Durante tres días en los que han asistido unas 1.300 personas, el Foro ha debatido sobre los modelos de gestión y contratación pública de servicios de recogida de residuos de alta eficiencia con identificación.

Concluye el 7º Waste in Progress

El Foro de Gestión de Residuos Municipales Waste in Progress, que durante tres días se ha celebrado en Girona, cerró ayer su 7ª edición. A partir de la experiencia de numerosos ponentes, se ha debatido y reflexionado sobre los modelos de gestión y contratación pública de servicios de recogida de residuos de alta eficiencia con identificación. El innovador sistema con el que Austria pretende reciclar 2.200 millones de botellas de plástico y latas este año, la gestión de Eslovenia como referente en materia de reciclaje, la regulación homogénea y pionera impulsada por ARERA en Italia y la acción de Eco Bigor en la región rumana de Transilvania han sido algunos de los temas que se han tratado en un evento que ha crecido por lo que a espacio se refiere respecto a ediciones anteriores y ha contado con una treintena de expositores.

Los Talks & Debate del mediodía han subrayado la importancia de la transparencia y la estandarización de indicadores, mientras que por la tarde se ha estrenado el nuevo formato Open WiP, un espacio a partir del cual los asistentes han podido presentar sus casos concretos o retos personales ante la audiencia. La asistencia total de estos tres días ha sido de unas 1.300 personas.

Tentudía multiplica el porcentaje de recogida selectiva

Jesús Aparicio, gerente de la Mancomunidad de Tentudía, en Extremadura, visitó el Waste in Progress hace unos años y quedó sorprendido por una ponencia que mostraba como se había implantado con éxito un sistema puerta a puerta en una región rural remota de Rumanía. “Esta fue la chispa que me hizo ver que el cambio era más que necesario”, explicó. De este modo, Aparicio fue uno de los principales impulsores de la transformación que ha vivido últimamente su mancomunidad en materia de reciclaje. En Tentudía, la basura se acumulaba en los contenedores, donde se tiraba de todo, y no se apostaba por el reciclaje. Hasta que las administraciones decidieron cambiar de modelo, algo que ha sido bien recibido por los ciudadanos.

El primer paso para implantar sistemas de alta eficiencia y el pago por generación en una zona rural y con una población bastante envejecida fue renovar el padrón, tarea que se llevó a cabo casa por casa para acotar las comprobaciones. Después, llegaron unas ordenanzas claras, la firme voluntad política y una campaña de comunicación que se ha convertido en el motor de este cambio. “Informamos a todo el mundo con charlas, talleres y actividades en las escuelas, institutos, medios de comunicación y en cualquier espacio para que la gente entendiera qué queríamos hacer, por qué motivo y cómo se pretendía llevar a cabo. Y continuamos informando porque es trascendental explicar cómo está funcionando y cuáles son los procesos que queremos introducir”, señaló.

En febrero de 2024 empezó el nuevo puerta a puerta en Segura de León, un municipio de unos 2.000 habitantes. Sistema que después se ha extendido en toda la mancomunidad. A partir de un calendario definido, los ciudadanos saben qué deben reciclar y cuando toca hacerlo; incluso se ha organizado la recogida para que los trabajadores puedan descansar el fin de semana. Para hacerlo posible, se complementa la tarea con la existencia de áreas de emergencia y puntos limpios, además de otros elementos que se suman a la repartición de cubos y a las bolsas compostables. Con todo, Tentudía tiene actualmente una tasa de recogida selectiva del 70%, cuando hace pocos años era apenas del 9%.

Mensajes motivacionales en Irlanda

A kilómetros de distancia, en Irlanda, también se trabaja para mejorar los índices de reciclaje, reutilización y separación. En este caso, para concienciar a la sociedad y adaptarla de la mejor manera posible a nuevas medidas en este ámbito, se ha apostado por una filosofía basada en la motivación y los cambios suaves a partir de pequeños impulsos, sin prohibir, forzar ni tampoco castigar. Es el principio del ‘nudging’ y de ello habló Percy Foster, director general de Foster Environmental.

En Irlanda, esta teoría se ha trasladado a la recogida selectiva. El objetivo es claro: convencer las personas de que hace falta cambiar los hábitos para mejorar las cifras actuales. La tasa de reciclaje en el país es ahora del 41% y se pretende, entre otros parámetros, pasar de las 3.381 toneladas de orgánica recogidas en 2023 a las 42.000 previstas para el 2030. “Si implementamos el ‘nudging’ en este ámbito estamos convencidos que recogeremos mucha más orgánica y que lo haremos con un nivel de contaminación más reducido”, expresó.

Para comprobar si esto es posible, estos dos últimos años se han llevado a cabo una serie de pruebas en familias y viviendas determinadas para analizar los resultados y llegar a conclusiones contabilizando los residuos generados cada semana y comprobando los niveles de contaminación generados. Una de las técnicas más utilizadas han sido los mensajes motivacionales, repartidos en los edificios y pegados también en los cubos. “Los textos siempre son positivos, variamos los colores para que la gente vea que son mensajes que cambian a medida que pasa el tiempo y los animamos a seguir reciclando, reforzando las acciones que han llevado a cabo hasta ahora. Buscamos un cambio de comportamiento y que este cambio sea estable, y una de las maneras que funcionan, que hemos comprobado, es con este tipo de empujones”, dijo Foster.

