Un estudio de la Universidad de Edimburgo describe cómo una cepa de Escherichia coli ha sido reprogramada para transformar ácido tereftálico, un derivado del plástico PET, en el principio activo del popular analgésico.

Usan bacterias para convertir residuos plásticos en paracetamol
El profesor Stephen Wallace recolectando bacterias manipuladas para su análisis. Foto: Edinburgh Innovations

Un equipo de científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, ha logrado transformar residuos plásticos en paracetamol mediante el uso de bacterias modificadas genéticamente, en un avance que podría cambiar radicalmente tanto la producción farmacéutica como la gestión global de residuos plásticos.

El estudio, publicado en Nature Chemistry, describe cómo una cepa de Escherichia coli ha sido reprogramada para convertir ácido tereftálico, un derivado del plástico PET (tereftalato de polietileno), en el principio activo del popular analgésico. El proceso se realiza mediante fermentación a temperatura ambiente y prácticamente sin emisiones de carbono, lo que supone una alternativa más sostenible frente a la actual producción de paracetamol basada en derivados de combustibles fósiles.

El PET, ampliamente utilizado en envases alimentarios y botellas, genera más de 350 millones de toneladas de residuos al año, de los cuales una parte significativa termina en vertederos o en los océanos, agravando la crisis global de contaminación por plásticos. Aunque existen métodos de reciclaje para este material, los productos resultantes suelen reincorporarse a la cadena del plástico, perpetuando el problema.

La nueva técnica desarrollada por la Universidad de Edimburgo propone una solución disruptiva: convertir este residuo en un producto de alto valor añadido para la industria farmacéutica. Según los investigadores, alrededor del 90% del ácido tereftálico tratado mediante este método se transformó en paracetamol en menos de 24 horas, mediante un proceso similar al utilizado en la producción de cerveza.

Impacto ambiental y potencial industrial

Actualmente, la producción global de paracetamol consume miles de toneladas de combustibles fósiles cada año, no solo como materia prima sino también para alimentar los procesos industriales, contribuyendo de manera significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta nueva metodología permitiría reducir drásticamente esa huella de carbono, a la vez que aborda el problema del exceso de residuos plásticos.

Aunque el proceso aún requiere mejoras antes de escalarse a nivel comercial, el equipo liderado por el profesor Stephen Wallace —experto en biotecnología química de la Universidad de Edimburgo— considera que este hallazgo demuestra cómo la biología sintética puede integrarse con la química tradicional para crear “fábricas microbianas vivas” capaces de producir compuestos útiles y sostenibles, mientras reducen la dependencia de los recursos fósiles.

Los expertos señalan que esta investigación marca un paso decisivo hacia la creación de una economía circular para los plásticos, donde estos residuos no sean un problema ambiental, sino una fuente de materias primas para productos de valor añadido, como medicamentos.

«El plástico PET no tiene por qué ser un residuo que termine generando más plástico o contaminando el medio ambiente: puede convertirse en compuestos útiles para tratar enfermedades», ha subrayado el profesor Wallace.

El equipo de investigación invita a empresas e instituciones a colaborar para escalar esta tecnología y avanzar hacia un modelo industrial más sostenible y eficiente.

El proyecto ha contado con financiación del Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC) y de la farmacéutica AstraZeneca, con apoyo de Edinburgh Innovations, el servicio de comercialización de la universidad.

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