La innovación, desarrollada en la Universidad de Chulalongkorn, combina residuos de café con caucho natural tailandés y ha obtenido una medalla de plata en el Salón Internacional de Inventos de Ginebra.

Cuero sintético a partir de posos de café

Pinrat Pinweha, doctoranda del programa CU TIP (Technopreneurship and Innovation Management Program) de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Chulalongkorn (Tailandia), ha transformado su pasión personal por el café en una oportunidad de negocio sostenible. Su proyecto de “cuero sintético a partir de posos de café” le ha valido una medalla de plata en la 50ª edición del Salón Internacional de Inventos de Ginebra, en Suiza, además de un premio especial otorgado por una universidad de Arabia Saudí.

La idea surgió de su propia experiencia como consumidora habitual de café. Pinweha observó la gran cantidad de residuos generados diariamente sin una solución sostenible para su gestión. Aunque los posos de café suelen reutilizarse como fertilizante o exfoliante, señaló que estos usos no aportan un valor añadido real. Su innovación combina posos de café con caucho natural tailandés, dando lugar a un material compuesto con propiedades similares al cuero auténtico.

La investigadora explicó que eligió el caucho natural por su relevancia económica en Tailandia. Al mezclarlo con residuos de café, el resultado es un material que imita el aspecto y la textura del cuero animal, pero a mitad de precio. El proceso de producción es sencillo: los posos se mezclan con un compuesto de caucho siguiendo una fórmula específica. El procedimiento es rápido y genera láminas de cuero sintético listas para usar. Actualmente, el equipo produce planchas de un metro cuadrado, con posibilidad de ajustar el grosor, la textura y los patrones superficiales.

Un material más limpio que el cuero y el PVC

Pinweha destacó el enfoque ecológico del proyecto. Aunque el cuero animal es un subproducto de la industria cárnica, su proceso de curtido requiere grandes cantidades de productos químicos y presenta una huella de carbono elevada. Frente a ello, la mayoría de los cueros sintéticos comerciales —como el PU (poliuretano) y el PVC (policloruro de vinilo)— se elaboran a partir de polímeros derivados del petróleo, que se degradan con dificultad y liberan microplásticos contaminantes.

El cuero sintético a base de café tiene una huella de carbono significativamente menor y muestra potencial de biodegradación natural. Actualmente se somete a pruebas para confirmar su descomposición mediante actividad microbiana, sin liberar toxinas ni microplásticos.

“El material es suave al tacto, como el cuero real. En cuanto al olor, depende de cada persona: algunos perciben aroma a café, otros a caucho. Estamos investigando cómo realzar el aroma a café para hacerlo más distintivo”, explica Pinweha.

Los prototipos mantienen su integridad tras más de tres años de uso, demostrando una durabilidad comparable a la del cuero tradicional.

De residuo a economía circular

El cuero sintético elaborado con posos de café ya se utiliza para fabricar productos como bolsos, cinturones, llaveros y souvenirs de alta gama para hoteles y cafeterías. Cada plancha de un metro cuadrado cuesta aproximadamente la mitad que el cuero natural, cuyo precio ronda los 2.000 baht (unos 53 euros). Algunos hoteles se han interesado en suministrar sus propios residuos de café para producir artículos personalizados, como posavasos, generando así un modelo de economía circular.

La producción se realiza bajo un modelo OEM (Original Equipment Manufacturer), utilizando fábricas comunitarias con equipos ya adaptados al procesamiento del caucho.

El reconocimiento obtenido en Ginebra confirma el valor internacional de esta innovación. Además de la medalla de plata, el proyecto recibió un galardón especial de una universidad saudí por su bajo impacto ambiental.

Próximos pasos: crecimiento sostenible

Pinweha planea ahora ampliar la producción mediante alianzas con comunidades locales, recolectando residuos de café para fabricar y vender productos en los propios territorios. También prevé transferir el conocimiento técnico a otras comunidades para que gestionen sus residuos y generen valor añadido. Dado que el proceso no requiere alta tecnología y muchas comunidades ya trabajan con caucho, se trata de un modelo fácilmente replicable.

El proyecto forma parte del programa CU TIP de la Universidad de Chulalongkorn, centrado en transformar la investigación académica en negocios reales mediante la integración de conocimientos en innovación, tecnología, propiedad intelectual y emprendimiento.

“El cuero sintético a partir de posos de café no solo aborda el problema de los residuos y la huella de carbono, sino que también añade valor a materiales descartados, potencia el caucho natural tailandés y ofrece una alternativa sostenible para los consumidores”, afirma Pinrat Pinweha. “Podemos transformar los desechos en recursos valiosos y construir negocios sostenibles que ayuden a proteger el planeta.”

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