España genera más de 33 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición al año, de los que solo se recicla el 27%, lo que revela el enorme potencial de transformación del sector hacia un modelo más sostenible y circular.
La Cámara de Comercio Franco-española celebró ayer en Madrid el Foro “La Circularidad como revolución industrial del siglo XXI en la construcción”, que reunió a más de 200 expertos de la administración pública y la empresa privada. El encuentro dejó un mensaje unánime y claro: la economía circular no puede afrontarse de manera aislada, sino que exige cooperación entre todos los actores de la cadena de valor.
En España, el sector genera más de 33 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición al año, de los cuales solo se recicla un 27%, muy lejos del objetivo europeo del 70%. “Transformar estos residuos en recursos no es solo un reto ambiental, sino también económico y social: pues la gestión circular mueve ya millones de euros anuales y genera importantes cifras de empleo directo en nuestro país”, destacó la CEO de la Cámara de Comercio Franco-española, Sara Bieger.
Jean-Luc Gardaz, CEO de Saint-Gobain para España, Portugal, Marruecos, Argelia y África Subsahariana, destacó que “la economía circular no es una opción, sino una auténtica revolución industrial que exige transformar a fondo el modelo productivo”. Además, subrayó el papel de la innovación como motor de este cambio, ejemplificado en el lanzamiento de ORAÉ, el primer vidrio con baja huella de carbono del mundo, fabricado con más del 60% de material reciclado y capaz de reducir hasta un 40% las emisiones de CO₂ sin renunciar a prestaciones técnicas ni estéticas.
Por último, Gardaz insistió en que “la circularidad requiere plataformas colaborativas que conecten empresas, instituciones, centros de investigación y ciudadanos” y recordó que la responsabilidad es compartida: los gobiernos deben aportar un marco normativo y fiscal adecuado, las empresas liderar con coherencia y los ciudadanos apostar por soluciones sostenibles. Para Saint-Gobain, la circularidad es una oportunidad histórica para generar valor económico, social y ambiental y dejar un legado positivo a las generaciones futuras.
Por su parte, Alejandro Dorado, comisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica, señaló que en las convocatorias de 2022 y 2024 del PERTE en Economía Circular, los proyectos de construcción o materiales vinculados han recibido casi el 50% de las ayudas. “Esto ha permitido valorizar áridos, reciclado de firmes, reducción de materias primas vírgenes y emisiones en la producción de cemento, hasta la recuperación del vidrio, aluminio y madera para ser reciclada”, aseguró.
El Foro puso de manifiesto que la circularidad no solo reduce el impacto ambiental, sino que abre nuevas oportunidades de negocio y empleo. Empresas de referencia compartieron sus experiencias:
- Surus defendió que la demolición circular comienza con la planificación previa. Con auditorías y desmontajes selectivos se recupera más valor y se evita el simple escombro, impulsando además plataformas que dan segunda vida a los materiales.
- Por su parte, Metrovacesa subrayó que la circularidad empieza en el diseño inicial, con sistemas desmontables y materiales con Declaraciones Ambientales de Producto. Como promotora, asume la responsabilidad de reducir residuos y prolongar la vida de los
edificios. - Arup destacó la digitalización como motor de circularidad: BIM y gemelos digitales permiten trazabilidad, medición y decisiones colaborativas. Gracias a este enfoque, en algunos proyectos de fachada han conseguido recuperar hasta un 80 % de los materiales utilizados.
- También, TheCUBE afirmó que las soluciones circulares más sólidas combinan tecnología y colaboración entre startups y grandes corporaciones. Su modelo transforma pilotos en negocios escalables mediante corporate venture building.
- Macotrans alertó sobre la dificultad de valorizar residuos como aislantes o yeso, proponiendo más innovación tecnológica y recuperadores cercanos. Con 20 años de experiencia, impulsa alianzas para dar circularidad a los RCD.
- Por último, AECOM defendió que la circularidad debe aplicarse en edificios existentes y nuevos, apostando por rehabilitación, adaptabilidad y materiales reciclados. Su enfoque integra criterios circulares desde la fase de diseño.
Además, se presentaron iniciativas institucionales como el Centro de Innovación en Economía Circular del Ayuntamiento de Madrid (CIEC Madrid), que ya ha acompañado a 97 startups y generado más de 280 empleos, y el compromiso de la Comunidad de Madrid de integrar criterios de sostenibilidad en la planificación de suelo público.
El Foro mostró que la circularidad en la construcción es una oportunidad histórica para transformar residuos en recursos y convertir el sector en un motor de competitividad, sostenibilidad y empleo de calidad. Pero para ello, serán imprescindibles una normativa clara, la innovación tecnológica, la digitalización y la colaboración público-privada.