Con el objetivo de luchar contra la sobreproducción y el greenwashing, la Asociación de Moda Ética y Sostenible reclama un etiquetado que, además de la composición, incorpore información sobre la huella ambiental del proceso de producción, las condiciones de los trabajadores o la circularidad de las prendas.
La Asociación de Moda Ética y Sostenible (AMES) ha presentado una novedosa propuesta para la creación de un etiquetado textil ampliado, que permita a los consumidores acceder a información clara, verificable y comparable sobre el impacto real de cada prenda.
El nuevo sistema propone ir más allá de la actual etiqueta obligatoria de composición, incorporando indicadores clave en tres dimensiones:
- Ambiental: consumo de agua, emisiones de CO₂, uso de suelo y kilómetros recorridos en la cadena de suministro.
- Social y laboral: condiciones en la cadena de producción, cumplimiento de salarios dignos conforme a los convenios de la OIT y respeto a los derechos humanos.
- Circularidad: durabilidad estimada, posibilidades de reparación y reciclaje, así como el tiempo de degradación del material al final de su vida útil.
“El consumidor tiene derecho a saber no solo de qué está hecha su ropa, sino también cuál es el coste oculto que esa prenda tiene para las personas y para el planeta. Con el etiquetado ampliado, la transparencia se convierte en la herramienta más poderosa contra la sobreproducción y el greenwashing”, señala Raúl González, presidente de AMES y cofundador de Ecodicta.
AMES propone que esta etiqueta funcione en dos niveles complementarios:
- Versión visible simplificada, con un sistema gráfico intuitivo (tipo semáforo o puntuación) que facilite la comparación rápida entre productos.
- Versión técnica detallada, accesible mediante código QR en la etiqueta física, que ofrezca todos los datos desglosados y verificados.
“La moda necesita un cambio profundo: no basta con decir que una prenda es sostenible, hay que demostrarlo con datos claros y accesibles. El etiquetado ampliado permitirá que cualquier persona pueda entender el impacto real de lo que compra”, afirma Gema Gómez, vicepresidenta de AMES y directora de Slow Fashion Next.
Con esta propuesta, AMES busca alinear a España con las directrices de la Estrategia Europea de Textiles Sostenibles y Circulares y situar al país a la vanguardia de la regulación en consumo responsable. Para la entidad, el etiquetado textil ampliado no solo reforzará la confianza del consumidor, sino que incentivará a las empresas a reducir su impacto y a innovar hacia modelos de negocio más sostenibles.