La Red Europea de Compostaje, la Asociación Europea del Biogás (EBA) y Municipal Waste Europe (MWE) urgen a la Comisión Europea a reconocer el valor estratégico de los biorresiduos en la próxima revisión de la Estrategia de Bioeconomía de la UE.

Biorresiduos

En el contexto de la transición hacia una economía circular, regenerativa y climáticamente neutra, los biorresiduos se perfilan como un recurso estratégico aún infrautilizado. Así lo sostienen la Red Europea de Compostaje (ECN), la Asociación Europea del Biogás (EBA) y la organización Municipal Waste Europe (MWE), quienes han publicado un documento conjunto para instar a la Comisión Europea a incluir una sección dedicada a los biorresiduos en la actualización de la Estrategia de Bioeconomía de la UE prevista para 2025.

Un recurso con alto potencial aún por desbloquear

Pese a su relevancia, la versión de 2018 de la Estrategia omitía los biorresiduos como pilar de la bioeconomía circular. Esta omisión ha frenado el desarrollo de infraestructuras para la recogida selectiva y el tratamiento adecuado de estos residuos, lo que limita su valorización como fuente de fertilizantes orgánicos circulares, biogás y otros bioproductos.

Según el documento, dirigir los biorresiduos municipales y comerciales a procesos de digestión anaerobia y compostaje permitiría:

  • Reducir la dependencia europea de fertilizantes minerales importados y de alto impacto energético.
  • Mejorar la salud del suelo, su biodiversidad y capacidad de retención de agua.
  • Generar energía renovable, avanzar hacia la soberanía energética y mitigar el cambio climático.
  • Crear empleo local en sectores como la gestión de residuos, la agricultura regenerativa y las energías renovables.

Cuatro líneas estratégicas

En su documento de posición, las organizaciones firmantes esbozan las cuatro líneas estratégicas para aprovechar todo el potencial que ofrecen los biorresiduos:

  • Impulsar la recogida y tratamiento de biorresiduos con fines de valorización. Desde enero de 2024, la recogida separada de biorresiduos es obligatoria en la UE. El documento recomienda reforzar su implementación mediante objetivos municipales vinculantes, instrumentos económicos como sistemas de pago por generación (pay-as-you-throw), y mayor acceso a financiación e infraestructuras de tratamiento.
    También se subraya la necesidad de recopilar datos de calidad sobre generación, tratamiento y beneficios socioeconómicos de los biorresiduos.
  • Crear un mercado sólido para fertilizantes orgánicos circulares. Compost y digestato, correctamente tratados, pueden sustituir fertilizantes minerales y turba, mejorar la materia orgánica del suelo y contribuir al secuestro de carbono. Para potenciar su uso, se proponen medidas como:
    • Armonizar los criterios de fin de condición de residuo a nivel europeo.
    • Revisar los requisitos del Reglamento de Productos Fertilizantes de la UE.
    • Superar las barreras regulatorias del Reglamento de Subproductos Animales.
    • Introducir objetivos de reciclado de nutrientes e integrar estos productos en políticas agrícolas y climáticas, como los ecoesquemas de la PAC.
  • Fomentar el uso de biogás y biometano a partir de biorresiduos. El biogás producido por digestión anaerobia puede transformarse en biometano e inyectarse a la red de gas como sustituto renovable del gas natural. Para alcanzar el objetivo de REPowerEU de 35 bcm de producción anual en 2030, se plantea:
    • Establecer un objetivo vinculante de 100 bcm de biogases para 2040.
    • Acelerar los procedimientos de autorización de plantas de biogás.
    • Facilitar el comercio transfronterizo de biometano con sistemas de certificación armonizados.
    • Reconocer el valor añadido del digestato y el CO₂ biogénico generado.
  • Movilizar financiación pública y privada. Las entidades firmantes denuncian que los fondos europeos disponibles no están adecuadamente adaptados a las necesidades locales, y que las trabas regulatorias y la falta de previsibilidad frenan la inversión privada. Entre sus propuestas destacan:
    • Crear un programa específico de financiación para biorresiduos dentro de Horizonte Europa.
    • Reactivar la Plataforma de Inversión en Bioeconomía Circular.
    • Facilitar el acceso a instrumentos como los Fondos de Cohesión, CINEA o la Iniciativa Circular Cities and Regions (CCRI).
    • Fortalecer proyectos de intercambio de conocimiento como HOOP o Interreg Europe.

En definitiva, la inclusión de los biorresiduos como componente esencial en la Estrategia de Bioeconomía de la UE no solo es necesaria para cumplir los objetivos de reciclaje, descarbonización y resiliencia del suelo, aseguran las tres entidades firmantes, sino que también representa una oportunidad estratégica para el desarrollo económico local, la autonomía europea y la transición ecológica.

Aprovechar el potencial de los biorresiduos -concluyen- es clave para consolidar una bioeconomía circular europea que no deje a nadie atrás.

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