado en una creciente dependencia de las importaciones desde países con matrices energéticas más contaminantes. Sin embargo, limitar el comercio del aluminio reciclado no resolverá este problema: la mayoría de los grados exportados salen de la UE por la falta de demanda interna, como es el caso de la zorba, una mezcla de aleaciones utilizada en motores de combustión interna, ya fuera de producción en Europa.
Mitos del comercio con EE.UU.
EuRIC también desmiente las afirmaciones de que Europa estaría exportando grandes volúmenes de aluminio reciclado a Estados Unidos. Según datos de Eurostat, la UE importó 43.000 toneladas de aluminio reciclado desde EE.UU. en 2024, frente a unas exportaciones de tan solo 9.300 toneladas. En el primer trimestre de 2025, las cifras mensuales se mantuvieron bajas, entre 1.200 y 2.000 toneladas, lo que representa una fracción insignificante frente a una producción europea de cinco millones de toneladas anuales.
Además, las condiciones del mercado estadounidense no son favorables: aunque el arancel es del 10%, los costes logísticos elevados y los descuentos ofrecidos por las fundiciones norteamericanas han erosionado cualquier ventaja de precio.
Según EuRIC, entre el 75% y el 80% del aluminio reciclado en la UE se procesa localmente. Lo que se exporta responde principalmente a la falta de mercado interno para ciertas calidades, como la zorba. Para invertir en tecnologías que mejoren la calidad del material reciclado, los recicladores piden señales claras del mercado y condiciones estables que hoy no existen, debido a la ralentización económica y la baja demanda por parte de la industria transformadora europea.
Así, en lugar de introducir restricciones, EuRIC insta a abordar los verdaderos desafíos que enfrenta la industria del aluminio europea: los elevados precios de la energía y la excesiva carga burocrática. Solo garantizando un comercio libre y unas condiciones de mercado previsibles, los recicladores podrán contribuir de manera plena a los objetivos climáticos de Europa, concluye la organización.