La investigadora ha transformado este producto de desecho en un material transparente de película fina que se puede utilizar para productos desechables, como bolsas de la compra, envases y otros utensilios.

A veces, las respuestas a problemas medioambientales aparentemente irresolubles se encuentran en la propia naturaleza. Jacqueline Prawira, estudiante de último año del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales (DMSE) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha desarrollado materiales biodegradables similares al plástico a partir de residuos de pescado.
«Básicamente, hemos fabricado plásticos que cumplen demasiado bien su función. Eso también significa que el medio ambiente no sabe qué hacer con ellos, porque simplemente no se degradan», explicó recientemente Prawira en un reportaje de la CBS. «Y ahora nos estamos ahogando literalmente en plástico. Se prevé que en 2050 el plástico superará en peso a los peces en el océano», añadió.
Su inspiración provino del mercado de pescado asiático al que acude su familia. Una vez que se despiezan los pescados que compran, las escamas suelen desecharse.
«Pero también empecé a darme cuenta de que en realidad son bastante resistentes. Son finas, algo flexibles y también bastante ligeras para su resistencia», dice Prawira. «Y eso me hizo pensar: bueno, ¿qué otro material tiene estas propiedades? El plástico».
Así, la investigadora transformó este producto de desecho en un material transparente de película fina que se puede utilizar para productos desechables, como bolsas de la compra, envases y otros utensilios.
Tanto su material de escamas de pescado como el compuesto que desarrolló no solo imitan al plástico, sino que solucionan uno de sus mayores defectos. «Si se colocan en entornos de compostaje, se degradan por sí solos de forma natural sin necesidad de mucha ayuda externa, si es que la necesitan», afirma Prawira.
Esta no es la primera innovación medioambiental de Prawira. Trabajando en el laboratorio del profesor Yet-Ming Chiang, del DMSE, ayudó a desarrollar un proceso con bajas emisiones de carbono para fabricar cemento, el material de construcción más utilizado en el mundo y uno de los principales emisores de dióxido de carbono. El proceso, denominado «sustracción de silicato», permite que los compuestos se formen a temperaturas más bajas, lo que reduce el uso de combustibles fósiles.
Prawira y sus coinventores del laboratorio de Chiang también están utilizando este método para extraer litio de gran valor sin generar residuos. El proceso está patentado y se está comercializando a través de la startup Rock Zero.







