El nuevo plan municipal de residuos apuesta por mejorar las infraestructuras y la concienciación ciudadana, pero advierte de posibles sanciones si en los próximos dos años no se cumplen los objetivos de recogida separada marcados por la legislación.
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón ha aprobado, de forma definitiva, el Plan Municipal de Residuos Cero 2025-2030, una hoja de ruta estratégica que marcará la política municipal en materia de prevención, gestión de residuos, reciclaje y economía circular durante los próximos cinco años.
El Plan, impulsado por la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad, desarrollado por los técnicos de la empresa pública Emulsa Medioambiente, y consensuado en el marco del Consejo Municipal para la Prevención y Gestión de Residuos y el Fomento de la Economía Circular de Gijón/Xixón, cuenta con un presupuesto global estimado de 34 millones de euros para cinco años y articula 31 medidas concretas, destinadas a reducir la generación de residuos, incrementar la recogida separada y mejorar las tasas de reciclaje en el Municipio de Gijón.
Tras finalizar el periodo de información pública, y una vez analizadas y estimadas parcialmente las alegaciones presentadas, el documento queda ahora aprobado de manera definitiva, consolidándose como una estrategia de ciudad basada en la sostenibilidad, la eficiencia y la corresponsabilidad ciudadana.
El Plan Municipal de Residuos de Gijón se estructura cuatro líneas estratégicas y dos fases temporales, la primera basada en acciones de mejora en infraestructuras y servicios y en campañas de información y concienciación a la ciudadanía, mientras que la segunda es más controladora y con medidas coercitivas, y se en marcha si a finales de 2027 si se comprueba que no se han cumplido con los objetivos de separación para el reciclaje y reducción de residuos, marcados por las legislaciones europeas, nacionales y regionales.
En las cuatro líneas estratégicas se recogen desde la continuidad de las campañas de concienciación ciudadana, iniciativas para generar buenos hábitos de gestión de los residuos generados por hosteleros y comercios, facilitar la correcta separación de residuos, incentivar económicamente a quien más recicle y separe la basura, y dificultar que las familias incumplan la ley a través del sistemas de control, para finalizar en la segunda fase con posibles medidas coercitivas.
Implicación social necesaria
El concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, y presidente de EMULSA, Rodrigo Pintueles, hizo hincapié en la necesidad de implicación social para alcanzar los objetivos marcados por la normativa: “Para incrementar los porcentajes de reducción y separación de residuos hasta los niveles que exige la ley es imprescindible la colaboración diaria de todos los gijoneses y gijonesas. Desde Emulsa vamos a asegurarnos de que la ciudadanía disponga de más herramientas y mejores medios para conseguirlo”.
Pindueles recordó que se fija en un 55% la separación de residuos para 2025, y en un 65% para 2035 -en lo que va de año se alcanza cerca del 37%-. En línea con ello, incidió en que no cumplir con lo marcado por la UE podría acarrear la imposición de sanciones, que supondrían incremento de tasas a los ciudadanos.
El Plan Municipal de Residuos Cero pone también el foco en la eficiencia económica del sistema. En este sentido, Pintueles recordó que “el año pasado el Ayuntamiento pagó a Cogersa una factura de 6,4 millones de euros por el uso del vertedero de Serín, cuando casi el 90% de las 80.000 toneladas de ‘basura’ depositadas en la fracción no reciclable podrían haberse reciclado correctamente, evitando costes de transporte y tratamiento, que finalmente repercuten en la tasa de basura que pagamos la ciudadanía”.
Con la aprobación de este Plan, Gijón cumple con la legislación nacional y da un paso decisivo hacia un modelo de gestión de residuos más sostenible, eficiente y alineado con los objetivos de cero residuos, reforzando el papel de la ciudad en la lucha contra el cambio climático y en la transición hacia una economía circular.








