Un estudio de la Universidad de Plymouth revela que los dispositivos Seabin que aspiran el agua para retener los residuos son mucho menos eficaces que las limpiezas manuales y tienen un gran impacto sobre la vida marina, además de fomentar un optimismo tecnológico frente a cambios sistémicos en la producción, uso y eliminación de plásticos.

La eficacia de los dispositivos mecánicos para limpiar el mar de plásticos
Microplásticos recogidos por el Seabin usado en la investigación. Foto: Universidad de Plymouth

Los dispositivos mecánicos se consideran cada vez más como una forma potencial de ayudar a abordar la contaminación por plásticos en los entornos marinos de todo el mundo.

Sin embargo, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Plymouth sugiere que, aunque los dispositivos mecánicos eliminan plásticos y otros elementos de basura marina, las cantidades de residuos eliminadas pueden ser comparativamente bajas y también pueden atrapar organismos marinos.

El estudio fue dirigido por investigadores de la Unidad Internacional de Investigación sobre Basura Marina de la Universidad de Plymouth, que llevan más de dos décadas estudiando el problema de los microplásticos marinos, y sus conclusiones se han publicado en Marine Polution Bulletin.

Su investigación se llevó a cabo en Plymouth (Reino Unido), y proporciona la primera evaluación formal independiente del funcionamiento de un dispositivo Seabin, que consiste básicamente en un cubo flotante capaz de recoger diversos tipos de residuos.

Estos dispositivos están diseñados para aspirar continuamente agua hacia el interior mediante una bomba sumergible que luego se filtra, de forma que el agua limpia se devuelve al medio dejando la basura en su interior.

Se han instalado cientos de ellos en todo el mundo y se ha informado de que han capturado más de 2,5 millones de kilogramos de basura en entornos tranquilos y protegidos, como puertos deportivos y clubes náuticos.

Este estudio descubrió que el dispositivo de Plymouth retuvo un total de 1.828 artículos, 0,18 kg de basura, durante 750 horas de funcionamiento entre abril y junio de 2021. Esto equivale a 58 artículos al día, compuestos principalmente de fragmentos de plástico y bolitas de poliestireno.

Sin embargo, el Seabin también capturó un organismo marino por cada 3,6 elementos de basura, alrededor de 13 organismos al día, incluyendo especies como camarones, cangrejos y algunos peces pequeños. Alrededor del 60% de esos organismos se encontraron muertos al ser recuperados, y el estudio indica que algunos organismos murieron después de entrar en el dispositivo.

Durante el despliegue, se realizaron cinco arrastres manuales en el mismo puerto deportivo utilizando redes de pontones o embarcaciones. La limpieza manual recogió una media de 19,3 g de basura durante limpiezas de hasta cinco minutos. En comparación, el Seabin solo capturó el equivalente a 0,0059 g en un tiempo similar.

En el estudio, los investigadores afirman que -según sus conclusiones- el dispositivo tuvo un beneficio mínimo en cuanto a la eliminación de la basura marina en este lugar concreto.

También advierten de que la presencia de estos dispositivos podría precipitar el «tecnoptimismo», la confianza excesiva en las innovaciones tecnológicas, en lugar de los cambios sistémicos en nuestra producción, uso y eliminación de plásticos.

Florence Parker-Jurd , asistente de investigación de la Universidad de Plymouth y autora principal del estudio, afirma que
«este estudio sugiere que la limpieza manual de puertos, dársenas y marinas es más eficiente y rentable. Además, las limpiezas manuales son selectivas, lo que podría reducir cualquier riesgo potencial para la vida marina. Dada la creciente dependencia de las innovaciones tecnológicas, es necesario realizar evaluaciones formales de su eficacia, ya que lo mismo puede aplicarse a otros tipos de dispositivos».

El profesor Richard Thompson, jefe de la Unidad Internacional de Investigación sobre Basura Marina, añadie que «el Tratado de la ONU para acabar con la contaminación por plásticos representa una oportunidad increíble para empezar a utilizar los plásticos de forma más responsable, deteniendo su acumulación en el medio ambiente. En última instancia, la mejor manera de conseguirlo es prevenir el problema en su origen, más que limpiarlo. Sin embargo, el Tratado establece un calendario ambicioso y urgente, lo que podría llevar a una mayor inversión en limpieza en lugar de un cambio sistémico a más largo plazo. Este estudio y otros de mi equipo ponen de relieve la importancia crítica de las pruebas para fundamentar las decisiones sobre el tipo de intervención en el que invertir a medida que avanzamos en la lucha contra este desafío medioambiental global.»

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