La Oficina Internacional del Reciclaje critica las restricciones a la exportación de chatarra y de residuos de imanes permanentes planteadas en el Plan RESourceEU de la Comisión Europea.

El plan de la UE para asegurar las materias primas creíticas y su impacto en el sector del reciclaje
Planta de reciclaje de metales. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

La Oficina Internacional del Reciclaje (BIR) ha advertido de que varias de las medidas incluidas en la nueva Doctrina de Seguridad Económica de la Unión Europea y en el Plan de Acción RESourceEU podrían generar efectos indeseados en los mercados internacionales de materias primas secundarias. Aunque ambas iniciativas reconocen el papel esencial del reciclaje para la autonomía industrial europea, la organización teme que ciertas restricciones comerciales terminen debilitando la resiliencia que la UE busca reforzar.

Entre las acciones más sensibles, el Plan RESourceEU -que define medidas para asegurar el suministro de materias primas críticas (CRM) en la UE-, plantea nuevas limitaciones a la exportación de chatarra y residuos de imanes permanentes, así como medidas específicas sobre la chatarra de aluminio y posibles restricciones futuras en el caso del cobre. BIR recuerda que estas intervenciones deben sustentarse en análisis rigurosos de impacto internacional para evitar distorsiones de mercado, reducción de la competencia o bloqueos en los flujos globales del comercio circular.

El paquete comunitario también incluye iniciativas para mejorar la trazabilidad y el contenido reciclado de componentes como los imanes permanentes, facilitar los traslados intraeuropeos de residuos críticos y crear un Centro Europeo de Materias Primas Críticas, acompañado de un sistema de almacenamiento estratégico que comenzará a operar en 2026.

Asimismo, en el marco de la revisión de la Directiva RAEE, se propone reforzar los objetivos de recogida para hacer más accesibles los residuos que contienen materias primas críticas, clave para industrias como la electrónica, las baterías o la movilidad eléctrica.

Para BIR, sin embargo, la apuesta europea por aumentar la capacidad de reciclaje debe ir acompañada de marcos comerciales estables y abiertos, que permitan a la industria seguir operando en mercados globales competitivos. “Las medidas que dificultan el comercio abierto, especialmente aquellas diseñadas sin una sólida evaluación global de impactos, corren el riesgo de ser completamente contraproducentes”, ha advertido Alev Somer, directora de Comercio y Medio Ambiente de la organización.

La entidad, que agrupa a asociaciones y empresas del sector del reciclaje de más de 70 países, se muestra dispuesta a continuar trabajando con la Comisión Europea para que la transición hacia una mayor seguridad económica y autonomía estratégica no comprometa la circularidad mundial de materiales.

Deje una respuesta

Queremos saber si no eres un bot *