Durante dos días, el congreso ha acogido a 700 profesionales y 60 ponentes nacionales e internacionales para debatir sobre los retos de la gestión de residuos, el nuevo marco legal y la transición energética.
El TecnoCampus de Mataró acogió los días 20 y 21 de mayo la 8ª edición de Recuwaste, el congreso de referencia de los profesionales de la gestión y el tratamiento de los residuos y recursos, que reunió a 700 participantes y unos 60 ponentes nacionales e internacionales. Bajo el lema «Residuos, economía circular y transición energética: ¿trilema o círculo virtuoso?», el congreso abordó los grandes retos y oportunidades de un sector clave en la lucha contra el cambio climático y la transformación del modelo productivo, que está abocado a un cambio de paradigma necesario. Unos retos que, durante todo el Congreso, se evidenciaron urgentes y necesarios tras recordarse la exigencia europea de reciclar el 65% de los residuos en 2035.
David Bote, presidente Maresme Circular y alcalde de Mataró, dio la bienvenida a los asistentes recordando que «una buena gestión de los recursos es imprescindible para nuestra competitividad», y Jordi Sargatal, secretario de transición ecológica de la Generalitat de Cataluña animó a los participantes a «inspirarse en la naturaleza a la hora de gestionar y convertir nuestros residuos en recursos”.
Una vez más, la sesión inaugural destacó por una conversación inspiradora que este año protagonizaron la educadora y escritora Heike Freire y el pensador Carlos Taibo, moderada por la periodista ambiental Maria Josep Picó. El debate giró en torno a la sostenibilidad, el decrecimiento, la justicia social y el papel transformador de la educación.
El programa incluyó ponencias y mesas redondas sobre descarbonización industrial, nuevos sistemas de responsabilidad ampliada del productor, el futuro del sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), así como la gestión de los residuos, sean plásticos, electrónicos o textiles. También se presentaron casos prácticos y proyectos innovadores en economía circular, además de un debate técnico sobre el impacto del nuevo marco legal para gestores y productores o sobre el pasaporte digital de los productos.
Uno de los temas esenciales tratados en Recuwaste fue el de la innovación en todo el proceso de gestión y tratamiento de los residuos, dotándolos de valor añadido y convirtiéndolos en recursos gracias a los diferentes procesos de valorización, favoreciendo así una transición energética y descarbonizada del sector productivo. No sólo del sector de tratamiento de residuos sino de toda la industria (química, farmacéutica, de construcción, automoción, alimentación, etc.).
Una de las sesiones que despertó más expectativas fue la presentación del Plan Territorial Sectorial de Infraestructuras de Residuos de Cataluña de la Agencia de Residuos de Cataluña. En esta sesión se destacó la necesidad de cambiar el modelo de gestión de los residuos dado que la vida útil de los vertederos es actualmente de 6 años, teniendo en cuenta que cada año se depositan 2 millones de toneladas de residuos. De los 25 vertederos de Cataluña, existe la previsión de cerrar la mitad en los próximos 10 años.
A nivel municipal, y con la colaboración de la Diputación de Barcelona, se pusieron sobre la mesa las diferentes implicaciones de la nueva ley de residuos y cómo internalizar los costes por la aplicación de nuevas fórmulas recogida de alta eficiencia. Se compartieron también ejemplos para que los municipios y consejos comarcales puedan implementar las mejores técnicas. Y se puso especial énfasis en la reconversión de los puntos limpios en centros de recursos para la reutilización.
También fueron bien valoradas actividades como la exposición de maquinaria innovadora para servicios municipales de limpieza y recogida de residuos, situada en el exterior del recinto. Además, algunos de los participantes visitaron el Centro Integral de Valorización de Residuos de El Maresme y pudieron experimentar una inmersión de realidad virtual que recreaba una ciudad sostenible del futuro.
En esta edición también se puso en marcha una iniciativa para la recogida de teléfonos móviles y aparatos electrónicos usados. En este sentido, se recordó la importancia de la recuperación de materiales, sobre todo los que tienen materias primas críticas, como el teléfono móvil, y que contienen prácticamente todos los elementos de la tabla periódica. Un argumento más para aplicar la circularidad y minimizar los conflictos geopolíticos, así como el diseño de los productos pensando en la «alargascencia», en contraposición a obsolescencia programada.
Finalmente, se entregó el Premio Alfonso Maíllo en reconocimiento al trabajo innovador en el ámbito de la gestión de los residuos desarrollado por el Ayuntamiento de Mollet del Vallès con la producción de mermelada urbana de los naranjos de Santa Rosa. Para evitar que estas naranjas se convirtieran en un residuo, el Ayuntamiento de Mollet del Vallès puso en marcha esta iniciativa en el año 2021. Una actividad de cooperación entre la Brigada de Jardinería y personas voluntarias que trabajan conjuntamente en su recogida y selección para transformarlas en mermelada. Este producto se entrega al banco de alimentos que lo distribuyen entre sus usuarios.