También se ha optimizado la ubicación de los contenedores, acercándolos a las puertas de los bloques de pisos; se ha presentado el proyecto casa por casa y se han dejado trípticos explicativos en los buzones. Además, se han repartido bolsas compostables, contenedores y un manual de instrucciones. Con este ensayo-error, aparte de mostrar qué se debe mejorar (por ejemplo, las primeras semanas, la falta de suficientes contenedores provocó una acumulación exagerada de basura), también se ha llegado a ciertas conclusiones positivas: “El ‘nudging’ ha ayudado a potenciar un cambio de actitud, que es lo que buscamos. Hemos explicado cómo reciclar y esto se ha entendido; los mensajes motivacionales también han ayudado y nos hemos dado cuanta que es necesario ubicar los contenedores cerca de los hogares, como también garantizar el suministro de bolsas compostables. El camino está marcado y tenemos que seguir trabajando en este sentido”.

Reciclaje de calidad e indicadores como herramienta esencial

El consultor internacional Marco Ricci fue el encargado de inaugurar una jornada que tuvo los indicadores como principales protagonistas. El director de Altereko SAS Consulting los definió como “esenciales” y al mismo tiempo “una inversión para reducir gastos” en un contexto en el que la Unión Europea marca unas directrices firmes para reducir residuos e incrementar la separación.

Ricci explicó que los indicadores “ayudan” y pueden señalar un sinfín de conceptos útiles para analizar y llegar a conclusiones: desde la recogida y el transporte, el propio sistema de reciclaje, qué es lo que permite la legislación y qué barreras ayudan o no a alcanzar los objetivos marcados, entre otros. Recalcó la importancia de la “participación ciudadana” y recordó que “somos humanos, por lo que no existe ningún municipio ideal, sino que tenemos que seguir trabajando y avanzando para alcanzar los compromisos establecidos”.

El italiano Michele Giavini, consultor de la compañía ARS Ambiente, también considera que la presencia de los indicadores es “clave” a la hora de mejorar la recogida selectiva, aunque en su ponencia subrayó la importancia de cambiar el punto de vista actual: “Deberíamos empezar a medir y determinar la calidad del reciclaje y no obsesionarnos tanto por la cantidad. Se habla de datos, de porcentajes y esto está muy bien. Pero cada vez más hay que poner el foco en cómo se recicla”.

En este sentido, recordó que la Unión Europea ya determina unos objetivos concretos en el llamado reciclaje limpio y que este es un camino que tiene que tomarse a partir de ahora. También citó el galardón Innovazione Legambiente y el efecto llamada que genera. Es un premio que reconoce el buen trabajo de los municipios en materia de gestión de residuos y que en Italia ha empujado a pueblos y ciudades a inspirarse en los modelos de los ganadores para mejorar de manera considerable la separación, reciclaje y reutilización, solo por el simple hecho de querer también recibir este premio.

La preocupación de Londres por la descarbonización

Reducir drásticamente la huella de carbono y avanzar hacia la descarbonización es uno de los principales objetivos que se han marcado las administraciones de la ciudad de Londres. Dividida en 33 municipios o distritos y con una población cercana a los 9 millones de personas, su complejidad administrativa y también el comportamiento social hacen que la aplicación de medidas y su correcto cumplimiento no sean una tarea sencilla. Habló de ello Jarno Stet, secretario de la Asociación Nacional de Responsabilidad de la Gestión de Residuos, quien focalizó el radio de acción en el contexto del mismo Londres, aunque también se analizó las actuaciones en el distrito de Westminster, ubicado en el centro y con una elevada presencia de habitantes y turistas.

Stet reconoció que “el contexto del Reino Unido es diferente al de otros países y esto también pasa con la capital de Inglaterra, que no tiene nada que ver con la mayoría de las ciudades europeas”, hecho que también tiene una incidencia directa en la gestión de los residuos. La métrica, los indicadores y los datos tuvieron un peso importante en su ponencia, que también sirvió para recalcar el rumbo elegido en materia de residuos. “No nos hemos dejado sorprender por las cifras, ni hablar de toneladas o kilos, sino por el tipo de impacto que todo ello genera en nuestro entorno. En vez de sacar pecho y decir que hemos alcanzado un tanto por ciento concreto de reciclaje, trabajamos para reducir la huella de carbono”, dijo.

El Reino Unido está trabajando en este sentido, avanzando hacia la descarbonización tras darse cuenta de que era necesario un cambio de mentalidad. “Todo empezó cuando pusimos el foco en la calidad. Por ejemplo, cuando recogíamos los contenedores, lo hacíamos con camiones de gasoil. Vaciábamos las calles de basura, pero al mismo tiempo el impacto que generábamos en el medio ambiente era considerable”. Hechos como éste y con la emergencia climática muy presente, el país y también la ciudad de Londres han establecido unos estándares de descarbonización para bajar el impacto del carbono en el reciclaje, utilizando también energías alternativas. “El camino es el correcto. Costará, porque Londres es un caso particular y a la gente, cuando le dices que haga una cosa, acaba haciendo otra muy diferente, pero estamos realizando acciones para cambiar. Habrá un impuesto sobre la huella de carbono para los productores de envases y también electrificaremos toda la flora de vehículos, entre otras medidas”.

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