Este esquema de certificación acreditado da valor al concepto «fin de condición de residuo», representando una vía alternativa para el correcto desarrollo de los procedimientos de reciclado y valorización.
La Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) ha concedido a IVAC-Instituto de Certificación la primera acreditación como certificador de sistemas de gestión de los productores de materiales termoplásticos que dejan de tener la condición de residuo, de acuerdo a lo establecido en la Orden TED/646/2023, que establece que los productores o importadores deberán implantar o exigir respectivamente un sistema de gestión que les permita demostrar su cumplimiento con los requisitos y que dicho sistema deberá estar certificado por una entidad de certificación acreditada de acuerdo al Reglamento nº765/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, lo que implica, en el caso de España, disponer de una acreditación de ENAC.
Hacer uso de entidades de certificación acreditadas para esta actividad es un requisito reglamentario incluido en la citada Orden y atestigua que la entidad acreditada dispone de procesos de evaluación y decisión fiables y realizados por personal evaluado competente e imparcial, capaz por ello de confirmar técnicamente que el productor –gestor de residuos– ha implantado un sistema de gestión que permite demostrar, en este caso, el cumplimiento con los criterios indicados en los distritos Reglamentos y normativa nacional.
El concepto de fin de la condición de residuo fue introducido por la Estrategia Temática sobre Prevención y Reciclado de Residuos, adoptada por la Comisión Europea en 2005, en la que se proponía que la disposición de la Directiva Marco de Residuos aclarase en qué condiciones los residuos podían dejar de serlo y considerarse un material no residuo que podía comercializarse libremente como tal en el mercado abierto.
En línea con ello, tanto la Comisión Europea como la administración ambiental española han aprobado -y prevén aprobar en el futuro- un conjunto de Reglamentos y normativa nacional encaminadas a facilitar la reintroducción en los ciclos productivos de determinados subproductos hasta ahora considerados “residuos” de acuerdo con la normativa europea al respecto. Se establece reglamentariamente el mecanismo y los requisitos que los materiales recuperados y sus productores deben cumplir para garantizar un nivel elevado de protección del medio ambiente y la salud humana satisfaciendo las especificaciones de pureza de las distintas industrias.
Este esquema de certificación acreditado supone un importante paso adelante, que contribuye a poner fin al anticuado concepto de «residuos» y da valor al concepto «fin de condición de residuo», representando una vía alternativa para el correcto desarrollo de los procedimientos de reciclado y valorización, así como para el ahorro de materias primas naturales.