El cumplimiento de las cuotas de reciclado impuestas por la Directiva Europea y la correcta separación de los compuestos peligrosos presentes en los plásticos contenidos en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son dos importantes retos que las empresas recicladoras solo podrán afrontar con el uso de tecnologías avanzadas de clasificación.