Los 27 subrayan la importancia de consolidar un mercado único para las materias primas secundarias, con el fin de reducir la extracción de recursos vírgenes y mejorar las tasas de reciclaje.

Hacia la transición circular y climática en Europa

El Consejo de la Unión Europea ha instado a intensificar de forma urgente las políticas ambientales y climáticas para cumplir los objetivos comunitarios de aquí a 2030, con un énfasis especial en la resiliencia climática y la transición hacia una economía circular. Así lo recogen las conclusiones aprobadas ayer bajo el título “El medio ambiente europeo 2030: construir una Europa más resiliente al clima y circular”, que marcan las prioridades políticas del Consejo en un momento clave para el Pacto Verde Europeo.

El documento se apoya en dos evaluaciones recientes: el informe Europe’s environment 2025 de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la revisión intermedia del Octavo Programa de Acción en Materia de Medio Ambiente (8º PAM), presentada por la Comisión Europea en marzo de 2024. Ambos coinciden en que, aunque se han logrado avances, el ritmo actual es insuficiente para alcanzar los seis objetivos prioritarios fijados para 2030, especialmente en materia de adaptación al cambio climático y economía circular.

“El contexto actual, marcado por fuertes tensiones en materia de seguridad y defensa, es necesario reafirmar la importancia de la protección ambiental y su contribución a la resiliencia de la Unión Europea”, subrayó Magnus Heunicke, ministro de Medio Ambiente de Dinamarca. “Millones de ciudadanos europeos ya se ven afectados por inundaciones y erosión costera”, añadió, a la vez que recordó que “la transición hacia una economía circular sigue siendo uno de los grandes desafíos estructurales de la UE”.

Resiliencia climática

El Consejo expresa su preocupación por el hecho de que muchos de los riesgos climáticos identificados en la Evaluación Europea de Riesgos Climáticos (EUCRA) hayan alcanzado niveles críticos. Ante esta situación, considera imprescindible impulsar cambios transformadores que refuercen la seguridad, la prosperidad y la competitividad europeas.

Entre las principales recomendaciones destaca la integración proactiva de la resiliencia climática en todas las políticas y sectores, bajo el enfoque de “resiliencia climática desde el diseño”. El Consejo recalca el papel fundamental de los ecosistemas sanos y de las soluciones basadas en la naturaleza como herramientas eficaces y rentables para hacer frente a los impactos del cambio climático.

Asimismo, respalda los planes de la Comisión Europea para desarrollar un marco jurídico específico sobre resiliencia climática, que incluya definiciones, objetivos y metodologías comunes para la evaluación de riesgos, respetando al mismo tiempo el principio de subsidiariedad y las particularidades locales y regionales.

Otro aspecto clave señalado en las conclusiones es la financiación. El Consejo advierte de que será necesario movilizar tanto recursos públicos como privados y recuerda que los costes derivados de la inacción climática serán previsiblemente muy superiores a los de una acción temprana y eficaz.

Economía circular

En el ámbito de la economía circular, el Consejo confirma la necesidad de un marco legislativo integral, coherente y eficaz que permita acelerar un cambio sistémico en los modelos de producción y consumo. En particular, subraya la importancia de consolidar un mercado único para las materias primas secundarias, con el fin de reducir la extracción de recursos vírgenes y mejorar las tasas de reciclaje.

Las conclusiones animan a la Comisión a estudiar mecanismos de precios e incentivos que permitan equilibrar las condiciones de competencia entre los modelos económicos lineales y los circulares, una cuestión clave para sectores vinculados a la gestión de residuos, el reciclaje y la reutilización.

El Consejo también pone el foco en la necesidad de avanzar hacia ciclos de materiales no tóxicos, acelerando la eliminación de sustancias peligrosas y aplicando plenamente la Estrategia de Sustancias Químicas para la Sostenibilidad. En este contexto, destaca la revisión y modernización del reglamento REACH como una prioridad.

Además, se reclama un mayor impulso a la durabilidad, reparabilidad y reutilización de los productos, así como la aplicación puntual y ambiciosa del Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR), considerado una pieza clave para reducir residuos desde la fase de diseño.

Próximos pasos legislativos

Las conclusiones del Consejo llegan en un momento decisivo, ya que la Comisión Europea ha anunciado dos grandes iniciativas para su programa de trabajo de 2026: un marco europeo integrado para la resiliencia climática y una futura Ley de Economía Circular. Ambos instrumentos legislativos estarán orientados a dar respuesta a las carencias detectadas por la AEMA y a reforzar la implementación del Pacto Verde Europeo.

Para el sector de la gestión de residuos y la economía circular, el mensaje del Consejo es claro: el tiempo apremia y será necesario acelerar reformas, inversiones y cambios estructurales si la UE quiere cumplir sus compromisos ambientales y climáticos de aquí a 2030.

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