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El objetivo del Ayuntamiento es avanzar hacia un sistema de pago por generación que fomente la separación en origen de los residuos domésticos y mejore las tasas de recogida selectiva.

Recogida de residuos en Barcelona

Para fomentar la separación en origen de los residuos domésticos, el Ayuntamiento de Barcelona ha creado una nueva tasa mensual para la recogida de las basuras generadas en domicilios particulares, que entrará en vigor a mediados de 2020 y se computará en el recibo del suministro del agua, como se hace actualmente con la tasa para el tratamiento de residuos. En la mayoría de los casos las tarifas de la tasa oscilarán entre 2,25 y 4,25 euros mensuales y se fijarán según el tramo de consumo de agua de cada vivienda.

El Ayuntamiento enmarca esta medida en el acuerdo metropolitano para incorporar sistemas de pago por el uso del servicio de recogida. Antes del 2025, esta tasa se transformará progresivamente en un sistema individualizado de pago, en el que la cuota que tendrá que pagar cada hogar variará en función de los residuos que genere (el denominado pago por generación). Este sistema individual de pago según la producción de residuos premiará a los vecinos y vecinas que más reciclen y penalizará a los que no lo hagan. Se empezará a aplicar con la nueva contrata de limpieza, pendiente de adjudicación, y la implantación de contenedores inteligentes.

La recaudación de la tasa, un total de 20 millones de euros en 2020 y 41 millones de euros a partir de 2021, servirá para financiar una parte de la nueva contrata de limpieza, que se aplicará en el 2020, y para cumplir la directiva europea que obliga a los municipios a mejorar la gestión de los residuos e incrementar progresivamente la recogida selectiva. La normativa comunitaria establece que en el 2020 la recogida selectiva tendrá que ser del 50% y se tendrá que incrementar un 5% cada cinco años hasta llegar a un 65 % en 2035.

Separar las fracciones, la opción más económica y sostenible

Actualmente la recogida selectiva en Barcelona se mantiene desde hace unos años entre el 35 y 37%, el resto se deposita en los contenedores de rechazo, la fracción más costosa de tratar, que no se recicla y que acaba en vertederos y plantas incineradoras. La recogida y el tratamiento de una tonelada de rechazo cuesta a las arcas municipales 206 euros, mientras que la fracción orgánica tiene un coste un 40% inferior, 124 euros.

Con respecto a la recogida selectiva, se calcula que si en Barcelona fuera del 60%, el precio del tratamiento y la gestión de los residuos sería de unos 163 euros por hogar al año, casi 30 euros menos que en la actualidad, que alcanza los 191 euros por hogar al año.

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