El proyecto, desarrollado por BASF, Essity y la Universidad Técnica de Viena ,se basa en una tecnología de gasificación que permite convertir estos residuos en una mezcla de gases que pueden utilizarse posteriormente en procesos industriales.
Un proyecto piloto desarrollado por BASF, Essity y la Universidad Técnica de Viena (TU Wien) ha demostrado que los pañales usados y otros productos de higiene absorbente pueden reciclarse y transformarse en materias primas para nuevos productos químicos mediante un proceso de gasificación.
La iniciativa aborda uno de los flujos de residuos más complejos para los sistemas de gestión municipal: los productos de higiene absorbente postconsumo, que hasta ahora se destinan mayoritariamente a vertedero o incineración debido a la dificultad de su reciclaje.
El proyecto se basa en una tecnología de gasificación desarrollada por BASF y TU Wien, un proceso de reciclaje químico que permite convertir residuos sólidos en una mezcla de gases a temperaturas superiores a los 600 °C. En el caso de los pañales usados, el proceso no requiere tratamientos previos complejos y logra, según los responsables del proyecto, la esterilización completa del residuo.
El gas obtenido contiene principalmente monóxido de carbono e hidrógeno, que pueden utilizarse como materia prima en procesos químicos industriales. De este modo, el carbono presente en el residuo se mantiene dentro del ciclo productivo, reduciendo la necesidad de recurrir a recursos fósiles vírgenes.
Desde el punto de vista de la gestión de residuos, los impulsores del proyecto señalan que esta tecnología podría contribuir a reducir el volumen de residuos municipales y abrir nuevas vías de valorización para un residuo que se genera en grandes cantidades en entornos urbanos. Los pañales y productos similares representan una fracción relevante de los residuos sólidos urbanos, especialmente en países con poblaciones envejecidas o altas tasas de natalidad.
El carácter escalable del proceso es uno de los aspectos que se están evaluando tras la fase piloto. Según las entidades participantes, la tecnología podría integrarse en infraestructuras existentes de tratamiento de residuos o en instalaciones industriales dedicadas al reciclaje químico, siempre que se demuestre su viabilidad técnica y económica a gran escala.
La colaboración entre una empresa química, un fabricante de productos de higiene y una institución académica refleja una tendencia creciente hacia soluciones intersectoriales para avanzar en modelos de economía circular, especialmente en aquellos flujos de residuos considerados hasta ahora como no reciclables.
Aunque el proyecto se encuentra todavía en una fase experimental, sus resultados abren la puerta a nuevas estrategias para el tratamiento de residuos de higiene absorbente y plantean alternativas al modelo lineal predominante en este segmento, combinando gestión de residuos, innovación tecnológica y producción química circular.








