Daura Vega Moreno.

Profesora Contratada Doctora de Química Analítica.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Una de las principales causas de la llegada de grandes cantidades de pélets a las costas es la pérdida de contenedores. Y no se trata de un problema puntual, sino recurrente.

evitar los vertidos de pélets desde los barcos

Los científicos llevamos años alertando de la frecuente llegada de pélets a las costas y de su vinculación con las pérdidas de contenedores en el transporte marítimo de estos productos. Este hecho es especialmente destacado en islas oceánicas como las de la Macaronesia, incluidas las islas Canarias, donde los pélets representan el 6 % del microplástico que llega a sus playas (según datos del proyecto IMPLAMAC).

Galicia, como ya ocurrió en 2002 con el Prestige, está muy expuesta a los efectos y accidentes del tráfico marítimo. Sin embargo, previamente al vertido de hace unas semanas, no hay indicios a nivel científico de que a sus costas llegaran cantidades significativas de pélets.

En cualquier caso, como se ha podido comprobar en los últimos días, a todas las costas llegan pélets, aunque el nivel de incidencia sea mayor en unas regiones que en otras.

Un problema recurrente

Una de las principales causas de la llegada de grandes cantidades de pélets a las costas es la pérdida de contenedores. No se trata de un problema puntual, sino recurrente. En Canarias lleva ocurriendo al menos 20 años (se sabe que los microplásticos pueden tener una antigüedad incluso superior a esa edad).

El Consejo Mundial de Transporte Marítimo estima que de media se pierden en torno a 1.300 contenedores al año a nivel mundial. El récord se produjo en 2020, con cerca de 4.000 contenedores perdidos. Por eso los expertos insistimos en la necesidad de regular el tráfico marítimo de los pélets que contienen muchos de estos contenedores.

Por ejemplo, en unas jornadas sobre el efecto de la contaminación por residuos plásticos celebradas en septiembre de 2023 en Las Palmas de Gran Canaria se instó a los responsables de las navieras a que coloquen estos contenedores en lugares seguros del buque, aunque la legislación no les obligue.

El evento, organizado por la Asociación sin ánimo de lucro Friends of the Oceans, perteneciente a ASOCELPA (Asociación de Consignatarios y Estibadores de Las Palmas), estaba destinado a empresas del sector portuario del Puerto de la Luz y de Las Palmas y otros agentes relacionados, como Salvamento Marítimo y la Autoridad Portuaria.

Regulaciones europeas

Hace tiempo que se plantea la idea de regular el transporte de estas pequeñas esferas. En el Congreso Internacional sobre Contaminación por Microplásticos en el Mar Mediterráneo celebrado en Italia en 2019, Anne-Gaelle Collot, representando en ese congreso a la asociación Plastics Europe, impartió una charla sobre los esfuerzos de los fabricantes para luchar contra los residuos plásticos en el medio ambiente. También se dieron charlas enfocadas a las futuras legislaciones que se aprobarían para tratar de reducir la contaminación por microplásticos en la Unión Europea.

Aquello fue el preludio del Reglamento (UE) 2023/2055 de septiembre de 2023 que prohibió el uso de determinados tipos de microplásticos, como la purpurina. Sin embargo, en el reglamento no se incluyó nada relativo al control del transporte de los pélets.

El problema con estas partículas es muy amplio, afecta a muchas regiones y puede tener un origen diferente a la caída de contenedores al mar. Un ejemplo sería el que lleva tiempo ocurriendo en Tarragona, a cuyas playas llegan pélets procedentes de la industria petroquímica.

En estos casos, podría aplicarse una regulación a nivel nacional o europeo. De hecho, la Comisión Europea (CE) ya está dando algunos pasos en este sentido. En octubre de 2023, propuso una serie de medidas para reducir la contaminación por pélets procedentes de vertidos en tierra. El objetivo es que los operadores que manipulan estos productos en la UE adopten las medidas de precaución necesarias.

Sin embargo, esta propuesta de regulación de la Comisión solo afecta a los camiones que transportan pélets por tierra y a las fábricas que en su traspaso de material los liberan de forma no intencionada.

Mercancía peligrosa o sensible

En el caso del transporte marítimo, no existe por el momento ninguna norma que obligue, recomiende o promueva que estos contenedores se ubiquen en lugares seguros de los buques, para que en caso de que se pierdan contenedores debido a golpes de mar, no se pierdan aquellos repletos de pélets. La petición de los expertos es que sean considerados mercancía peligrosa o sensible en su transporte (y serían, por tanto, catalogados con el código IMDG), dado su impacto en caso de pérdida del contenedor.

Parece que ahora Bruselas se está planteando esta problemática tras el accidente del pasado 8 de diciembre, pero se desconoce cuál podría ser el cambio legislativo al respecto.

El tráfico marítimo no se limita a un país, ni tampoco a un único continente; es muy frecuente que sea entre diferentes regiones. Por eso la regulación tendría que venir de la Organización Marítima Internacional (OMI), perteneciente a las Naciones Unidas. Disponer de una regulación europea no sería suficiente para evitar que se sigan repitiendo vertidos como el que está afectando actualmente a Galicia y Asturias.

Fuente:
The Conversation

The Conversation

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